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martes, 2 de febrero de 2010

ES DIOS TRES PRESONAS?

¿Es Dios Tres Personas?

Por Carlos A. Valencia




1. INTRODUCCIÓN

El dogma de la “Santa Trinidad” es un tema que ha sido muy discutido durante los siglos. Durante muchas épocas se contendió con respecto a esto, y los defensores de este dogma dejaron por sentado que en Dios siempre ha habido tres personas que son distintas, pero que forman un solo Dios.

Algunos han aplicado normas matemáticas para intentar corroborar su posición, pero son normas que caen, porque se violan las mismas leyes matemáticas. Por ejemplo, se dice que en la trinidad no se suma sino que se multiplica; no es que Dios sea 1+ 1+1 = 1, sino que es 1x 1 x 1= 1.

Sin embargo, cuando se va a multiplicar por el número 1, para que siempre me de 1, el multiplicando debe ser equivalente a 1. Me explico: tanto el numero que voy a multiplicar como el que me permite multiplicar deben ser iguales y no diferentes. Cuando yo digo que 1 es diferente a 1, miento por que no hay ley matemática que apoye esto, pero si 1 es igual y no diferente a 1, entonces al multiplicarlos me va a dar siempre 1.

En la trinidad hay un gran problema y es que la fórmula matemática usada por los trinitarios afirma que el Padre NO es el Hijo, y el Hijo NO es el Espíritu Santo, sino que SON TOTALMENTE DIFERENTES (Distintas las tres personas), por lo tanto no se puede multiplicar el 1 x 1 x 1, sino que allí tocaría aplicar la formula sumatoria de 1 +1 +1 = 3, y esto indicaría que los que creen en la formula trinitaria son politeístas por que NO HAY SINO UN DIOS UNICO Y VERDADERO

El Dr. Nathan Wood ha propuesto una nueva “ley”, que supuestamente se basa en las ciencias exactas, para intentar demostrar que la trinidad es una necesidad universal. Su ley ha sido llamada la ley de la trinidad universal, donde él formula que existe una estructura básica en la creación universal y lo expresa así:

Concepto: 1 x 1 x 1 = 1
Concepto: 1 x 1 x 0 = 0

Aplicación:

Largo x Ancho x Alto = Espacio
Energía x Movimiento x Fenómeno = Materia
Futuro x Presente x Pasado = Tiempo
Espacio x Materia x Tiempo = Universo
Padre x Hijo x Espíritu Santo = Dios

Y concluye con aires de grandeza: “Como puede verse, cada unidad es absoluta en sí misma, pero ninguna podría existir por sí misma. Esta es la ley de la triunidad absoluta. Así como Dios es Tres en Uno, El ha implantado esta uniformidad en sus creaciones. No cabe duda de que esta estructura es la huella de DIOS”.

Pero de igual manera, eso es limitar a Dios y hacer una comparación muy pequeña, con una mente reducida y materialista, pues Dios no puede ser medido, por que “Dios puede ser mucho más grande que nuestras tres dimensiones finitas. El puede tener más de ocho dimensiones. Puede que tenga más de cien dimensiones. De hecho, no tenemos ninguna idea de cuan complejo es realmente él...” [Ron Carlson y Ed Decker. Falsas Enseñanzas, pág. 44, Edit. Libros Compartir]

¿Cree usted de verdad que a Dios lo podemos multiplicar? En ninguna parte de la Escritura vemos que los profetas dividieran a Dios en tres, para luego multiplicarlo por uno, para que como resultado diera uno en tres.

La Biblia misma afirma que los demonios saben y conocen que Dios es UNO (Santiago 2:19), pero por eso mismo ellos siempre han estado interesados en desvirtuar la identidad de Dios.

En Tiempos antiguos, instaron al pueblo a la adoración de ídolos, luego de héroes, después de tríadas, trinidades y trimurtis, para finalmente en la época de la ciencia y la técnica, llevar al hombre a adorar a los cuadrúpedos (la teoría de la evolución, que se tiene por algunos como hecho científico, ha deificado a los simios). Sin embargo, la religión Católica ha sido la prolífica defensora del dogma de la trinidad, y hasta persiguió y mató a quienes la negaban; tiempo después, los protestantes del siglo XV y XVI, acusaron, persiguieron y hasta delataron a la inquisición a aquellos que no creían en la trinidad, como lo es el caso registrado y comprobado de Juan Calvino, quien delató a los inquisidores al médico, teólogo y predicador, Miguel de Servet, por que no creía que el dogma de la trinidad fuera bíblico. (Para más información, véase, la Enciclopedia Las religiones del Mundo, del grupo Océano, impresa en España, Página 301).

Hoy, la mayoría de iglesias que se dicen cristianas, continúan con la repetición de la repetidera. No hacen sino proclamar lo mismo que la Iglesia Romana y cuando se les confronta con la Biblia, argumentan que es un misterio incomprensible. Pero se han olvidado que a Dios no se entiende por la lógica humana, ni por la mucha teología que se almacene, pues a Dios solo se le puede entender a través de la revelación por medio de las Sagradas Escrituras, donde se nos muestra a un Dios que se ha manifestado en forma humana, sin dejar de ser el Dios que era y que es, para salvar a la raza humana perdida, y que luego asciende para venir en forma espiritual a la vida de aquellos que Él mismo salvó.

Casi todas las organizaciones religiosas enseñan que Dios es un ser compuesto por tres personas divinas que se interaccionan o actúan en un acuerdo único. La gran tesis es: “Dios existe en tres personas; el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El Padre no es el Hijo y el Hijo no es el Espíritu Santo, sin embargo, estos conforman un solo Dios”. La pregunta es, ¿Cuándo surgió esta idea, o en qué parte de la Escritura se presenta?

Muchos asegurarían que esa forma trinitaria de proclamar a Dios no se puede refutar, pues se estaría contra la Palabra de Dios, debido a que llevamos muchos años oyendo de parte de la Iglesia Católica y de otras denominaciones “cristianas”, la misma fórmula doctrinal: “Dios es tres, pero no son tres sino Uno

¿Tendrá una explicación lógica esta aseveración? ¿Qué dice la palabra de Dios respecto a la trinidad? ¿Registra la historia del Antiguo Testamento una doctrina propiamente trinitaria? ¿Jesús y sus discípulos predicaron la triple personalidad o la Unipersonalidad de Dios?

En este estudio, daremos respuesta a este problema teológico que abarca los siglos y hasta nuestros días. Lo primero será hacer una exégesis de los pasajes más usados en referencia a la materia de estudio aquí, luego veremos el origen del concepto "trinidad" en la historia antigua y cristiana para llegar a una conclusión que ayude al lector a conocer más a su Dios por medio de la Palabra del Señor.

Es mi oración y mi fe en Dios, que este artículo sea de gran bendición y de aumento del conocimiento del lector, que sea agradable su lectura y se convierta en un pequeño manual que sirva para cargarlo, llevarlo y usarlo en sus charlas con trinitarios. Dios se ha de glorificar por medio de éste abriendo el entendimiento de los que pasen por estas páginas.


2. LA TRINIDAD Y LA BIBLIA

Al echar un vistazo a toda la Biblia, no hayamos ninguna referencia clara a tal posición.

Si el seglar (el que no es experto en la interpretación) fuese a investigar un poco más, ellos serían confrontados con declaraciones descorazonadas semejantes a lo siguiente:

“La mente del hombre no puede entender enteramente el misterio de la Trinidad. Aquel que tratara de entender el misterio enteramente, perdería su mente. Pero aquel que niegue la Trinidad, perderá su alma.” [Harold Lindsell y Charles J. Woodbridge, El Manual de la Verdad Cristiana, páginas 51-52].

“Tal declaración significa que el concepto de la Trinidad debe ser aceptado o sufrirás las consecuencias. Pero aceptarla simplemente como doctrina sin haberla comprobado, sería totalmente contrario a las Escrituras. Dios inspiró al apóstol Pablo a escribir: “Examinadlo todo; retened lo bueno” (1. Tesalonicenses 5:21). Pedro también exhortó a los cristianos: “Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” (1. Pedro 3:15). Entonces el cristiano está obligado a comprobar si Dios es una Trinidad o no”. [¿Es Dios una Trinidad?, por George L. Johnson]

Los mismos teólogos trinitarios reconocen que ni siquiera la expresión se encuentra en la Escritura. Un teólogo escribió:

“Cierto que el vocablo “trinidad” no aparece en el Nuevo Testamento. Se trata de una expresión teológica inventada durante el segundo siglo para describir la divinidad”
Otro teólogo dice:

“Era difícil encontrar un vocabulario por medio del cual expresar la UNIDAD DE DIOS y al mismo tiempo la realidad y distinción de las personas...”

La Enciclopedia de las Religiones afirma:

“Los teólogos concuerdan en que tampoco el Nuevo Testamento contiene una doctrina trinitaria explícita”

La Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000, dice con respecto al tema:

“La doctrina [de la Trinidad] no aparece con claridad en el Nuevo Testamento”
La Nueva Enciclopedia Católica, Vol. XIV, pág. 295, dice:

“Es muy difícil... en la segunda parte del siglo 20, ofrecer una clara, objetiva y sincera explicación de la revelación, evolución doctrinal, y explicación teológica con respecto al misterio de la Trinidad. La discusión sobre la Trinidad… presenta una silueta de inseguridad”.

La Nueva Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2003, afirma que

Fue “Atanasio [quien] formuló una doctrina (homousios), según la cual el Hijo de Dios es de la misma esencia o sustancia, que el Padre”

Otra Enciclopedia como La Bíblica Estándar Internacional, “Trinidad” pág. 3012, dice:

“No es solamente la palabra “Trinidad” nunca encontrada en la Biblia, tampoco hay prueba sustantiva de que tal doctrina es indicada.”

Sin embargo, los mismos teólogos trinitarios, usan algunos pasajes bíblicos para intentar encontrar la idea trinitaria. Algunos de esos textos son: Génesis 1:26; 11:7; Isaías 6:8; Mateo 28:19; 1ª. Pedro 1:2 y 1ª. Juan 5:7.

Si estudiamos estos pasajes aplicando normas de hermenéutica, veremos que determinarán otra cosa, menos la doctrina de la trinidad. Esto comprobará que aquellos intérpretes trinitarios llegan a sus conclusiones por el camino de la eixégesis, es decir, haciendo que el texto diga lo que él intérprete quiere que diga.

¿Génesis 1:26, sugiere que la creación fue la obra de dos personas distintas: El Padre y el Hijo?
"Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra" (Génesis 1:26).
Los teólogos trinitarios, dicen que Dios el Padre estaba con su "Hijo" (para ellos, una persona distinta y divina) y con el "Espíritu Santo" (otra persona divina y distinta) realizando la obra creadora. Pero ¿en qué contexto se puede demostrar eso? El argumento que utilizan, es que cuando Dios dijo “Hagamos”, estaba hablando con dos personas divinas y distintas quienes eran el "Hijo trinitario" y el "Espíritu trinitario", pero ¿será esto así? En el idioma hebreo, los plurales se usan para dar énfasis, intensidad o resonancia a lo que se dice. En este caso, Dios declara que su obra no fue un secreto, sino que los ángeles estuvieron presentes y fueron testigos (aunque ellos no participaron como co–creadores, porque sólo Dios puede crear).

El Comentario Bíblico Moody dice al respecto: “hay algunos comentaristas que interpretan el plural como “un plural mayestático” indicando dignidad y grandeza”

El judío Avdiel Ben-Oved, tiene un estudio que titula “La trinidad y triunidad NO son hebreas” y dice que:

“Hay 2 maneras… de interpretar este versículo, y ninguna de las dos tiene nada que ver con doctrinas trinitarias/triunitarias, una vez más quien lee con mente trinitaria/triunitaria en donde quiera verá la doctrina pagana. 1- El Midrash comenta que Elohim está hablando con los ángeles (mensajeros). (Job 38:7). 2- Forma de escritura, pues antiguamente era costumbre de los reyes y grandes personalidades emplear el plural al hablar de sí mismos (vea Samuel ll,XXIV,14)” [http://www.geocities.com/hamashiaj/trinidad.html]

De manera que el pasaje en cuestión no implica la obra de tres, ni la imagen es de tres, ni la semejanza es de tres, sino más bien se relata en concordancia con la imagen moral de Dios y de los ángeles, y con respecto a su libre albedrío.

Isaías 44:24 dice resueltamente: “Así dice Jehová, tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo”

Y Génesis 1:27 confirma después, que aunque hubo un plural, fue UNO SOLO EL QUE CREO AL HOMBRE.

¿Génesis 11:7, sugiere que la confusión de lenguas en Babel fue la obra de tres?

"Ahora, pues, descendamos, y confundamos allí su lengua, para que ninguno entienda el habla de su compañero" (Génesis 11:7).
En este pasaje, como en Isaías 6:8, se usan unos plurales, que los teólogos trinitarios han utilizado para afirmar que allí está la trinidad. Pero ¿Se puede aceptar eso sin ninguna evidencia clara? Al observar estos pasajes, nos daremos cuenta que los sujetos presentes en las palabras del Señor, son Él y sus ángeles. En Isaías 6, los versos 1 y 2 presentan la visión que tuvo el profeta donde ve a Dios y a los seres angelicales llamados serafines, y por eso en el verso 8, Dios pregunta en plural: ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?. La respuesta es obvia, que los plurales mencionados son una referencia clara y sin ambigüedades, a Dios y a sus ángeles.

De manera que los plurales “descendamos”, “confundamos” y “nosotros”, se refieren a Dios y a sus ángeles. De manera que no vemos allí a ningunas tres personas divinas como lo han propuesto los teólogos trinitarios, violando las normas de interpretación.

¿Mateo 28:19, sugiere que el bautismo es en los nombres de tres personas?
"Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19).
Todo libro de teología trinitaria, presentará siempre a Mateo 28:19 como texto clave para corroborar la “doctrina” trinitaria, pero ¿da ese significado aquel pasaje?

La Nueva Biblia Americana dice:

"ésta es quizás la expresión más clara en el Nuevo Testamento de la creencia en la Trinidad”.

Pero, ¿el estudio de este pasaje, corrobora esta afirmación?

Observe por favor que la orden está en plural: “bautizándolos”, pero la forma o formula está en singular “en el nombre”, indicando que solo hay un nombre para designar al único Dios. Además, en el griego no aparece ninguna orden como “en las palabras Padre, Hijo y Espíritu Santo”, sino que aparece la conjunción “y” que sirve para ligar las palabras o las preposiciones. Por eso, el texto habla del nombre y luego de los adjetivos. “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” Allí no se ve ninguna trinidad.

Ahora bien, en hermenéutica se debe tener en cuenta el tema que circunda el pasaje o el capítulo que se estudia, para no descontextualizar y hacer una falsa interpretación. En Mateo 28:19, no se está hablando de la doctrina de la Divinidad sino del bautismo, por lo tanto no se puede establecer una doctrina basados en algo que tiene otra connotación.

¿1. Pedro 1:2, sugiere que la obra de la redención la hicieron tres personas distintas?
"elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas" (1. Pedro 1:2).
Algunos dicen que aquí está un texto claro sobre la trinidad, ya que muestra cada parte de la redención del hombre que le toca hacer a cada uno de los miembros de la santísima trinidad. Pero al explicar el pasaje sin caer en una eixégesis (violando la correcta interpretación), nos damos cuenta que este texto no tiene ninguna connotación trinitaria.

Lo primero que debemos definir es a qué se refiere Pedro cuando expone aquello. Pedro está hablando con respecto a la posición del creyente en su llamamiento. Dice que los creyentes no estaban solos en medio de la persecución, sino que eran muy importantes para su Dios que los había llamado, santificado y lavado; todo el proceso redentor. Pero Pedro no tiene en mente la doctrina de la Deidad como pretenden hacerlo ver algunos. No podemos violar las normas de interpretación. Además, por mencionar la elección, santificación y limpieza del creyente, Pedro da a entender que su interés no es discutir sobre cierta doctrina de personas divinas (pues el dogma trinitario todavía no había infectado a la Iglesia Primitiva), sino que simplemente está hablando de los actos redentores.

¿1. Juan 5:7, enseña que tres personas distintas son las que testifican en el cielo?

"porque tres son los que dan testimonio" (1. Juan 5:7).
El comentario Bíblico Moody dice:

“el texto de este versículo debería decir; tal como se lee en RVR, “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo”. El resto del versículo es espurio. Ni un solo manuscrito contiene la añadidura trinitaria antes del siglo 14, y nunca se cita el versículo en las controversias trinitarias en los primeros 450 años de la era cristiana.”

El Comentario Exegético y Explicativo de la Biblia, afirma que:

“fue escrito primero, pues como comentario marginal… y allá a fines del siglo 8º fue introducido en el texto de la Vulgata Latina”

La Biblia Textual Reina Valera, tiene esta nota:

“El pasaje no es mencionado por ninguno de los Padres griegos, quienes, de haberlo sabido, ciertamente lo habrían empleado en las controversias trinitarias (Sabelio y Arrio). Su primera mención en griego, es de la versión (latina) de las actas del Concilio de Letrán en 1215. El pasaje está ausente en los manuscritos de todas las versiones antiguas (Siria, Copta, Armenia, Etiope, Árabe y Eslavónica (excepto la Latina)”.

El contexto del pasaje es claro. Cuando se habla de los tres que dan testimonio, el verso 8 lo aclara mencionándolos: el Espíritu, el agua y la sangre, y dice que los tres concuerdan.

Por lo tanto, nada de trinidad en ninguno de los pasajes estudiados. ¿Porqué insistir en algo que no tiene un asidero en la Biblia? ¿Algo que sus propios predicadores dicen que no se puede entender por que es un misterio?


3. ORIGEN DEL CONCEPTO “TRINIDAD”
En consecuencia a lo dicho en la sección anterior, podemos preguntarnos ¿de donde surge el concepto de la trinidad? Procuraré ser lo más explicito posible.

Alexander Hislop, un reconocido teólogo de siglo XIX, en su libro “Las dos Babilonias”, pág. 33, dice que los babilonios y los egipcios creían que Dios era una unidad que estaba conformada por tres personas y para simbolizarlo se valieron del triangulo equilátero.

La idea de la trinidad, se origina después del diluvio, cuando Nimrod, hijo de Cus, emprendió la construcción de la torre de Babel, con el propósito de crear una sola política mundial y una religión. Como era cazador de fieras, fue destrozado por una de ellas. Su esposa (Semíramis) con el tiempo resultó embarazada por un acto de fornicación y dijo que su hijo sería la reencarnación de Nimrod o el mismo Mesías prometido. Cuando el bebé nació, le puso por nombre Tamuz y el pueblo lo adoró como el “Niño Dios” dentro de los misterios caldeos.

Al pasar el tiempo, tanto Semíramis, como Nimrod y Tamuz, fueron conocidos como la trinidad babilónica. A ella se le llamaba la “diosa Madre”; a Nimrod, el dios Padre y a Tamuz, el dios Hijo.

Si recordamos que de Babilonia las creencias religiosas pasaron a todos los imperios posteriores, entonces lo que se dice de la India es verdad. Allá se conoce a un dios como “Eko Deva Trimurti” que equivale a un dios triforme- con tres cabezas.

En la época de Jeremías, a la trinidad de los pueblos se le personalizaba a través del Sol, la Luna y las estrellas (Jeremías 8:2). Wilfredo Torres, en su obra “Restitución Cristiana”, pág. 99, dice que: “la idolatría, la astrología, el politeísmo, la trinidad; todas fueron producto del sistema religioso de Babilonia”

Cristo y los Apóstoles no hablaron de la Trinidad
Cuando Cristo vino al mundo, habló acerca del Padre. Siempre mencionó que el Padre hacía las obras, que del Padre había salido y le enseñó a sus discípulos que el Padre estaba en los cielos. Esta es la razón por la que muchos dicen que Cristo enseñó la trinidad. Pero Cristo nunca hizo referencia mínima sobre este asunto; por el contrario, Él recordó el más grande mandamiento, el Shemá judío: “Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es” (Marcos 12:29).

Ahora, cuando Él hace referencia al Padre, obviamente lo hace desde su condición de hombre y como tal, debía tener un Padre y un Dios. Él lo alude para indicar la Deidad que estaba en Él (en su cuerpo o tabernáculo de carne). Recuerde que el Hijo de Dios, es decir Emanuel (Dios con nosotros) o la manifestación de Dios en carne, enseñó que el Padre estaba en Él (Juan 14:10). No se refería a otra persona aparte, sino a la naturaleza divina que había en Él, y Pablo lo entendió perfectamente cuando dice: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Col. 2:9).

Los apóstoles eran judíos y nunca aceptarían a otro que no fuera Jehová como Dios. Ellos entendieron poco a poco que Cristo era exactamente el cumplimiento de la Profecía de Isaías:

“Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como un ciervo, y cantará la lengua del mudo” (35:4). Y así lo hizo saber Mateo, en 11:2-5

“Y al oír Juan, en la cárcel, los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos, para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro? Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio”

Todos los apóstoles predicaron que Cristo es la manifestación en carne del único Dios. Tomás lo llamó “Mi Señor y mi Dios” (Juan 20:28), Juan lo reconoció como el Dios verdadero (1ª. 5:20), Pablo dijo que Jesús es el Gran Dios y Salvador (Tito 2:13) y de esa misma manera lo describe Pedro (2ª. Ped. 1:1). La doctrina cristiana con respecto a la Deidad en la Iglesia Primitiva, era en esencia la misma hebrea, pero con una revelación más: El Jehová del Antiguo Testamento, es el mismo Jesús manifestado en carne. Era una doctrina predominantemente Monoteísta.

En la Enciclopedia Británica, se define a esta doctrina monoteísta como:

“Monarquianismo Modalistico, concibiendo que toda plenitud de la divinidad habitaba en Cristo, exceptuando pocos escritores de la iglesia primitiva, mantenían que los sustantivos Padre e Hijo eran solo designaciones del mismo sujeto: EL UNICO DIOS, quien en referencia a la relación que había tenido previamente ante el mundo, es llamado Padre; pero con relación a su aparición en carne o humanidad, es llamado Hijo.”

Controversias:
En los siglos 2º y 3º empezaron las grandes controversias teológicas, y con ellas, el esfuerzo de algunos "padres" por definir a Dios. En su intento, recurrieron a la filosofía griega, ya que algunos eran formados en las letras y el pensamiento griego. Se apeló a Platón, a los estoicos y a Aristóteles, buscando en ellos la ayuda para interpretar la identidad de Cristo.

Fue tanta la mezcla entre teología y filosofía, que el mismo Clemente de Alejandría aseguró que “los filósofos conocieron la verdad por obra de Dios, de manera semejante en que los judíos recibieron la ley” [Justo L. González, Historia del Pensamiento Cristiano, Pag. 190. Edit. Caribe, 1992].

Wilfredo comenta que “Atanasio (298 –372 d.C.) y Tertuliano (160 – 220 d. C.) entre otros, buscaron apoyo en el modelo filosófico neoplatónico y otras tradiciones” [Restitución Cristiana, Pág. 99] para hacer entendible la deidad lógicamente, pero con el infortunio de que se enredaron usando términos que más tarde degeneraron en una distorsión de la identidad de Dios. Fue así como en su búsqueda desesperada, encontraron las tríadas antiguas, las tríadas mitológicas de la Grecia pagana, y comparándolas con algunas conclusiones cristianas, llegaron a formular la “doctrina” de la trinidad, que se fue formando gradualmente para quedar tal y como hoy se conoce.

El tema álgido de la controversia giró en torno al término “logos” usado en Juan 1:1-2. La pregunta era si el Verbo (o Palabra) que usó el apóstol, era igual al de Platón (El más ilustre de los filósofos de la Grecia clásica. 427 – 347 a. C.) y el de Filón de Alejandría, o era diferente.

Precisamente, Filón (cierto judío filósofo, 20 a.C. – 54 d.C.) nacido en Alejandría, y versado en las Escrituras hebreas (Antiguo Testamento), propuso la idea que Dios, antes de la creación del mundo hizo cosas incorpóreas, las cuales le sirvieron como modelos para crear las corpóreas de nuestro mundo [Restitución Cristiana, Pág. 57] y así formuló la proposición de que el Logos (conocido como la razón), fue creado por Dios y sirvió de intermediario para la creación de todo cuanto existe.

De este pensamiento bebieron los Arrianos, que discutieron que Cristo (que es llamado Logos por Juan), fue creado por Dios; pero los padres de la iglesia trinitaria, no aceptaron esta fase de la propuesta de Filón, pero sí se inclinaron por la postura de que el Logos fue el intermedio entre el Ser Perfecto y Creador y el mundo sensible, retomando así, la teoría de Platón de un mundo perfecto y uno sensible como el que vivimos.

Proceso en la Formulación del Dogma
Dado que en esos días, siempre se había aceptado la enseñanza de los apóstoles sobre el monoteísmo (la doctrina de un solo Dios), la nueva fórmula trinitaria encontró mucha oposición, ya que sus promotores no encontraban la forma de reconciliar el monoteísmo con la ideal plural de tres personas: "Dios", el "Logos" y el "Espíritu Santo".

Los defensores de la Trinidad, alegaron que todo era un misterio difícil de entender, pero trataron de hacerla inteligible por medio de la filosofía apelando a tres principios aristotélicos:

1. Cada persona es un ser individual, es “uno en número”. Así entonces, se planteó la primera prueba del dogma, arguyendo que las tres personas de la Trinidad son diferentes y únicas.

2. Todo lo viviente tiene una función muy natural y es “reproducirse según su especie”. A esto se explicó que siendo así, la divinidad (el Padre), sin dejar de ser divino, engendró lo divino; lo eterno engendró lo eterno. A esto se le conoce como “la generación del Verbo” y es lo que usted oye predicar del trinitario, que Cristo fue engendrado por Dios en la eternidad y por lo tanto es eterno como el Padre.

3. el tercer principio de Aristóteles donde él apela a la “unidad en la pluralidad”, como por ejemplo, varios humanos pueden ser uno en cuanto que pertenecen a la misma especie humana. Esto da origen entonces a la idea que Dios es tres personas distintas, pero como son de la misma especie, forman un solo Dios.

Para apoyar la nueva fórmula doctrinal, se inventaron términos técnicos que ayudaron en la elaboración del dogma final y como aparece hoy, pero fue básicamente Tertuliano quien sin tener modelos en los cuales basarse, desarrolló una terminología derivada de varias fuentes, sobre todo de las griegas y del vocabulario de los juristas romanos. “La impronta legalista de este lenguaje teológico, por primera vez acuñado en Occidente, nunca se ha borrado” [Biblioteca de Consulta Microsoft® Encarta® 2003].

Algunos de los términos compuestos por Tertuliano y otros fueron:

• Ousía = Significando esencia o substancia.
• Hipóstasis = Subsistencia
• Prosopón = Persona o máscara y fue aplicada a las manifestaciones de Dios. De allí: Tres prosopón o personas.
• Logos = Razón inteligente. Aunque Juan usa esa expresión para referirse al Verbo hecho carne, estos lo insertaron para inventar la posición de Cristo como el segundo en la trinidad.
• Consustancial = De la misma esencia. Usado para inventar que las tres personas son de la misma “especie” o “sustancia”
• Procedencia = Utilizado para inventar que la segunda persona de la trinidad tiene su origen en la primera.
• Relación. = lo que hay entre dos seres. Utilizado para referirse a una supuesta interacción entre el Padre de la trinidad y el Hijo de la trinidad.

El Concilio de Nicea

La Enciclopedia Judía dice: “...el concepto de la unión de un solo Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo como tres personas infinitas. Fue el concilio de Nicea y más especialmente el credo de Atanasio lo que primero dio el dogma”

La verdad es que lo que le dio origen y forma a lo que más tarde se conoció como Trinidad, fue la controversia Arriana. Arrio, un presbítero de Alejandría (326 d.C. -?) expuso públicamente que Cristo era un ser creado por otro Dios y que no se le podía adorar como tal. Esto lógicamente generó un malestar general y se estableció un conflicto doctrinal a tal grado, que el mismo Emperador Constantino tuvo que intervenir en la disputa convocando un concilio ecuménico que se realizó en la ciudad de Nicea en 325 d.C. En dicho concilio se definió en términos filosóficos, el dogma de la “Santísima Trinidad”.

El Obispo de nombre Alejandro, quien según los copartidarios de la doctrina de la trinidad era un gran adalid de la fe, se molestó sobre manera de lo expuesto por Arrio y se pronunció condenando la doctrina de Arrio en cuanto al Logos divino. En el 321, había un sínodo en el cual se reunían todos los Obispos de Egipto y Libia. Alejandro depuso a Arrio para que no asistiera a este evento y lo excluyó de la comunión, pero ya la posición arriana había tomado fuerza cual gigante que avanzaba poderosamente y parecía que toda Asia Menor estuvieran de acuerdo con su error.

Cuando el Emperador Constantino se dio cuenta y sabiendo que la unidad del Imperio dependía de la unidad religiosa, escribió a los adalides para que cesara la división, pero todo continuaba peor, lo que motivó a este a promulgar el Concilio en cuestión.

Era el 4 de Junio del 325 d. C., cuando se dio inicio con la asistencia de 318 obispos, pero entre ellos estaban también el presbítero Arrio y un diácono llamado Atanasio, quien mas tarde sería llamado el campeón de la fe trinitaria. Ninguno de los dos tenía voto pero sí voz.

Los debates duraron dos meses, pero la elocuencia de Atanasio para defender la “doctrina” que ya estaba en boga en ese momento, permitió que 313 obispos firmaran la declaración de fe que salió de allí y que condenaran a Arrio y su saber. De allí salió la declaración y el dogma de fe, que dio origen al conocido “Credo Niceno” y más tarde, a finales del siglo V al “Atanasiano”, que dice:

“Creemos en un solo Dios, Padre, Todopoderoso, Creador de todas las cosas visibles e invisibles; y un Señor Jesucristo, el Hijo de Dios, Unigénito del Padre... Adoramos a un Dios en la Trinidad y la trinidad en la unidad, sin confundir las personas ni separar las sustancias, puesto que la persona del Padre es una, y la del Hijo es otra y la del Espíritu Santo es otra... lo que es el Padre, lo es el Hijo y el Espíritu Santo... El Padre es eterno, el Hijo es eterno y el Espíritu también, sin embargo no son tres eternos sino uno solamente... empero las tres personas son coeternas e iguales...”
Aunque Arrio y Atanasio murieron, las querellas continuaron hasta el siglo V, cuando el Concilio de Calcedonia (451 d.C.) condenó la herejía arriana y declaró el carácter de Cristo como una segunda persona divina en una trinidad. Desde entonces, las grandes sectas y organizaciones religiosas, así como muchos evangelistas y predicadores, han aceptado el dogma trinitario, pese a su historia y a su ausencia de sustento Escritural.

La gran decepción que se han llevado algunos teólogos que conocen sobre la historia de la filosofía, es que no se explican como un hombre del corte de Tertuliano enunció su formula trinitaria, de donde toda la teología ha bebido sin ambages, y quien había caído en el montanismo, que fue una herejía del siglo II fundada por Montano, quien se creyó a sí mismo profeta. Los montanistas aceptaban “nuevas” revelaciones que iban a veces contra la Sagrada Escritura y practicaban extravagancias fanáticas. Es en ese estado de herejía que Tertuliano hace su gran defensa de la creencia que se aceptara mucho más adelante en Nicea.

La Persona de Dios
Con este término, se empezó a indicar al Creador después de las grandes controversias, pero aun más, no era Dios una sola Persona sino Tres y esto trajo confusión mayor tanto a los Obispos del Oriente como los del Occidente del imperio Romano, aunque los de Occidente aceptaron más fácilmente el término.

Ahora bien, la Biblia NUNCA le atribuye a Dios el término persona, ya que es una expresión ambigua, que puede significar según la Enciclopedia MULTIMEDIA UNIVERSAL:

• Individuo de la especie humana.
• Hombre o mujer cuyo nombre se ignora o se omite.
• Hombre de prendas, capacidad, disposición y prudencia.
• Personaje de una obra literaria.
• En Derecho: Sujeto de Derecho.
• En Filosofía: Supuesto inteligente.
• En Gramática: Accidente gramatical que consiste en las distintas inflexiones con que el verbo y el pronombre denotan si el sujeto de la oración es el que habla o aquel a quien se habla, o aquel de que se habla.

La expresión como tal, surge de la mente de Tertuliano, quien estudió Derecho y fue “abogado, posiblemente en Roma” [Historia del Pensamiento, Pág. 169]. Precisamente, usó este vocablo como se usa en la jurídica. Una persona jurídica, puede ser como una institución que tiene muchos componentes administrativos pero es una entidad. Sin embargo la palabra es ambigua, porque lo que significaba en el Occidente del imperio romano, era diferente al Oriente y no fue muy aceptada al principio.

No obstante, Atanasio, Alejandro y otros Obispos la defendieron y aceptaron, declarando el “dogma” como la verdad irrefutable, pero no encontraron el apoyo bíblico claro y tuvieron que recurrir a deducciones filosóficas para afirmar la posición conocida hoy.

Sin embargo, Agustín de Hipona (354 – 430 d.C.), llegó a pensar que el empleo del sustantivo persona era peligroso, porque decir ‘tres personas’ podía llevar a la gente a pensar que se estaba hablando de tres dioses. Finalmente, a regañadientes, aceptó sostener “tres personas, una sola substancia o naturaleza”. Así representó Agustín la Trinidad.
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La Enciclopedia Británica, afirma que no es maravilla que la continuación de la controversia en base a las metafísicas de substancia, llevó igualmente a conceptos que no tienen ningún fundamento en el Nuevo Testamento.
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4. ¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
Desde el principio, Dios se reveló así mismo como UNO Y UNICO (Gen. 1:1). Allí, el texto hebreo dice:

“bereshit bará Elohím et ha shamayim ve et ha arets”.

“En el principio creó Elohím los cielos y la tierra”.

El nombre de Elohím, si bien se trata de una forma plural, puede considerarse como singular cuando se refiere a la Deidad Única y Suprema. En las versiones castellanas se traduce “Dios”. Considerado gramaticalmente, es un sustantivo común y transmite la noción de todo lo que pertenece al concepto de deidad y de poder. Sin embargo, muchos teólogos afirman que su uso revela la “trinidad”.

La Biblia nunca se expresó respecto a Dios como si hubiese varias personas en Él; por el contrario, recuerde que fueron hebreos los que inicialmente copiaron el Texto Sagrado y ellos ni aceptan ni creen en la multiplicidad de personas en su Dios. Es de anotar que en el Shemá judío (Deuteronomio 6:4) se dice:

“Shemá Yisrael, YHWH Eloyhenu, YHWH Ejad”

“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es”

Los expertos en hebreo afirman que hay dos vocablos para expresar la palabra “uno” que son: “Yahad” y “Ejad”. “Yahad” significa unidad absoluta, unicidad; pero “Ejad”, podría referirse tanto a la unidad absoluta como a una unidad compuesta o colectiva.

Ya que “Ejad” puede denotar una unidad compuesta, entonces pudiera pensar alguien que allí se sugiere la idea de la trinidad. No obstante, los judíos nunca entendieron en Deuteronomio 6:4, esa palabra como una unidad compuesta, sino como la unidad absoluta o unicidad. En otras porciones de la Escritura, encontramos que “Ejad” significa unidad absoluta, como en Ezequiel 33:24 que se refiere a Abraham como uno, o Daniel 10:13 que se refiere al arcángel Miguel como uno.

Al leer Isaías 44:8 y 45:22, veremos como se afirma en palabras del Señor mismo:

“No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno”. “yo soy Dios, y no hay más”.

Una profecía mesiánica encontrada en Jeremías, afirmaba que Dios sería semejante a un hombre peregrino. Es cierto que la interpretación puede ser asumida de acuerdo al momento histórico que vivía Israel, pero personalmente creo que va más allá y se refiere al Mesías, precisamente por los términos en que Jeremías lo dice:

“Oh esperanza de Israel, Guardador suyo en el tiempo de la aflicción, ¿por qué has de ser como peregrino en la tierra, y como caminante que se aparta para tener la noche? ¿Por qué has de ser como hombre atónito, y como valiente que no puede librar? tú empero estás entre nosotros, oh Jehová, y sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares”. Jeremías 14:8-9.

Jesucristo dijo en Juan 10:30: “Yo y el Padre, UNO SOMOS”. Esto indica que Cristo en cuanto a su Divinidad, no rompe el concepto monoteísta de la Deidad, pero está revelando que en Jesús, el Padre y el Hijo son una unidad, un mismo complemento. Señor y siervo al mismo tiempo, la naturaleza humana revelando la divina, y no una pluralidad de personas como afirman los trinitarios.

En el texto citado aparece el griego neutro “hen”, que denota su unicidad en esencia, pero diferencia en manifestación. Este hecho es corroborado por el mismo Jesús, cuando interrogado por su apóstol Felipe, quien le propone que les muestre al Padre para estar tranquilos y convencidos de que Cristo es el Hijo de Dios, el Señor le responde en Juan 14:8 – 9, lo siguiente:

“Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que ESTOY con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?”

Puede usted observar como Jesús usa el pronombre personal afirmativo cuando dice “CUÁNTO HACE QUE ESTOY CON”, lo que indica pues, que Él se presenta así MISMO como EL PADRE.
Esa declaración es la que hace que los judíos se indignen y lo tomen como un blasfemo con la iniciativa de apedrearlo (v. 33), pero Él no se disculpó, ni les dijo que le habían entendido mal. Por el contrario, ya en Juan 8:24 les había dicho abiertamente que Él era el YO SOY de Israel.

Por lo tanto no hay trinidad, no existen tres personas en una substancia, no hay tal distinción en la Deidad.

Lo que hayamos en la Biblia, es que hay un solo Ser que se manifestó en carne, y que en esa manifestación en carne “habita toda la plenitud de la Deidad” (Colosenses 2:9).

Finalizando este estudio, pensemos por un momento qué pueblo, religión o nación puede darnos indicios del Único y Verdadero Dios, sino Israel. Este pueblo fue escogido para ser el testigo colectivo del Señor en el Antiguo Testamento, frente a los pueblos idólatras de aquél entonces. Es precisamente a Israel a quien se le dice: “Oye Israel, Jehová nuestro Dios, Jehová Uno es”. En hebreo, la expresión usada por Moisés para “OYE”, tiene una connotación muy especial: ¡llama la atención! Es como si dijera ¡Está alerta! ¡No vayas a decir o a pensar más de lo que te voy a decir! Y lo dicho es: “JEHOVÁ NUESTRO DIOS, JEHOVÁ UNO ES”

A este pueblo se le dijo también:

“A ti te fue mostrado, para que supieses que Jehová es Dios, y no hay otro fuera de Él. Desde los cielos te hizo oír su voz, para enseñarte; y sobre la tierra te mostró su gran fuego, y has oído sus palabras de en medio del fuego. Y por cuanto Él amó a tus padres, escogió a su descendencia después de ellos, y te sacó de Egipto con su presencia y con su gran poder, para echar de delante de tu presencia naciones grandes y más fuertes que tú, y para introducirte y darte su tierra por heredad, como hoy. Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón que Jehová es Dios arriba en el cielo y abajo en la tierra, y no hay otro.” (Deuteronomio 4:35-39).

¡Tremendo llamado de atención! Moisés les dice que aunque les parezca difícil de entender, simplemente reduzcan o reflexionen de tal manera en su corazón, para que se den cuenta que Jehová es Dios arriba en el cielo y también abajo en la tierra y que no hay más que un Dios, que no hay otros con Él.

“Ved ahora que yo, yo soy, y no hay dioses conmigo” (Deuteronomio 32:39).

Finalmente, observe las conclusiones de la Enciclopedia Microsoft® Encarta® 2000.

“El cristianismo es una modalidad de monoteísmo en que la unidad completa de Dios ha sido modificada”. “Aunque la teología cristiana habla de las tres "personas" de la Trinidad, no hay tales personas en el sentido moderno, sino tres modos de ser del mismo y único Dios”.

En consecuencia, el “lenguaje trinitario no escritural como ousia (substancia), homoousia (consubstancial), prosopón (personas), hipóstasis (substancia indivisa), procesiones, logos, etc., todos carecen de respaldo bíblico para tratar de ser aceptados. [Restitución Cristiana, Pág. 121].

Por lo tanto, a Quien se manifestó en carne, al Dios Único, Vivo y Todopoderoso, sea la gloria, la alabanza, el honor y la potencia, desde ahora y por todos los siglos.

lunes 14 de diciembre de 2009

Académicos Trinitarios Confiesan que La Teoría de la Trinidad no es Bíblica

Por Julio César Clavijo Sierra
Con un fragmento del capítulo 1 del libro "Un dios Falso Llamado Trinidad"


La Trinidad es el dogma que proclama que Dios es la unidad de tres "algos" (como dice el neotrinitarismo) o tres personas divinas (como dice el trinitarismo clásico), que son coiguales y coeternas, y que han compartido su gloria y un amor mutuo desde toda la eternidad. No obstante, dichas declaraciones trinitarias no se encuentran en la Biblia. No hay ni una sola porción de la Escritura que diga que Dios existe como la unidad de tres "algos" divinos. Ninguna porción de la Escritura hace cualquier declaración trinitaria. Si los trinitarios realmente amaran la Escritura, solo podrían aceptar lo que ella declara explícitamente: Que hay un solo Dios que es Espíritu (Juan 4:24) y que se manifestó en carne [la manifestación en carne es llamada el Hijo - Lucas 1:35] para venir a salvarnos por amor a nosotros (Isaías 9:6, Mateo 1:23, 1. Timoteo 3:15-16). El trinitarismo es una herejía que esconde de los hombres el misterio de la piedad o de la misericordia de Dios.

El trinitario promedio asume que la trinidad está en la Biblia, porque ha sido engañado para que piense que los Credos Ecuménicos (especialmente el Credo de Atanasio) son una correcta conclusión de la enseñanza bíblica sobre Dios. Por eso cuando ellos leen la Biblia, ya no permiten que la Biblia hable por sí misma (Sola Escritura), sino que la reinterpretan acomodándola a su dogma preconcebido. Por eso cuando ellos leen en la Biblia cualquier referencia a Dios como Padre, como Espíritu, o a su manifestación en carne como el Hijo, ellos asumen ilegítimamente que estas son referencias al "Padre trinitario", al "Hijo trinitario" y al "Espíritu trinitario" que aparecen en el Credo de Atanasio, y por eso no han podido entender el correcto significado de las referencias bíblicas a Dios por medio de aquellos títulos.

No obstante, los propios académicos trinitarios son conscientes de que ninguna parte de la Escritura expresa los argumentos trinitarios, pero lamentablemente aceptan dogmáticamente aquella doctrina aun sin apoyo bíblico. Reconocidos escritores trinitarios (de las corrientes católica y protestante), han afirmado que el dogma de la trinidad no es parte del Texto Sagrado, sino que es el resultado de un desarrollo muy posterior a la fecha en que la Biblia fue terminada de escribir.

El escritor trinitario Pablo Santomauro, intentando refutar nuestros planteamientos, lo único que logró fue convertirse en víctima de sus propias palabras, dándonos la completa razón cuando acepta que ninguna parte de la Biblia expresa que "hay un Dios en tres personas distintas". También cuando sin ningún temor por la Palabra de Dios, se atreve a decir que la enseñanza que la Biblia nos revela acerca de Dios es infantil, embrionaria o como un capullo de doctrina que necesitó madurarse con el pensamiento de hombres que vivieron en un periodo extrabíblico hasta poder formular que Dios era una trinidad. Además cuando concluye que la doctrina infantil de la Biblia, debe ser interpretada con los ojos maduros de los Credos Ecuménicos que son la flor doctrinal. Las declaraciones de Pablo Santomuaro deben ser rechazadas por cualquiera que crea que la Biblia es la revelación definitiva, madura y completa de Dios, y por ende no era susceptible de ningún desarrollo posterior. Veamos algunas palabras de Pablo Santomuaro.

"…la doctrina de la Trinidad no aparece totalmente formada… en la Biblia" "…todo trinitario acepta que en el AT [Antiguo Testamento] la doctrina no aparece definida en una fórmula que podamos poner en un pizarrón [es decir, que pueda ponerse por escrito]". "Todo esto es una cortina de humo con el fin de evitar discutir si la doctrina [de la Trinidad] puede o no encontrarse en el Nuevo Testamento en la etapa de su infancia". "Clavijo trata de presentar a un autor (Scholwalter) como alguien que afirma que la Trinidad no está en el Nuevo Testamento ni siquiera en forma embrionaria. Como vemos en el texto inmediato, la realidad muestra lo contrario". "La formulación de la doctrina de la Trinidad [en los credos de Nicea (325 d.C.), Constantinopla (381 d.C.) y Atanasio (aprox. 470 d.C.)] es la flor que se abrió del capullo que se encuentra en la Biblia". "Las Formulaciones post-bíblicas de la Trinidad [en los credos de Nicea, Constantinopla y Atanasio] deben ser apreciadas como parte de la progresión histórica de la doctrina que fue revelada originalmente en el Nuevo Testamento". [Pablo Santomauro. La Deshonestidad Intelectual de los Pentecostales Unicitarios. Recursos Cristianos Iglesia Triunfante. http://www.recursosevangelicos.com/showthread.php?threadid=10595] [Nota: Para ver una refutación completa a ese artículo, lea el material titulado: "Pablo Santomauro y su Falso Testimonio de Deshonestidad Intelectual", que también se ha titulado "La Honestidad Intelectual de los Pentecostales del Nombre de Jesús", en http://www.pentecostalesdelnombre.com/honestidad_pentecostales.pdf]

A continuación colocamos un fragmento del capítulo 1 del libro "Un dios Falso Llamado Trinidad", que presenta a varios académicos trinitarios, tanto católicos romanos como protestantes, confesando que el dogma de la Trinidad no es bíblico. [Todos los resaltados de las citas, son nuestros]

EL ARGUMENTO TRINITARIO
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Presentamos a continuación unas palabras que se encuentran en una reconocida obra de "teología", donde el escritor (quien es un destacado teólogo trinitario) asegura que ni la palabra trinidad, ni la "doctrina" de la trinidad se encuentran en las páginas de las Sagradas Escrituras. El escritor reconoce que la "doctrina" de la trinidad es una "conclusión sacada inductivamente", frase acuñada para justificar el uso de la imaginación (o reinterpretación) trinitaria. Además asegura que "la doctrina de la trinidad no se apoya exactamente en la misma base como las doctrinas formalmente enunciadas", por lo cual reconoce que la Biblia cuenta con doctrinas claramente establecidas de las cuales la trinidad no hace parte. Aun con todo y eso, expresa "reclamamos para ella una autoridad igual" y "Estas afirmaciones han de ser recibidas por todos los que conocen las Escrituras como regla de fe". Veamos esa declaración:

"Reconociendo que la palabra trinidad no se encuentra en el Texto Sagrado y que la doctrina que representa tampoco es enseñada directamente, el Dr. W. Lindsay Alexander afirma:

"Pero aunque una verdad no esté formalmente anunciada en la Escritura, puede estar implicada en las afirmaciones de la misma que llegan a ser la expresión propia y necesaria de estas afirmaciones. En este caso la doctrina es una conclusión sacada inductivamente de lo que anuncia la Escritura, así como una ley natural – como la de la gravitación – es una enseñanza de la naturaleza. Entonces, mientras admitimos que la doctrina de la trinidad no se apoya exactamente en la misma base como las doctrinas formalmente enunciadas de la Escritura; reclamamos para ella una autoridad igual sobre la base de que está implicada en los aciertos de la Escritura, y es la propia evolución y expresión de ésta. Como una doctrina es una inducción humana de las enseñanzas de la Escritura; pero siendo hecha imparcialmente la inducción, es tanto una enseñanza de Dios en su Palabra como lo es cualesquiera otra de las doctrinas que El ha anunciado formalmente allí.

Los fenómenos (para usar fraseología baconiana) con los que aquí tenemos que tratar son, por una parte, el hecho claramente revelado que hay un solo Dios; y, por otra parte, la no menos claramente revelada verdad de que hay tres a quienes se les asignan los atributos y las cualidades de Deidad en el más alto grado, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Estas afirmaciones han de ser recibidas por todos los que conocen las Escrituras como regla de fe: la cuestión es: ¿Cómo han de ser construidas como tales, sin hacer injusticia a ninguna, para obtener una justa y armoniosa expresión de la verdad completa contenida en ellas?" (System of Biblical Theology, I, 94, 95)"
[Lewis Sperry Chafer, D.D. litt. D. Teología Sistemática. Introducción al Trinitarismo. Tomo I. Volumen I. Capítulo XVII, pág. 279. Traducido por Veis Carballosa, Rodolfo Mendieta P, M. Francisco Liévano R.]

LA TRINIDAD, NO SE ENCUENTRA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO

Seguidamente, vamos a presentar cinco declaraciones hechas por escritores trinitarios, que afirman que la trinidad es una enseñanza que no se encuentra ni es explícita en el Antiguo Testamento. Por favor, no pierda de vista que estas declaraciones provienen de escritores trinitarios.

Primera declaración:

"El Antiguo Testamento no nos dice que en Dios hay un Padre, persona distinta de las otras dos, dícenos que Dios es Padre… El impío, el que no observa la Ley de Yahvé, no puede ser llamado su hijo. El hombre justo, por el contrario, tiene a Dios por padre, es un «hijo de Dios»… Sobre unas 2.000 veces, en el Antiguo Testamento Dios es llamado «Elohim». Todo el mundo está de acuerdo en reconocer que este nombre, que es un plural, no significa nada en contra del monoteísmo de Israel. Por el contrario, los exegetas ven más bien en él un plural de intensidad o de excelencia y de majestad, significativo de que el Dios de Israel es el único Dios verdadero. Pero en modo alguno cabe sospechar en él una revelación, siquiera oculta, de la Trinidad. Los semitas carecían del sentido de tal misterio, para comprometerse en ese camino. Por la misma razón no se puede admitir tampoco que Génesis, 1, 26, donde Dios-Elohim dice: «Hagamos un hombre», sugiera una deliberación de las tres divinas personas. Si dicho plural es atribuido a Dios, es para subrayar que es un viviente y que, ante la importancia de la obra que va a realizar: el hombre, su libertad se determina bajo la guía del amor" [Bernard Piault. El Misterio de Dios, Uno y Trino. Capítulo 1. Versión en línea. Edit. Casl I. Vall. Andorra 1958. http://www.mercaba.org/FICHAS/TRINIDAD/misterio_dios_uno_trino_01.htm] "es una cosa buena para examinar la revelación que Dios hizo a las personas judías en el Antiguo Testamento. Nosotros no encontraremos en él una lección de Trinidad – no hay ninguna" [Bernard Piault. Enciclopedia del Siglo Veinte del Catolicismo. Qué es la Trinidad. Vol. 20]

Este escritor habla con toda honestidad. El Antiguo Testamento no trae ni una sola lección de trinidad. El pueblo de Israel jamás conoció esa enseñanza. La trinidad es una enseñanza ajena al Antiguo Testamento. Aún así, Bernard Piault, se refiere a una cierta sospecha de revelación oculta de la Triniiad, porque él intenta reinterpretar algunas porciones del Antiguo Testamento, para amoldarlas a las declaraciones del Credo de Atanasio.

Segunda declaración:

"La doctrina del Dios Triuno posee una historia asombrosa. Convencido que esta doctrina es una doctrina cristiana que se originó en la revelación divina, yo comienzo a estudiar en el registro auténtico de la revelación divina que se encuentra en los sagrados escritos del Antiguo y Nuevo Testamento ¿Qué nos cuenta el Antiguo Testamento sobre Dios? Nos dice que hay un Dios, un Dios maravilloso de vida, de amor, de rectitud, de poder, de gloria y de majestad, que es el creador y Señor de todo el universo, que está intensamente interesado en las diminutas personas de Israel. Nos cuenta acerca de su Palabra, de su Sabiduría, de su Espíritu, del Mesías que enviará, de un Hijo de Hombre y de un Sirviente Sufrido por venir. Pero no dice explícitamente nada, ni siquiera implícitamente, acerca de un Dios Triuno que es Padre, Hijo y Espíritu santo… en ninguna parte hace que nosotros encontremos cualquier doctrina trinitaria de tres personas distintas con vida divina y actividad en la misma Deidad" [Edmun J. Fortman. El Dios Triuno, pág. 6. Baker Book House, Grand Rapids, MI. 1972]
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Aún cuando el escritor anterior afirma que está convencido de que la trinidad es una doctrina cristiana que se originó en la revelación divina, tiene que concluir que el Antiguo Testamento no habla ni de manera implícita, ni de manera explícita acerca del dios trino. Así, no puede afirmar más de lo que la Biblia enseña. Al mirar con sumo cuidado el Antiguo Testamento, no podemos concluir que en alguna porción se enseñe la "doctrina" trinitaria, pero sí podemos encontrar la preciosa verdad de que existe un Dios maravilloso de vida, de amor, de rectitud, de poder, de gloria y de majestad, que es el Señor de todo el universo.

Tercera declaración:

"Trinidad: (1) En el Antiguo Testamento. Como reconocen la mayoría de los padres de la iglesia, el dogma cristiano de la trinidad, no fue conocido por el Antiguo Testamento. Algunos santos padres y muchos teólogos creen hallar el dogma cristiano en aquellos pasajes de la Escritura que introducen a Dios hablando en plural (Gén. 1:26, 3:22, 11:7, Is. 6:8), en las teofanías bíblicas (Gén. 16:7-13, 18:1-22, 21:11-13), en la invocación «santo» tres veces repetida (Is. 6:3) o en el sal. 77:7s, así como en Dt. 6:4. Con más frecuencia consideran padres y teólogos al ángel de Yahvéh, la palabra de Dios y, sobre todo, la sabiduría de Dios como personas divinas o hipóstasis, y los lugares correspondientes como una revelación, siquiera inicial, del Hijo de Dios. De igual modo entienden también los pasajes en que se habla del Espíritu Santo de Dios (Is. 62,1, Sal. 51:13; sab. 1:5, 7:22, 9:17, cf. Dan 4:5s 15, 5:11s). Sin embargo, como los métodos de la exégesis filológica e histórica prohiben introducir en la interpretación del Antiguo Testamento ideas del Nuevo Testamento, todos los datos citados han de interpretarse con la mayor reserva y a lo sumo pueden estimarse como preparación remota del dogma cristiano de la revelación bíblica progresiva." [Herbert Hoag. Diccionario de la Biblia. Edición castellana preparada por el R.P. Serafínde Ausejo, O.F. M, CAP. Profesor de Sagrada Escritura. La base de la presente edición es el Bibel – Lexicon que publicó en alemán el Dr. Herbert Hoag. págs. 1967-1968. Editorial Herder. Barcelona 1978. Trinidad]

Esta porción trae declaraciones bastante interesantes. El escritor afirma que la mayoría de los llamados "padres de la iglesia", que son los padres de la iglesia católica, con todo y ser trinitarios, afirmaron que el dogma de la trinidad no fue conocido en el Antiguo Testamento. También afirma que los pocos "padres" que creyeron encontrar esa enseñanza en el Antiguo Testamento, hicieron lo mismo que han hecho algunos teólogos, y es hacer interpretaciones bastante reforzadas de algunos textos, en los que introducen el dogma de la trinidad que supuestamente aprendieron del Nuevo Testamento. No obstante, esta última declaración, es solo un intento desesperado de justificar el dogma extrabíblico de la trinidad, pues este no se encuentra ni el Antiguo ni en el Nuevo Testamento.

Cuarta declaración:

"La exégesis católica viene a coincidir en estos dos puntos: a) La Trinidad no pertenece a la fe del pueblo de Israel por no haber sido propuesta con la suficiente claridad en el Antiguo Testamento. b) En algún modo se le preparaba para recibirla, en cuanto ciertos elementos del misterio están indicados, tanto que en el Nuevo Testamento nos da la plena exposición de la doctrina contenida en el Antiguo Testamento." [Enciclopedia de la Biblia (Sexto Volumen Q-Z). pág. 1107. Ediciones Garriaga, S.A. Barcelona, Segunda Edición, 1969]

Esta declaración trae verdad y mentira. La verdad que contiene, es que afirma que la trinidad no pertenece a la fe del pueblo de Israel y tampoco fue propuesta en el Antiguo Testamento. La mentira que contiene, es que da a entender que la trinidad si está plenamente expuesta en el Nuevo Testamento, pero esta declaración es falsa, pues en ningún lugar del Nuevo Testamento se encuentra si quiera, la más sencilla declaración trinitaria que afirma: "un Dios en tres personas".

Quinta declaración.

"La revelación de la Trinidad es algo específico del Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento hay sólo insinuaciones o, por mejor decir, indicios que, a la luz de la revelación del Nuevo Testamento, y según las interpretaciones de los Padres a algunos pasajes, pueden tomarse como gérmenes de explicitación de lo que es la misteriosa vida divina...
1. Antiguo testamento. Diversos Padres de la Iglesia han querido ver en los textos en que se emplea el plural con relación a Dios (especialmente en los textos del génesis que narran la creación) y en algunas teofanías un preanuncio de la Trinidad. No parece, sin embargo, que ahí se encuentre una insinuación del misterio (se trata más bien de un plural mayestático); de modo que los comentarios patrísticos deben ser interpretados como acomodaciones hechas a la luz del Nuevo Testamento."
[Ediciones Rialp. Sección Trinidad Santísima I. Sagrada Escritura, Tradición y Magisterio. A. Revelación del Misterio Trinitario Gran Enciclopedia Rialp: GER Editor: Madrid: Rialp, 1989-1991 imp.]

Esta declaración trae inmersas verdad y mentira. La verdad que contiene, es que afirma que en el relato de la creación en el que Dios dijo: "hagamos al hombre" no se está hablando de ninguna trinidad, sino que se trata más bien de un plural mayestático. La mentira que contiene, es que afirma que algunas declaraciones del Antiguo Testamento pueden tomarse como el origen o el inicio para la idea trinitaria que según ese escritor, sí aparece clara en el Nuevo Testamento. Tal y como hemos expuesto, la "doctrina" de la trinidad no aparece ni explícita ni implícitamente, ya sea en el Antiguo o en el Nuevo Testamento. Ninguno de estos dos Testamentos expresa si quiera la más sencilla declaración trinitaria que dice: "un Dios en tres personas". La trinidad es una enseñanza falsa. (Para mayor información, vea el Capítulo 12. Pasajes Controversiales del Antiguo Testamento).

LA TRINIDAD NO SE ENCUENTRA EN EL NUEVO TESTAMENTO

A continuación veremos cinco declaraciones de escritores trinitarios de las ramas protestante y católica que afirman que la trinidad no se encuentra en el Nuevo Testamento. No perder de vista que son escritores trinitarios.

Primera declaración:

"Por otro lado, el NT no habla realmente de triunidad. Nosotros la buscamos en vano en la formula triádica del NT. ... La Cristiandad temprana, sin embargo, no tiene el problema de la Trinidad todavía en vista" [Gerhard Kittel. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento, Vol. 3, pág. 108. Copyright © 1964 Wm. B. Eerdmans Publishing co.]

Este escritor, dice cosas ciertas. El Nuevo Testamento no habla acerca de la trinidad. Todo el que quiera buscar la trinidad en el Nuevo Testamento no hace más que buscarla en vano. Algunos han creído que la trinidad se encuentra en Mateo 28:19, donde la Escritura dice: "bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo", pero ese versículo jamás dice que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sean tres personas distintas y un solo Dios verdadero. Solo eso sería trinidad y la Biblia no dice eso. Contrario a lo que piensan muchos trinitarios, el texto lejos de hablar de la trinidad lo que hace es ratificar que hay un solo Dios, pues habla de un solo nombre y por lo tanto identifica a un solo ser. Ese ser es el Dios único y su nombre es Jesús. El cumplimiento de dicho mandamiento se puede apreciar en Hechos 2:38 y otras muchas citas, que nos enseñan que el bautismo del verdadero cristiano, es en el nombre de Jesús. (Para mayor información vea el capítulo 4. Mateo 28:19 y el Bautismo en el Nombre de Jesús)

Segunda declaración:

"La Trinidad. El Nuevo Testamento no contiene la doctrina desarrollada de la Trinidad. A la Biblia le falta la declaración expresa de que el Padre, el Hijo, y el Espíritu santo son iguales, y por consiguiente, en igual sentido, el propio Dios" [Colin Brown,. Nuevo Diccionario Internacional de Teología del Nuevo Testamento. Vol 2, pág. 84. Zondervan Publishing House]

Esta declaración es excelente para nuestra discusión. El Nuevo Testamento no contiene ninguna "doctrina" trinitaria. El Nuevo Testamento no hace ninguna confesión trinitaria como más adelante apareció en los credos extrabíblicos.

Tercera declaración.

"La Trinidad no es, por supuesto, una palabra Bíblica. Como tampoco lo son triunidad, trino, trinal, subsistencia, ni esencia. Sin embargo las empleamos, y a menudo es de mucha ayuda, al tratar de expresar esta doctrina que esta tan llena de dificultades. Adicionalmente, esta es una doctrina la cual, en el Nuevo Testamento no esta explícita aunque a menudo se dice que esta implícita en el Antiguo Testamento y explícita en el Nuevo. Pero explícito significa "caracterizado por una expresión total y clara," el cual es un adjetivo difícil de aplicar a esta doctrina. Sin embargo, la doctrina nace de las Escrituras, por lo tanto es una enseñanza bíblica." [Charles Caldwell Ryrie. Teología Básica. pág. 60. Chicago: Moody Publishers]

La declaración anterior, trae verdad y mentira: La verdad que contiene, es que la palabra trinidad y sus conceptos equivalentes no son palabras bíblicas. También dice la verdad cuando afirma que esa doctrina está repleta de dificultades. Eso es completamente cierto. La mayor dificultad de esa doctrina es que no es bíblica y por lo tanto es una doctrina falsa que no se puede sustentar con la Escritura. De igual manera dice la verdad, cuando afirma que esa doctrina no es ni explícita ni implícita dentro de las Sagradas Escrituras.

Sin embargo, miente completamente, cuando afirma que esa doctrina nace de las Escrituras y que por eso es una enseñanza bíblica. Una enseñanza solo es bíblica si está en la Biblia y se puede encontrar en ella sin la ayuda de interpretaciones reforzadas. El hecho de que algunos hayan tomado las Escrituras y las hayan torcido con sus interpretaciones dogmáticas para inventarse al dios trinitario, no quiere decir, que por el hecho de que ese invento se originó en una adulteración del Texto Sagrado, sea una doctrina bíblica.

Cuarta declaración:

"Típicamente, las palabras, triunidad y trinidad son usadas para ayudarnos a expresar una doctrina que es escritural, aunque repleta de dificultades para la mente humana. De nuevo, Es necesario enfatizar, que esta es una doctrina que no esta explícitamente declarada ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento, pero que esta implícita en ambos." [J. Hampton Keathley, III, Th.M. Artículo: "La Trinidad"
http://www.bible.org/foreign/spanish/discipleship/camino1/trinidad.htm ]

Esta declaración trae verdad y mentira: La verdad que contiene, es que la "doctrina" de la trinidad no está declarada explícitamente en ninguno de los dos Testamentos. La otra verdad, es que esa doctrina está repleta de dificultades, y eso ocurre precisamente porque no es una enseñanza bíblica. La mentira que contiene, es que la trinidad está supuestamente implícita en los dos Testamentos, pero esa declaración es sencillamente una falacia. Lo implícito no puede contradecir lo explícito. La Biblia dice que Dios es uno, pero la trinidad afirma que es tres en uno, contradiciendo las declaraciones explícitas de la Escritura. Dios está interesado más que ningún otro en que los hombres sean salvos y por eso reveló la Escritura. Si Él no dijo nada claro acerca de la trinidad, es porque esa enseñanza sencillamente no es bíblica. Lo más grave de todo, es que la "teología" trinitaria, aún sabiendo que esa "doctrina" no aparece en la Biblia, reclama para ella la categoría de la doctrina principal de la supuesta fe cristiana.

Quinta declaración:

"Hasta donde el Nuevo Testamento está interesado, uno no encuentra en él una doctrina real de la Trinidad... Hay sin embargo, al mismo tiempo, en el Nuevo Testamento, los rudimentos de un concepto de Dios que era susceptible de desarrollo extenso y de clarificación, a lo largo de las líneas doctrinales" [Bernard Lohse. Una Breve Historia de la Doctrina Cristiana. Págs. 37, 39. Philadelphia: Fortress 1966]

La declaración anterior trae verdad y mentira: La verdad que contiene, es que el Nuevo Testamento no trae ninguna doctrina real de la trinidad. La mentira que contiene, es que asegura que la idea de Dios que presenta el Nuevo Testamento era susceptible de desarrollo. No, eso es falso, y es un gran pecado argumentar eso. La idea de Dios que se presenta en la Biblia no es susceptible de ningún desarrollo, y simplemente debe creerse como se enseña en la Escritura sin llegar a inventar nada. El desarrollo adicional al que se refiere dicho escritor, fue el invento de la idea trinitaria, con la cual ese escritor simplemente ratifica que aquellos que desarrollaron la trinidad tuvieron que pensar más allá de lo que está escrito. Si pensaron más allá de lo que está escrito, entonces cometieron el pecado de torcer las Escrituras para su propia perdición (Apocalipsis 22:18)

LA TRINIDAD NO SE ENCUENTRA EN TODA LA BIBLIA

La trinidad no es ninguna doctrina bíblica. Hasta los mismos teólogos trinitarios lo han reconocido. Sin embargo creen y confían en esa enseñanza, ya que han querido ser sabios en su propia opinión. Sin embargo, la Biblia nos enseña que antes de ser sabios en nuestra propia opinión, debemos temer a Dios y debemos apartarnos del mal (Proverbios 3:7).

Vamos a mostrar cinco declaraciones hechas por teólogos trinitarios de las ramas católica y protestante, donde ellos declaran que la "doctrina" de la trinidad no está en la Biblia.

Primera declaración:

"El Antiguo Testamento… no dice explícitamente nada o de una manera implícita que hay un Dios triuno que es Padre, Hijo, y Espíritu santo…No hay ninguna evidencia de que algún escritor sagrado sospechó de la existencia de una paternidad y filiación divinas dentro de la Deidad. Incluso, querer ver en el Antiguo Testamento, sugerencias o señales de la trinidad de personas, es ir más allá de las palabras expresadas por los escritores sagrados

obviamente, no hay doctrina trinitaria en los sinópticos y los Hechos. Pero hay restos de la estructura triádica del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo en ambos…Los escritores del Nuevo Testamento nos dicen que hay sólo un Dios, el Creador y Señor del universo, quien es el Padre de Jesús. Llaman a Jesús el Hijo de Dios, Mesías, Señor, Salvador, Verbo, Sabiduría. Le asignan funciones divinas de creación, salvación, juicio. Algunas veces le llaman Dios explícitamente…Nos dan en sus escritos un plan triádico básico y fórmulas triádicas. Ellos no hablan en términos abstractos de naturaleza, sustancia, persona, relación, circumincessio, misión, pero presentan en su propio estilo las ideas detrás de estos términos. Ellos no dan ninguna declaración formal ni ninguna formula de la doctrina de la trinidad, no se encuentra ninguna enseñanza explícita de un Dios en tres personas divinas co-iguales. Pero sí nos dan un trinitarismo elemental, la información de la que la doctrina del Dios Triuno puede ser formulada… En los sinópticos y en Hechos existen trazas del patrón triádico de Padre, Hijo y Espíritu. La expresión más clara de este patrón se encuentra en la fórmula baptismal donde Mateo presenta a los tres juntos como una tríada y una unidad al mismo tiempo. Pero en ninguna parte nosotros encontramos cualquier doctrina trinitaria de tres personas distintas en la vida divina y activas en la misma Deidad" [Edmund J. Fortman. El Dios Triuno, págs. 6, 14-16. Baker Book House, Grand Rapids, MI. 1972]

Mejor declaración no podría hacerse. Ni el Antiguo ni el Nuevo Testamento se habla acerca de la trinidad. En ninguna parte de las Sagradas Escrituras nosotros encontramos alguna "doctrina" trinitaria. En este fragmento encontramos que:

Edmund Fortman reconoce que en ninguna parte del Antiguo o del Nuevo Testamento nosotros "encontramos cualquier doctrina trinitaria de tres personas distintas en la vida divina y activas en la misma Deidad". Además reconoce que ninguno de los escritores del Nuevo Testamento "dan una declaración formal o fórmula de la doctrina de la Trinidad, ni una enseñanza explícita de que en Dios hay tres personas divinas co-iguales".

Edmund Fortman, reconoce que los autores del Nuevo Testamento nunca utilizan alguno de los términos abstractos que fueron inventados para poder formar la trinidad. (Recordemos que para los trinitarios, la doctrina de Dios que contiene el Nuevo Testamento no está formada, sino que es un embrión o capullo de doctrina). Fortman dice de los autores del Nuevo Testamento: "Ellos no hablan en términos abstractos de naturaleza, sustancia, persona, relación, circumincessio, misión…". No obstante, inventa que ellos "presentan en su propio estilo las ideas detrás de estos términos". Para su infortunio, no puede presentar ninguna prueba que sostenga semejante afirmación ya que no existe.

Como todo trinitario, Edmund Fortman reinterpreta la Escritura poniéndose las gafas oscuras del Credo de Atanasio, por lo cual tuerce la Escritura para "armonizarla" con ese escrito extrabíblico. Esa es la razón por la cual ignora por completo que la Escritura habla de un solo Dios que es Espíritu y que fue manifestado en carne, cuyo nombre es Jesús. Esa es también la razón por la cual él reinterpreta la Escritura para referirse torpemente a Dios como "ellos" y para imaginarse que los términos Padre, Hijo y Espíritu Santo, son tres coordinaciones situadas "en el mismo nivel… en lo que tiene que ver con divinidad y personalidad".

Segunda declaración:

"En las Escrituras, aún no hay ningún término por el cual las Tres Personas Divinas sean denotadas juntas. La palabra trias (de la cual su traducción latina es trinitas) fue primeramente encontrada en Teófilo de Antioquía cerca del año 180 D.C. El habla de "la Trinidad de Dios (el Padre), su Palabra y su Sabiduría" ("Ad. Autol", II, 15). El término, era usado antes de su tiempo. Más tarde, aparece en su forma Latina de trinitas en Tertuliano ("De pud". C. Xxi). En el siglo siguiente, la palabra tiene uso general. Se encuentra en muchos pasajes de Orígenes ("In Ps. Xvii", 15). El primer credo en el cual aparece es aquel del pupilo de Orígenes, Gregorio Thaumaturgus. En su Ekthesis tes pisteos compuesto entre los años 260 y 270" [Enciclopedia Católica. Santísima Trinidad. G. H. JOYCE. Traducido por Carolina Eyzaguirre A.
http://www.enciclopediacatolica.com/t/trinidad.htm]

Sí, en la Biblia nada indica una pluralidad de personas en la Deidad. Tuvieron que pasar muchos años para que la "doctrina" de la trinidad apareciera, y eso ocurrió cuando algunos hombres perversos cambiaron al Dios de la Biblia por un dios falso llamado trinidad.

Tercera declaración:

"La Trinidad es una parte importante de la doctrina cristiana tardía, está claro que el término no aparece en el Nuevo Testamento. Igualmente, el concepto desarrollado de tres compañeros iguales en la Deidad encontrada en las formulaciones de los credos tardíos no puede descubrirse claramente dentro de los confines del canon. Los creyentes posteriores sistematizaron las diversas referencias a Dios, Jesús, y el Espíritu, encontradas en el Nuevo Testamento, con la finalidad de luchar contras las tendencias heréticas de cómo los tres se relacionan. La elaboración del concepto de la Trinidad también sirve para defender la iglesia de las acusaciones de bi o triteísmo. Debido a que los "cristianos adoraban a Jesús como un dios" (Plinio, Epístolas 967), cómo podían reclamar ser la continuación de la tradición monoteísta del Dios de Israel". Varias respuestas son sugeridas, debatidas, y rechazadas como heréticas, pero la idea de una Trinidad, un Dios subsistiendo en tres personas y una sustancia, finalmente prevaleció. Mientras que los autores del Nuevo Testamento dicen bastante sobre Dios, Jesús y el Espíritu de ellos, ningún escritor del Nuevo Testamento se expande en la relación entre los tres con los detalles que los escritores cristianos de épocas posteriores lo hicieron. La primera evidencia neotestamentaria por una fórmula está en 2 Corintios 13.13... Una formulación más conocida se encuentra en Mateo 28:19... Mateo registra un conexión especial entre Dios el Padre y Dios el Hijo, pero no llega a proclamar que Jesús es igual a Dios. Es el Evangelio de Juan el que sugiere la idea de igualdad entre Jesús y Dios .... El cuarto Evangelio comienza con la afirmación de Jesús como el Verbo y terminan con la confesión de Tomás de que Jesús es Señor y Dios..." [Daniel N. Scholwalter. Compañía Oxford de la Biblia. Trinity. pág. 782. Bruce M. Metzger y Michael D. Coogan, Editors]

Daniel N. Scholwalter, reconoce que "está claro que el término no aparece en el Nuevo Testamento" y que de igual manera, "el concepto desarrollado de tres compañeros iguales en la Deidad encontrada en las formulaciones de los credos tardíos no puede descubrirse claramente dentro de los confines del canon".

Reconoce que en los siglos inmediatamente posteriores al establecimiento de la iglesia cristiana, se dieron varias controversias en torno a la naturaleza de Dios, al decir que "Varias respuestas son sugeridas, debatidas, y rechazadas como heréticas".

Afirma que aquellos hombres que desarrollaron la trinidad, se expandieron en consideraciones de relaciones entre tres personas divinas, cosa que no hicieron los escritores del Nuevo Testamento, cuando dice que: "ningún escritor del Nuevo Testamento se expande en la relación entre los tres con los detalles que los escritores cristianos de épocas posteriores lo hicieron".

Finalmente, el escritor reconoce que con el transcurrir del tiempo, la gran mayoría de personas que llegaron a denominarse cristianas, aceptaron la idea de tres compañeros iguales en la Deidad, a pesar de que ese concepto no puede descubrirse claramente en la Biblia. Estas son sus palabras: "pero la idea de una Trinidad, un Dios subsistiendo en tres personas y una sustancia, finalmente prevaleció".

Lo interesante de estas declaraciones, es que afirman que el concepto desarrollado de la trinidad no se puede encontrar en ninguna parte del canon (texto revelado) sino en un tiempo muy posterior. El escritor afirma que la "doctrina" de la trinidad llegó a ser importante para la cristiandad tardía. El asunto es que para el tiempo en que la trinidad fue inventada, muchos de los que se llamaban cristianos, habían apostatado de la fe. Por eso, el hecho de que aceptaran una doctrina falsa, que enseñaba a un dios falso, era algo apenas natural.

Cuarta declaración:

"1) La Sagrada Escritura no ha desarrollado teología trinitaria alguna en el sentido de esa descripción. Pero constituye la base de la misma porque, sobre el fundamento del monoteísmo veterotestamentario, habla de Dios en el nuevo Testamento como Padre, Hijo y Espíritu Santo, a la vez que presenta los primeros planteamientos para un razonamiento sobre ese misterio al hacer ciertas afirmaciones sobre las relaciones del Padre y del Hijo, y de ambos con el Espíritu Santo.
2) La doctrina trinitaria en sentido estricto se inicia históricamente con el problema de cómo puede conciliarse el monoteísmo del Antiguo Testamento (y de la filosofía) con la revelación bíblica de que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Pero, sobre todo, intenta exponer la relación dialógica de Jesucristo con el Padre de forma que se mantenga la unidad de Dios. Eso ocurre siempre eliminando las concepciones mentales insatisfactorias."
[Beinert, Wolfgang. Diccionario de Teología Dogmática. pág. 211. Versión castellana de Claudio Gancho. Editorial Herder, Barcelona 1970]

La afirmación anterior, trae declaraciones bastante interesantes. Afirma que en la Santa Escritura no se ha desarrollado ninguna "doctrina" trinitaria. Sin embargo miente cuando afirma que la Escritura es la base para la "doctrina" trinitaria. La Escritura no es la base para ninguna "doctrina" trinitaria porque nosotros debemos conformarnos únicamente con lo que está escrito. Pensar más allá de eso es simplemente ignorar las Escrituras y el gran poder de Dios (Mateo 22:29). El Nuevo Testamento habla de Dios y lo llama Padre porque él es nuestro Padre Eterno. También lo llama Espíritu porque Dios es Espíritu, y lo llama Hijo porque Dios fue manifestado en carne. Nada de eso indica ninguna trinidad para que uno llegue a pensar eso.

El escritor afirma que históricamente el asunto de la trinidad se inicia con un problema. Ese problema consistió en como "armonizar" el monoteísmo bíblico con el supuesto monoteísmo filosófico. La verdad es que las dos cosas no se podían armonizar sin caer en la desgracia de la mentira, pues el supuesto monoteísmo filosófico estaba manchado de paganismo. ¿Por qué estos hombres se dieron a la tarea de supuestamente armonizar el monoteísmo bíblico con la filosofía? Sencillamente, porque no le quisieron creer a la Palabra Bendita y no se conformaron con lo que está escrito, sino que adulterando la Sagrada Escritura, inventaron doctrinas extrañas para su propia perdición. (Para mayor información vea el Capítulo 3. La Tradición y la Filosofía en el Desarrollo de la "Doctrina" Trinitaria)

"Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina." (2. Pedro 2:1)

FUE UN DESARROLLO GRADUAL

Dado que la "doctrina" trinitaria no se encuentra en ninguna parte de las Sagradas Escrituras, su invención, desarrollo y ajuste, se debió a un proceso gradual que se concretó muchos años después de que la Biblia fue escrita (En el capítulo 3. La Tradición y la Filosofía en el Desarrollo de la "Doctrina" Trinitaria, se hace una exposición más amplia de este asunto).

¡Hasta los mismos teólogos trinitarios saben eso! Por ahora vamos a mostrar cuatro declaraciones de algunos teólogos trinitarios de las ramas católica y protestante que ratifican esta situación.

Primera declaración.

"La presentación acumulada intelectualmente del misterio divino es algo trascendente a nuestras categorías mentales que es difícil hacerlo sin entrar en la categoría del hombre. A lo que no puede menos que añadirse el choque que podía producir en la mentalidad del pueblo judío con su celoso, pero estrecho monoteísmo, y por otra parte, el peligro de ser mal entendido y confundido con alguna de las formas de politeísmo más o menos purificado adoptada en el ambiente pagano de aquellos tiempos. Fue, pues, providencial que la formulación del dogma trinitario en los esquemas de los símbolos de la fe fuese dejada al trabajo de la Iglesia, que buscó una inteligencia de ella bajo la asistencia del Espíritu de la verdad, ocasionalmente movida por las herejías y errores que oponían la fe sencilla de la cristiandad primitiva, ya la incomprensibilidad del misterio, ya principalmente las contaminaciones del sincretismo filosófico-religioso de la época.

Por tanto, en la exposición del misterio de la Trinidad en la Sagrada Escritura no debemos buscar un formulado conceptual equivalente en su aspecto exterior a las fórmulas de los símbolos posteriores; sino más bien a los elementos que constituyen la sustancia del misterio, que a su vez ha sido llamado con razón por los padres antiguos Substantia Novi Testamenti. Y también por lo dicho es obvio que sean mucho más numerosos los pasajes en que se habla en particular de alguna de las divinas personas, que los que nos presentan el misterio en su totalidad." [Enciclopedia de la Biblia (Sexto Volumen Q-Z). pág. 1106. Ediciones Garriaga, S.A. Barcelona, Segunda Edición, 1969]

En la cita que acabamos de mostrar, dicho escritor afirma que el asunto de la trinidad no se encuentra en las Sagradas Escrituras. La explicación que nos da, es que sí esa enseñanza hubiera quedado inmersa en el Nuevo Testamento, hubiera atentado nada más y nada menos que contra el estricto monoteísmo de los judíos, por lo cual habría chocado contra la mentalidad de ellos. Además, afirma que si la enseñanza trinitaria hubiera quedado plasmada en la Escritura, podría haber sido confundida con politeísmo. Por eso dice que el desarrollo, la formulación y los esquemas de esas doctrinas tuvieron que ser desarrollados por la iglesia.

Pero ¿Por cuál iglesia fue desarrollada la "doctrina" de la trinidad? De hecho no fue por la verdadera iglesia cristiana que se ha aferrado y creído a la Escritura con un amor inmenso y entrañable, sino por la cristiandad apóstata que no amó la verdad y adulterando la Palabra se inventó a otro dios. La verdadera iglesia jamás ha tenido que pensar más allá de lo que está escrito, pues la Biblia es su confianza y es su Palabra profética más segura. La falsa iglesia cristiana que no ha querido conformarse solamente a la Escritura, desarrolló una "doctrina", en la que no fue dirigida por el Espíritu Santo, sino por el espíritu de error, y por eso el resultado fue una "doctrina" que presenta a otro dios y enseña otro evangelio.

"Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema." (Gálatas 1:8-9)

El Nuevo Testamento no es ninguna sustancia para la falsedad de la trinidad (Substantia Novi Testamenti) sino la verdad revelada que debemos creer. Cuando alguien afirma que el Nuevo Testamento no contiene toda la verdad, sino que es el origen o la base de una verdad aún mayor, ha demostrado que no ama la Escritura y que la considera insuficiente. En el Nuevo Testamento encontramos la verdad que la "teología" trinitaria no ha querido creer, y es que el único y sabio Dios fue manifestado en carne como un hombre para redimirnos de toda iniquidad. No hay allí ninguna idea trinitaria, sino la más hermosa declaración de amor, pues Dios amó tanto a la humanidad, que él mismo y no otro vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. El Nuevo Testamento proclama que sólo Jesús es Dios, que Jesús es el único Dios.

Segunda declaración:

"Aunque la Biblia enseña la verdad de la Triunidad de Dios de una manera implícita tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, el desarrollo y delineamiento de esta doctrina fue dada debido al surgimiento de grupos heréticos o de maestros que negaban ya sea la deidad de Cristo o la del Espíritu Santo. Esto llevó a la Iglesia primitiva a cristalizar la doctrina de la Triunidad. De hecho, Tertuliano, en 215 DC fue el primero en manifestar esta doctrina utilizando el término, Trinidad." [Earle E. Cairns. Cristianismo a Través de los Siglos. pág. 122. Zondervan, Grand Rapids. 1967]

Ya hemos visto que la "teología" trinitaria utiliza el falso argumento de que la trinidad está implícita tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, pero nada de eso es cierto. La trinidad no se encuentra en la Escritura ni de manera implícita ni de manera explícita, sencillamente porque no es una doctrina bíblica.

La Iglesia primitiva nunca cristalizó la "doctrina" de la trinidad, pues la Iglesia primitiva simplemente creyó a lo que dice la Escritura. Contrario a lo que dice el escritor que acabamos de mencionar, la enseñanza trinitaria no surgió para defender la deidad de Cristo o la del Espíritu Santo, sino que surgió para negarla. Toda la Biblia nos enseña la Deidad de Cristo. La Biblia dice que Cristo es el Dios santo manifestado en carne (Mateo 1:23, Colosenses 2:8-10). La trinidad dice lo contrario, dice que Cristo es una segunda persona de Dios. La trinidad no solo atacó a la doctrina bíblica de un solo Dios, sino que rebajó la Deidad de Jesús, pues negó que Jesucristo fuera él único Dios, es decir el Padre Eterno manifestado en carne. El trinitarismo presenta una imagen distorsionada acerca de Jesús, pues aún cuando dice que Jesús es Dios, afirma que hay otros dos que son tan Dios como él. De esa manera, la "teología" trinitaria le quita mérito a la plenitud de la Deidad de Cristo como está descrita en la Biblia.

La Biblia enseña que Dios es Espíritu y es Santo, por esa razón uno de los títulos de ese único Dios, es Espíritu Santo. Sin embargo la trinidad en contravía a la Escritura, afirma que el Espíritu Santo es una tercera persona, y que hay otros dos que son tan Dios como él. Tal como se puede apreciar, el trinitarismo no surgió como producto de una defensa a la Deidad del Espíritu Santo como el único Dios que es, sino que surgió para negarla.

Tercera declaración:

"En relación a la batalla que la iglesia primitiva tuvo que llevar a cabo, Walter Martín escribe:

A medida que el Nuevo Testamento fue completado hacia el cierre del primer siglo, la tierna iglesia batallaba por su vida en contra de viejos adversarios –– la persecución y el error doctrinal. Por otro lado estaba el imperio Romano, el Judaísmo Ortodoxo, y las hostiles religiones paganas, y por el otro lado estaban las herejías y las doctrinas que causaban división. El Cristianismo Primitivo fue realmente un período peligroso.

Probablemente ninguna doctrina fue objeto de más controversia en la iglesia primitiva que la de la Trinidad. Ciertamente la enseñanza de "un solo Dios en tres Personas" fue aceptada en la iglesia primitiva, pero solamente al ser desafiada esta enseñanza fue que emergió una doctrina sistemática de la realidad." [J. Hampton Keathley, III, Th.M. Artículo: La Trinidad. Citando a Martin, págs. 22-23
http://www.bible.org/foreign/spanish/discipleship/camino1/trinidad.htm]

Dicho escritor nos dice algo verdadero. El Nuevo Testamento fue completado al terminar el siglo primero. Durante ese tiempo la Iglesia primitiva batallaba contra la falsa doctrina. Había muchos peligros. En efecto, la doctrina de más controversia fue la de la trinidad, no porque fuera la doctrina bíblica, sino precisamente porque la verdadera iglesia se dio cuenta de que esa era una enseñanza falsa a la que tocaba atacar con todas las fuerzas.

La enseñanza de "un solo Dios en tres personas" es sencillamente un absurdo y contradice a la Palabra de Dios. Esa enseñanza jamás fue aceptada por la Iglesia primitiva. Esa enseñanza surgió dentro del seno de la cristiandad apóstata. Con el desarrollo de la trinidad, no emergió ninguna doctrina sistemática de la realidad, sino que realmente surgió una gran herejía.

Cuarta declaración:

"Cairns discute de esta manera aquel tiempo de controversia teológica en la iglesia primitiva y el extremo cuidado que se le dio a este asunto:

Fue una era en la que los principales dogmas de la Iglesia cristiana fueron desarrollados. La desfavorable connotación que lleva la palabra "dogma" en una era de laxitud doctrinal, tal como la presente, no debe oscurecer el valor del dogma para la Iglesia. La palabra "dogma" vino a través de la forma latina de la palabra Griega dogma, la cual se derivó del verbo dodeo. Esta palabra significa pensar. Los dogmas o doctrinas formulados en este período fueron el resultado de un intenso pensamiento y búsqueda del alma con el fin de interpretar correctamente el significado de las Escrituras acerca de los puntos disputados y evitar las opiniones erróneas (doxai) de los filósofos." [J. Hampton Keathley, III, Th.M. La Trinidad. Citando a Cairns, pág. 141.
http://www.bible.org/foreign/spanish/discipleship/camino1/trinidad.htm]

De acuerdo a lo que hemos leído en esta declaración, el escritor afirma que los dogmas de la iglesia, fueron desarrollados en el periodo de controversias doctrinales de la edad post apostólica. Pero ¿sería la verdadera iglesia la que estaba desarrollando dogmas? Ciertamente no. La iglesia verdadera tiene y ha tenido toda su confianza en la Escritura. La fe fue dada una vez a los santos (Judas 3) y está plasmada en la Santa Escritura. La invención de los dogmas que surgieron de un "intenso pensamiento" fueron el resultado de la adulteración que hiciera de la Biblia, la cristiandad apóstata, y que trajeron consigo la aceptación del dogma de la trinidad. Juntamente con esta aceptación, se desarrollaron otros dogmas, tales como la adoración de imágenes, la veneración a María y a los santos, el bautismo de niños, y muchas otras doctrinas que van en contravía de la Palabra de Dios.

FUE DESARROLLADA EN LOS CONCILIOS ECUMENICOS

La declaración definitiva de la trinidad, tal y como la conocemos el día de hoy, se dio sólo hasta el final del cuarto siglo, después de ser desarrollada en los llamados concilios ecuménicos del cuarto siglo. Asimismo, fue perfeccionada en el Credo de Atanasio, escrito a finales del quinto siglo.

Primera declaración:

"todo esto subraya el punto que la Cristiandad primitiva no tenía una doctrina explícita de la Trinidad como se elaboró como consecuencia en los credos de la iglesia temprana" [James L. Barrer. Apostasía en la Divina Iglesia. pág. 44. Salt Lake City UT, 1960]

La anterior declaración, ratifica que la cristiandad primitiva no conoció la "doctrina" de la trinidad. ¿Por qué no la conoció? Porque confiaba únicamente en la Escritura y nada más que en la Escritura. Dicho escritor afirma, que la doctrina explícita de la trinidad se elaboró en los credos de la iglesia temprana. Pero ¿cuál era esa iglesia temprana que elaboró esos credos? Nuevamente tenemos que decir que no fue la Iglesia verdadera, pues esta confió únicamente en lo que la Biblia enseña. La invención de esos credos a los cuales se les ha dado más valor que a la misma Biblia, no fue el trabajo de la verdadera iglesia del Señor, sino que fue el trabajo de la cristiandad apóstata.

Segunda declaración:

"la iglesia católica enseña el misterio incomprensible de que Dios se ha revelado a la humanidad como una trinidad de personas -- el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Tres Personas, Un Dios. El misterio de la trinidad es la doctrina central de la fe católica. Sobre él se basan el resto de enseñanzas de la iglesia. La iglesia estudió el misterio con gran cuidado y, después de cuatro siglos de clarificación, decidió indicar la doctrina de esta manera: En la unidad de la divinidad hay tres personas, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, verdaderamente distintos cada uno de los otros." [El Manual Católico. 1988]

Cómo lo dice este escritor, para que existiera una verdadera "doctrina" trinitaria tuvieron que pasar cuatro siglos. Fue por el cuarto siglo cuando por fin se hizo una declaración explícita de la trinidad. La Biblia terminó de ser escrita por el año 100, y el dogma trinitario fue formulado hasta el cuarto siglo. Ciertamente la trinidad no es la enseñanza original que tuvo la Iglesia primitiva acerca de Dios, en efecto, la trinidad es un dios falso inventado por la cristiandad apóstata.

"Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma." (Jeremías 6:16)

Tercera declaración:

"El punto, entonces, es simplemente este: Mientras que el termino Trinidad nunca es utilizado específicamente ni la doctrina explicada específicamente en la Escritura. No obstante esta implícitamente establecida. Los concilios de la iglesia, en su lucha en contra de la herejía, se vieron forzados a pensar a través de lo que la Biblia decía acerca de cómo Dios existe. El resultado fue la doctrina de la Triunidad, pero permítanme enfatizarlo, el desarrollo de esta doctrina estuvo basado en un cuidadoso estudio de las Escrituras." [J. Hampton Keathley, III, Th.M. Artículo: "La Trinidad"
http://www.bible.org/foreign/spanish/discipleship/camino1/trinidad.htm]

Este escritor ratifica que la "doctrina" de la trinidad no está en la Escritura, pero se atreve a afirmar que el desarrollo del dogma trinitario estuvo basado en un cuidadoso estudio de las Escrituras. Eso sencillamente no es cierto. El desarrollo de la "teología" trinitaria no estuvo basado en un cuidadoso estudio de las Escrituras sino en un trabajo artificial, en el cual se mezcló paganismo filosófico y religioso con la verdad revelada, lo cual dio como resultado la aparición de muchas doctrinas falsas, entre ellas la más notable, la de la trinidad. Los concilios de la iglesia que desarrolló el dogma de la trinidad, no fueron concilios de la verdadera Iglesia del Señor, sino de la iglesia Católica.

Cuarta declaración:

"…En el curso de su refutación se precisó la doctrina de la Trinidad cristiana y halló su formulación la ortodoxia de la fe en esta materia. La culminación de este proceso tuvo lugar ante todo en los dos primeros concilios ecuménicos de la historia de la iglesia, Nicea (325) y Constantinopla I (381). El segundo asignó al Espíritu lo que el primero le había atribuido al Verbo; estos dos concilios, apoyados en la floreciente reflexión teológica de la época (desde Atanasio hasta los padres capadocios), establecieron la doctrina esencial frente a las herejías que desnaturalizaron el dogma trinitario." [Paul Pourpard. Diccionario de las Religiones. Versión Castellana de DIORKI de la obra dirigida por el cardenal Paul Poupard, Dictionnaire des Religions, Presses Universitaires de France, Paris. pág.1784. Editorial Herder, S.A. Barcelona 1987]

El escritor afirma, que la "doctrina" trinitaria solo tomó una forma explícita hasta el concilio de Constantinopla en el año 381. En el año 325 ya se había dado una primera aproximación pero no estaba completamente ajustada. Así, creer a los credos ecuménicos, es darle mayor valor a enseñanzas ajenas a las Escrituras que a la misma Palabra de Dios. La "teología" trinitaria ha cometido el error de enseñarle a sus fieles, que por encima de los escritores sagrados – que recibieron la doctrina directamente de Dios – hubo personas que fueron capaces de enseñar la doctrina de una mejor manera. Esa "teología" no se ha conformado ni se ha ajustado a la Biblia sino con los credos inventados por hombres inicuos que no amaron la verdad.

Nosotros, los verdaderos cristianos, los pentecostales apostólicos del nombre, consideramos un honor, el hecho de estar por fuera de esos credos ecuménicos, a fin de estar dentro de la Biblia.

"El celo que siento por ustedes proviene de Dios, pues los tengo prometidos a un solo esposo, que es Cristo, para presentárselos como una virgen pura. Pero me temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, los pensamientos de ustedes sean desviados de un compromiso puro y sincero con Cristo. Si alguien llega a ustedes predicando a un Jesús diferente del que les hemos predicado nosotros, o si reciben un espíritu o un evangelio diferentes de los que ya recibieron, a ése lo aguantan con facilidad" (2. Corintios 11:2-4 - NVI).

martes 24 de noviembre de 2009

La Añadidura: "Tres son los que dan Testimonio en el Cielo... y Estos Tres son Uno" en 1. Juan 5:7

Por Rafael Rodríguez
Tomado del libro: Lo que Usted no Sabía de la Trinidad



Me acuerdo de una noche, en un programa de radio, que un predicador jubiloso decía: “Para quien quiera saber donde se encuentra nuestro fundamento para los que creemos y enseñamos la doctrina de la Trinidad, le invito a descubrirlo en 1. Juan 5:7-8.
Cuando escuché tal declaración, inmediatamente me di cuenta que aquel predicador no sabía nada acerca de 1. Juan 5:7-8.
Sé de antemano que muchos hermanitos sinceros serán sacudidos por las declaraciones que voy a hacerles. Sabiendo que voy a ser muy criticado por muchos, pero creo que es mi deber descubrir lo que ya muchos, por largo tiempo han callado por temor a ser rechazados.
¿SABIA USTED AMADO LECTOR, QUE 1. JUAN 5:7-8 FUE ADULTERADO CON EL PROPOSITO DE INTRODUCIR LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD?
Confieso que al principio, para mí fue un descubrimiento doloroso al darme cuenta que en la traducción Reina-Valera existen versos los cuales han sido alterados por el hombre.
Quiero contarles como fue que descubrí esta alteración. Aproximadamente un año después de mi conversión, yo había comprado un precioso ejemplar de la versión católica La Sagrada Biblia, edición ecuménica, versión directa de los textos primitivos, por monseñor Doctor Juan Straubinger, prensa católica de Chicago, la cual dice de la siguiente manera:
1. Juan 5:7-8. “Porque tres son los que dan testimonio [en el cielo el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra]: El Espíritu, y el agua y la sangre; y los tres concuerdan.
Gracias a Dios que he podido escribir exactamente como están estos dos versículos en mi Biblia versión católica, donde comencé a aprender de las Sagradas Escrituras.
Espero que pueda usted notar, amado lector, estas marcas [...] en los versos que le acabo de citar, incluyendo la parte que dice [...en el cielo el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, y estos tres son uno. Y tres son los que dan testimonio en la tierra].
Estos signos se llaman corchetes y se usan en la escritura para reunir diferentes cosas. De manera que cuando yo descubrí estos signos, llamaron mi atención de tal manera que aún teniendo desconfianza de las versiones protestantes de la Biblia, conseguí otra Biblia de la misma versión Juan Strubinger pero ahora comentada.
¡En esta Biblia comentada, ahora descubría algo fantástico! Pues en el comentario de 1. Juan 5:7-8 dice: “lo que va entre corchetes no está en el antiguo texto griego y falta igualmente en muchos manuscritos latinos, habiendo sido muy discutida su autenticidad”. Pero unos renglones más abajo descubrí algo que me impactó tremendamente, pues decía: “El controvertido pasaje fue finalmente objeto de dos resoluciones del magisterio eclesiástico que refiere así el P. Bonsirven el 13 de enero de 1987, “la Sagrada Congregación de la Inquisición, había declarado en un decreto confirmado… por León XIII que no se podía negar o poner en duda que… 1. Juan 5:7 sea auténtico””.
Después de haber leído esta declaración en una versión católica de la Biblia, habiendo recibido el evangelio en esos días, me informé acerca de las librerías cristianas ya que mi deseo era seguir escudriñando la verdad de esta porción de la Escritura, obteniendo un resultado formidable, ya que obtuve toda la información que ahora les presento.
El Comentario Bíblico Moody dice de la siguiente manera: “en 1. Juan 5:7 el texto de este versículo debería decir, tal como lee Reina Valera Revisada, Porque tres son los que dan testimonio… ni un solo manuscrito contiene la añadidura trinitaria antes del siglo catorce y nunca se cita el versículo en las controversias trinitarias en los primeros 450 años de la era cristiana”.
Lo que descubrí de este comentario me pareció muy interesante ya que asegura que lo que estos textos hablan de la Trinidad es una añadidura. Además este comentarista declara enfáticamente que durante los primeros 450 años del cristianismo hubo muchas disputas respecto a la doctrina de la Trinidad, más en estos primeros 450 años, los que defendían esta doctrina nunca citaron a 1. Juan 5:7-8 como un respaldo. Pregunto: ¿por qué durante estos años de lucha buscando establecer la Trinidad, no recurrieron a esta porción? ¿Por qué no citaron 1. Juan 5:7 durante estos primeros años, siendo que era cuando más necesitaban estas declaraciones? ¡Sólo hay una razón! ¡Todavía no se habían alterado estos versos!
Encontré también el Nuevo Testamento traducido del original griego por Pablo Besson, quien omite la alteración del verso 7 y en una nota dice: “El V. 7 de los tres testigos en el cielo, falta en los manuscritos griegos. La fórmula trinitaria fue interpolada muchos años después del escrito original”.
Citaré otro comentarista para comprobar que en 1. Juan 5:7-8 hubo una alteración en el texto original, y este es el Comentario Bíblico Beacon, el cual dice de la siguiente manera: “En esta sección hay un problema textual en la última porción del verso 7 y la primera del verso 8. Estas pocas palabras son reconocidas por los eruditos en el Nuevo Testamento como una glosa, un comentario marginal que se deslizó en el texto durante alguna traducción temprana. Los dos versículos completos en el original deberían leer: Porque tres son los que dan testimonio: El Espíritu, el agua y la sangre”.
¿No le parece amado lector que es una gran bendición el poder el día de hoy tener acceso a todos estos libros?
Una de las primeras versiones de la Biblia que conseguí con el fin de descubrir la verdad de estos versículos fue Dios Habla Hoy, Versión Popular, traducción directa de los textos originales hebreo, arameo y griego, en la cual en el verso 7 solo se encuentra la frase: “tres son los testigos”. Y en el verso 8: “El Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres están de acuerdo”.
De manera que entre los versículos 7 y 8, en los manuscritos originales solo encontramos: “Porque tres son los testigos, el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres están de acuerdo”.
Como podemos ver, quitando la añadidura, desaparece de estas Escrituras la doctrina trinitaria, y lo que me pregunto hoy es: ¿Qué harán ahora todos los que creyeron y enseñaron que el fundamento trinitario estaba en 1. Juan 5:7-8?
Otra prueba que tengo es la Sagrada Biblia traducción del Presbítero Agustín Magaña Méndez, Ediciones Paulinas. Esta versión dice en 1. Juan 5:7-8: “Tres son los que dan testimonio: El Espíritu, el agua y la sangre, estos tres están de acuerdo”.
Para que el lector tenga pruebas de que 1. Juan 5:7-8 está alterado, tomaré otras de las Biblias que conservo y es La Biblia Latinoamericana, texto íntegro traducido del hebreo y del griego, Ediciones Paulinas. Esta versión de la Santa Escritura dice en 1. Juan 5:7-8: “Son tres entonces los que señalan a Jesucristo: El Espíritu, el agua y la sangre, y estos tres testigos están de acuerdo”.
Ya que es un asunto tan delicado el asegurar que hay una alteración en la traducción de la Biblia Reina-Valera en 1. Juan 5:7-8, siento como mi deber, presentarle amado lector, todas las pruebas posibles.
Gracias a Dios he conseguido La Biblia de Estudio Pentecostal y en 1. Juan 5:7-8 dice: “Hay tres que dan testimonio: El Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres están de acuerdo”.
Una de las versiones que llamó mucho mi atención desde el principio de mi conversión, y de las cuales tengo un ejemplar en mi biblioteca, es la Sagrada Biblia Nacar-Colunga, primera versión directa al español de los idiomas originales hebreo y griego. También la presento a ustedes para probar que 1. Juan 5:7-8 está alterado. Esta versión Nacar-Colunga dice en 1. Juan 5:7-8: “Porque tres son los que testifican, el Espíritu, el agua y la sangre, y estos tres se reducen a uno”.
Algo que me llamó la atención, es descubrir que aún la versión Traducción del Nuevo Mundo de las Sagradas Escrituras de los “Testigos de Jehová”, también ha traducido correctamente 1. Juan 5:7-8, pues dice así: “Porque hay tres que dan testimonio: El Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo”.
Otra versión de la que deseo hacer referencia, es Dios Llega al Hombre, traducción directa del texto original griego. Esta versión dice en 1. Juan 5:7-8: “Tres son los testigos: El Espíritu, el agua y la sangre; y los tres están de acuerdo”.
Algo que por ningún motivo dejaría de mostrarle es el Nuevo Testamento Interlineal Griego Español de Francisco Lacueva, el cual en 1. Juan 5:7-8 dice: “Pues tres son los que testifican, el Espíritu y el agua y la sangre, y los tres de acuerdo están”.
Y para finalizar, ya que podría llenar fácilmente diez páginas más con este tipo de pruebas, quiero mostrarle algo que realmente me sacudió cuado yo lo descubrí: ¡La misma versión Reina-Valera! ¡Sí! ¡La misma versión que tanto se ha utilizado para enseñar mal sobre 1. Juan 5:7-8 al hablar de la doctrina de la Trinidad! Ahora ya corregida en la Nueva Versión Reina Valera Actualizada, dice en 1. Juan 5:7-8 “Porque tres son los que dan testimonio: El Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan en uno”.
Como usted pudo apreciar, amado lector, en muchas versiones de la Palabra de Dios, se ha quitado LA AÑADIDURA que por alrededor de cuatrocientos veinte años (desde los días de Erasmo de Rótterdam) había servido como respaldo a muchos enseñadores de la doctrina de la trinidad.
Pero en mi mente hay una pregunta: ¿Qué harán los que han enseñado la doctrina de la trinidad en los versículos 7 y 8 de 1. Juan? ¿Reconocerán que estaban equivocados? ¿Acusarán de hereje a quien descubra estas verdades?

sábado 17 de octubre de 2009

El Mito Trinitario de los Dos Jehovás en Génesis 19:24

Por Julio César Clavijo Sierra

“Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos” (Génesis 19:24).
Uno de los mejores ejemplos donde se puede apreciar la eiségesis (o reinterpretación) que el trinitarismo hace abusivamente en contra de la Biblia, lo hallamos en el mito de los dos Jehovás, que esa doctrina de error ha propagado al distorsionar algunos pasajes del Antiguo Testamento, para argumentar que estos muestran en escena a dos personajes (o personas divinas) llamado cada uno Jehová.
El mayor problema con el que se enfrenta esa distorsionada posición, es que es contradecida por el principal mandamiento que proclama que Jehová es uno (no dos, ni tres, etc.). “Oye, Israel; Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Deuteronomio 6:4, Marcos 12:29). Si los trinitarios se ciñeran estrictamente a lo que dice la Escritura, sin añadirle nada de su preconcebida imaginación trinitaria, podrían entender el monoteísmo bíblico. La Biblia enseña el monoteísmo rígido, mientras que la trinidad ignorando la Santa Escritura y basando su fe en el escrito extrabíblico conocido como “El Credo de Atanasio” (con el cual reinterpreta la Biblia), proclama que Dios es una pluralidad de por lo menos “dos personas divinas” llamadas cada una Jehová.
Pasaremos a analizar Génesis 19:24, para demostrar que esta porción nunca contradice la declaración bíblica de que Jehová es uno, ni enseña que haya dos Jehovás.
Jehová Envió Fuego y Azufre para Destruir a Sodoma y a Gomorra
“Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos” (Génesis 19:24).
Esta porción de la Escritura, nos enseña que aquel único Jehová del que habla el principal mandamiento (Deuteronomio 6:4, Marcos 12:29), hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego, elementos de juicio que Él mismo (y no otro) envió desde los cielos. Así que toda la atribución del envío de estos elementos es dada al único Jehová y a nadie más. Hoy en día, han surgido algunas teorías ateas, que dicen que la destrucción de aquellas ciudades se debió puramente a fenómenos naturales que bien pudieron consistir en la caída de un meteorito ardiente o en una erupción volcánica, pero la Biblia dice que el único Jehová Dios, intervino directamente en este asunto de destrucción. La doble mención del nombre sagrado Jehová, obedece a la figura literaria conocida como pleonasmo, que consiste en emplear en la oración uno o más vocablos innecesarios para que tenga sentido completo, pero con los cuales se añade expresividad a lo dicho (por ejemplo, lo vi con mis propios ojos). De tal manera, que la repetición del nombre de Jehová, transmite fuerza al versículo para indicar que sólo Jehová Dios, y nadie más, envió el azufre y el fuego que destruyó a Sodoma y a Gomorra.

La Reinterpretación Trinitaria de Génesis 19:24
Un ejemplo notable de la reinterpretación trinitaria de Génesis 19:24, es proporcionado por el escritor trinitario Pablo Santomauro, quien pese a reconocer que la formulación del dogma trinitario [de tres personas distintas y un solo Dios verdadero] no se encuentra en la Biblia [1] y que obedece mas bien a una formulación post-bíblica realizada muchos siglos después de que la Biblia fue terminada de escribir, [2] aún persevera en propagar ese dogma de error.
En un artículo que este hombre tituló: Los dos “Jehová” de Génesis 19:24, [3] escribió lo siguiente:
“El verso es una especie de grand finale a la narración que le precede, la cual es en sí misma, vívida y llena de valor didáctico respecto a la naturaleza del Dios de la Biblia. Es obvio que en el verso existen dos personas llamadas Jehová”.
Según Pablo Santomauro, una de las personas llamadas Jehová estaba en la tierra en forma de hombre llamando al fuego y al azufre, mientras que el otro Jehová envió el fuego y el azufre desde los cielos. Lastimosamente, este argumento presentado por Pablo Santomuro, está cargado de tres errores crasos:
1) Contradice el principal mandamiento de la fe pura, que dice que Jehová es uno (Deuteronomio 6:4, Marcos 12:29), enseñando “otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad” (1. Timoteo 6:3).
2) El texto de Génesis 19:24, por ninguna parte dice (ni de manera explícita, ni de manera implícita) que haya dos Jehová, por lo cual esa osada declaración, está violando el principio bíblico de no pensar más allá de lo que está escrito (1. Corintios 4:6).
3) Parte del error de creer que el Credo de Atanasio tiene una revelación superior a la Biblia y que sirve para reinterpretar la Biblia. De tal manera que en este argumento, no estamos tratando con revelación pura, sino con la distorsión efectuada en los varios siglos de especulación trinitaria, que tuvo su clímax en la formulación del Credo de Atanasio al final del quinto siglo, al cual los trinitarios rinden más honor que a la Biblia, por ser ese Credo la verdadera base de su creencia trinitaria.
Dado que por ninguna parte el versículo de Génesis 19:24 menciona a dos Jehová, Pablo Santomauro sostiene que su conclusión se basa en el contexto de la historia bíblica de la destrucción de Sodoma y Gomorrra, especialmente donde se muestra que tres varones se le presentaron a Abraham, de los cuales uno era una aparición de Jehová en forma humana, mientras que los otros, eran dos ángeles presentados en forma humana. Aquel hombre escribe:
“La conversación entre Abraham y el hombre llamado Jehová es natural y fluye libre de obstáculos porque ambos están hablando cara a cara. Pero…. ¡no puede ser! ¿Acaso no dice Juan 1:18 que nunca nadie ha visto al Padre? Entonces, el que apareció a Abraham no puede ser el Padre… Este personaje es el que en Génesis 18:17-20 anuncia que Jehová va a destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra. Es este personaje llamado Jehová él también, el que dice que va a descender a Sodoma. Es este personaje el que en Génesis 19:21 habla con Lot y le da a entender claramente que él recibe y contesta oraciones. Sólo Jehová puede hacer eso. Vemos entonces como toda la narrativa nos prepara para la tremenda revelación de Génesis 19:24: Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos. El verso expresa que hay dos personas llamadas Jehová responsables por la destrucción de ambas ciudades. El texto es cristalino”.
Presentando este argumento, pasamos a desenmascararlo.
1) Juan 1:18 dice “a Dios nadie lo vio jamás”. Si fuera verdad que hay dos Jehovás que forman un Dios, entonces el argumento trinitario carece de sentido, porque Abraham habló con alguien que era Dios pero presentado en una forma humana, y por eso lo pudo ver y hablar con Él cara a cara. Los trinitarios deberían comprender que el título de Padre es una referencia a Dios en todo su esplendor, por lo cual como nadie ha visto a Dios en toda su gloria, podemos decir que nadie ha visto al Padre. Sin embargo, Dios sí ha utilizado algunas manifestaciones (o teofanías) para darse a conocer. La aparición a Abraham es una de ellas. La aparición en el Nuevo Testamento como el Hijo (Juan 1:14), el Cristo (Mateo 1:16) o el hombre perfecto (Efesios 4:13), es la manifestación máxima de Dios a la humanidad, y por eso, por medio de esa manifestación como Hijo (como hombre perfecto) podemos llegar a conocer a Dios, es decir al Padre. Así que Abraham habló cara a cara con el único Jehová Dios (el Padre), pero porque éste estaba manifestado como un hombre.
2) En Génesis 18:17-20, vemos a Jehová en forma humana hablando con Abraham y declarando que Él mismo (y no otro) habría de destruir a Sodoma y a Gomorra. “Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer?…” (Génesis 18:17). Noten que nunca dijo algo así como “¿lo que el otro personaje (o persona) llamado Jehová va a hacer?”. El único Jehová Dios, también declaró que Él mismo (y no otro) descendería a Sodoma para ver si realmente las acciones de sus habitantes eran tan malas como el clamor contra ellas se lo indicaba (Génesis 18:21).
3. El relato bíblico nunca da a entender que Jehová hubiese descendido a Sodoma en la manifestación humana por medio de la cual se presentó a Abraham, sino que cuando Jehová dijo: “descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí” (Génesis 18:21, estaba indicando que miraría en ese mismo momento, como el Dios Omnipresente que es, el estado de aquella ciudad y sus vecinos, al punto que Abraham lo supo y comenzó inmediatamente a interceder a favor de aquellas ciudades (Génesis 18:23-33). Jehová permaneció con Abraham, mientras que los dos ángeles manifestados como hombres, tomaron el camino de descenso hacia Sodoma (Génesis 18:22), y llegaron a Sodoma a la caída de la tarde (Génesis 19:1). Los dos ángeles sacaron a Lot y a su familia fuera de la ciudad, según la misericordia de Jehová para con él, y le dieron la orden de escapar por su vida (Génesis 19:16-17). Así que es un exabrupto declarar que debido a que Jehová Dios aceptó el clamor de Lot de no destruir a la ciudad de Zoar, que esto era porque Jehová Dios se encontraba todavía manifestado en forma de hombre y había alcanzado a los dos ángeles. Dios es Omnipresente y puede oír y responder el clamor sincero que cualquier hombre eleve desde cualquier lugar.
4. En Génesis 18:17-19, Jehová se refiere a sí mismo en tercera persona (es decir, hablando de sí mismo como él) y utilizando su nombre propio, al decir que Abraham enseñaría a su descendencia que “guarden el camino de Jehová… para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él”. Noten que Jehová Dios nunca dijo algo así como: “para que guarden el camino del otro Jehová… para que el segundo Jehová haga venir sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él”. En 1. Samuel 25:21-22, el rey David se refirió a sus propios enemigos como “los enemigos de David”, pero sólo alguien sin sentido, dejaría volar su imaginación para pensar que el único rey David, consistía de dos personajes llamado cada uno David. Lamentablemente esto es lo que hace el trinitarismo en Génesis 19:24, para inventar esa herejía de los dos Jehová, contradiciendo la Escritura.
Mientras que escritores trinitarios como Pablo Santomauro promueven la herejía de los dos Jehová, nosotros continuaremos proclamando la verdad bíblica: “Oye, Israel; Jehová nuestro Dios, Jehová uno es” (Deuteronomio 6:4, Marcos 12:29).
Referencias
[1] Pablo Santomauro, en el artículo titulado La Deshonestidad Intelectual de los Pentecostales Unicitarios, escribe: “…solamente expresa lo que todo trinitario acepta, que en el A.T. la doctrina [hablando de la Trinidad] no aparece definida en una fórmula que podamos poner en un pizarrón [es decir, que pueda ponerse por escrito]”
Nota: Para ver una refutación de ese artículo, lea La Honestidad Intelectual de los Pentecostales del Nombre de Jesús, en
www.pentecostalesdelnombre.com/honestidad_pentecostales.pdf
[2] Pablo Santomauro, en el artículo titulado La Deshonestidad Intelectual de los Pentecostales Unicitarios, escribe: “…Esto significa que las formulaciones post-bíblicas de la Trinidad [es decir los Credos Ecuménicos] deben ser apreciadas como parte de la progresión histórica de la doctrina que fue revelada originalmente en el Nuevo Testamento”
Nota: Para ver una refutación de ese artículo, lea La Honestidad Intelectual de los Pentecostales del Nombre de Jesús, en
www.pentecostalesdelnombre.com/honestidad_pentecostales.pdf
[3] Pablo Santomauro. Los Dos Jehová de Génesis 19:24

lunes 28 de septiembre de 2009

Miqueas 5:2 y la Reinterpretación Trinitaria

Por Alfonso M. Suárez



"Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad" (Miqueas 5:2).
Saludos cordiales en el Admirable, Glorioso y Amoroso nombre de Jesús el Cristo, (Ha-Shem, Yeshu'a Ha Mashiaj), nuestro "... gran Dios y Salvador..." (Tito 2. 13).

Uno de nuestros estudiantes del Instituto Bíblico Apostólico del Nombre Virtual Hechos 2:38 - IBANv HECHOS 2.38, nos hízo una pregunta acerca de la distorsión que la retórica trinitaria ha enseñado por siglos acerca del texto bíblico inspirado de Malaquías 5.2, cuando ha proclamado erróneamente que el Hijo (separándolo del Padre y del misterio de la voluntad de Dios) es "eterno", interpretando erróneamente la frase que dice que "... sus salidas son desde la eternidad ..."

Vamos a explicar este texto diciendo primero que, en Las Sagradas Escrituras no existen, ni jamás han existido, profetas “trinitarios” ni mensajes proféticos “trinitarios”.

Por lo tanto, 100% seguros, Miqueas, ni ningún profeta de Israel enseñaron la supuesta “existencia” de un Hijo de Dios “eterno” antes de que naciese en Belén.

El contexto de Miqueas 5.2, ha sido violado, distorsionado y manipulado por la propaganda trinitaria de los católicos romanos y de los evangélicos trinitarios, para tratar de “probar” que el Hijo ya existía literalmente en la eternidad al lado del Padre, y que por lo tanto era eterno (antes de venir a Belén), según la acomodación que ellos hacen de este pasaje, apoyándose en la definición que ellos mismos inventaron y acomodaron de las “…tres personas divinas y distintas, co-iguales y co-eternas…” (o la trinidad), que se anida en sus mentes, cada vez que leen y citan las Escrituras inspiradas, y no les permite entender la verdad de un Sólo Dios.

Miqueas en este capítulo 5 de su libro, no estaba mencionando a ninguna "persona" de una supuesta trinidad. Lo que mencionó fue los dos lugares de procedencia del Hijo de Dios o el Ungido de Dios (o Mesías): un lugar celestial y el otro terrenal.

El terrenal, o primer lugar, (siguiendo la lectura del texto), de acuerdo a la promesa hecha a Israel, quien más tarde sería conocido como el Cristo, mencionando por su nombre la ciudad en donde nacería y la posición que desempeñaría, la de Señorear o gobernar a Israel en el tiempo en que Israel fuera restaurado mundialmente y para siempre (tiempo conocido como el Reino de los mil años); pues, en su primera venida, no lo reconocieron: “… A lo suyo vino, __(a cumplir su propósito eterno)__, y los suyos,__(su propio pueblo)__ no le recibieron …” (Juan 1.12).

El segundo lugar, la eternidad, para demostrar que fue allí donde se originó todo lo relacionado con el propósito de Dios, que realizó consigo mismo en el Misterio de su voluntad, en cuanto a su propia imagen (o la imagen del Dios invisible), que en el tiempo del hombre sería conocida como el Señor Jesucristo (el mismo Dios de la eternidad, “… manifestado en carne…” 1ª Timoteo 3.16).

Por eso dice: “sus salidas son desde la eternidad”; es decir, toda la actividad creativa de Dios, después de haber realizado su plan Divino, cuando comenzó a crear (ángeles, universo, tierra, etc.) , es atribuida a Jesucristo, no como un “Hijo eterno”, ni una “segunda persona divina y distinta” junto a Dios, sino como el mismo Dios que creaba todo por sí y para sí mismo.

Como consecuencia, las Escrituras le atribuyen todo acto de creación al Señor Jesucristo:
“…Todas las cosas por él, _(Autor y causa)_, fueron hechas; y sin él, nada de lo que es hecho, fue hecho …” (Juan 1.3).

Es en se sentido que, "... sus salidas (incluyendo su origen) son desde el principio ".... desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad ...", sin hacerlo un Hijo "eterno", expresión o enseñanza que no aparece en las Sagradas Escrituras, y como lo corrobora Pablo en Colosenses 1. 16:

"El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por él y para él. Y él es antes de todas las cosas ..." (Colosenses 1.15-17).

"...Primogénito de toda creación ...", porque desde la eternidad, Dios tuvo al Hijo en mente (teniendo en cuenta el contexto del misterio de la voluntad de Dios realizado en ese Solo o Único Dios que habitaba la eternidad). Así que "Primogénito de toda la Creación", no significa "... la primera criatura creada ...", como lo distorsionan los "testigos de Russell", al usar también Apocalípsis 3.14: "... el principio de la creación de Dios ...", sino que significa que él es el origen, la causa de todo, por la cual toda la creación fue posible. Ningún texto bíblico dice que el Hijo haya sido la "primera criatura" creada, lo cual ya es una añadidura, que se convierte en una "eiségesis".

Por último, lo que los "exégetas" y "teólogos" trinitarios, no escriben en sus libros ni enseñan en sus sitios en la Internet, es que el capítulo anterior (Miqueas Cap. 4), revela al mismo tiempo, que el que vendrá para establecer la restauración total y definitiva de Israel, reinando y juzgando a todas las naciones para ser el Señor de toda la tierra, será EL MISMO JEHOVAH DIOS, de su pueblo escogido.

En resumen, Miqueas cap. 4, revela que es el mismo Dios de la eternidad y de Israel, el que vendrá, salvará y restaurará a Israel para siempre, "... porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente ..." (Isaías 52.6), y "... en sus dias será salvó Judá, e Israel habitará confiado: y este será su nombre con que le llamarán: JEHOVAH, JUSTICIA NUESTRA ...", (Jeremías 23.6), y ¿quien no sabe que esto se cumplirá únicamente en Jesucristo?; por esto, Jehovah Dios del Antiguo Testamento, es el mismo Jesús del Nuevo Testamento.

Miqueas cap. 5, revela que la venida, reino y restauración de Israel, será resultado de la venida y manifestación de su Mesías prometido, o de la "...simiente ..." prometida a Abraham, (Génesis 17. 7,8; Gálatas 3.16).

Esto nos enseña, Hnos y Hnas, que no debemos permitir por ningún motivo, que las Sagradas Escrituras se lean o se estudien, usando la reinterpretación y redefinición que han hecho los católicos romanos y los evangélicos trinitarios modernos, pues "... ninguna profecía de las Escrituras es de interpretación privada...", o particular (2a Pedro 1.20), y no debemos pensar más allá de lo que está Escrito (1. Corintios 4:6).

jueves 18 de junio de 2009

Explicando a los Trinitarios el Significado Bíblico de Hijo de Dios

Por Julio César Clavijo Sierra


Para conocer a Cristo, debemos entender muy bien lo que significa Hijo de Dios. Así estaremos dentro de las Sagradas Escrituras y evitaremos la corrupción por las doctrinas inventadas por los hombres.

Cierto escritor, contaminado por los errores del dogma trinitario, dice lo siguiente:

“¿Es posible negar la preexistencia del Hijo de Dios y llamarse cristiano? De ninguna manera. En el sistema doctrinal cristiano, la preexistencia del Hijo de Dios es tan importante como su Deidad. Cualquier sistema doctrinal que niega una de ellas se sitúa de facto en el campo herético” [1]

Al leer dichas declaraciones, podemos apreciar que cuando aquel hombre habla de un “Hijo eterno” o un “Hijo preexistente”, lo hace por desconocer la Palabra de Dios, por imaginarse que hay más eternos que el Padre eterno (negando la Escritura), y porque reinterpreta la Biblia con el escrito extrabíblico conocido como “El Credo de Atanasio”, especialmente aquella porción que dice: “eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno (también) el Espíritu Santo. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno” [2]

Para refutar ese error, debemos remitirnos al Libro de los libros. La Palabra de Dios.

En primera instancia, en las Sagradas Escrituras, el concepto de hijo de Dios, está ligado con los ángeles y con los hombres obedientes a la Palabra de Dios. El título siempre nos habla de la creación especial de Dios.

Los ángeles son llamados hijos de Dios (Job 1:6, 2:1, 38:7).

De otro lado, Adán fue llamado hijo de Dios (Lucas 3:38); la descendencia de Set fue llamada los hijos de Dios (Génesis 6:1-4); y el pueblo de Israel fue llamado hijo de Dios y primogénito de Dios (Éxodo 4:22).

Este título también indica creación espiritual, pues todos los hombres no son hijos de Dios, sino únicamente aquellos que creen en el nombre de Jesús, son lo que reciben el poder de ser hechos hijos de Dios (Juan 1:12). Todos los que nacen de nuevo, del agua y del Espíritu (Juan 3.3-7), han nacido por la voluntad de Dios (Juan 1:13), tienen a Dios por Padre (Romanos 1:7, 1. Corintios 1:3) y llegan a ser hijos de Dios (Mateo 5:9, Lucas 20:36, Romanos 9:8, Gálatas 3:26, Filipenses 2:15, 1. Juan 3:2). El Padre ha demostrado su gran amor para que seamos llamados hijos de Dios (1. Juan 3:1), congregando en su iglesia a los hijos de Dios (Juan 11:52), y por eso todos los que son guiados por el Espíritu, estos son hijos de Dios (Romanos 8:14-21).

Aplicado a Jesús, el título Hijo de Dios, indica que el Dios único fue manifestado en carne como el hombre perfecto (Efesios 4:13), el hombre que debe ser nuestro modelo (Juan 13:15) y como quien debemos desear ser (Romanos 8:1, 15:17). Así como los hijos participaron de carne y sangre, el Padre también participó de lo mismo (Isaías 9:6, Miqueas 5:2) presentándose como el Hijo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, es decir al diablo (Hebreos 2:14-15). El Dios invisible (1. Timoteo 1:17), al que nadie ha visto ni podrá ver (1. Timoteo 6:16), tomó un tabernáculo de carne para hacer su morada en medio de nosotros, y por eso el Padre moró o habitó en el Hijo (Juan 14:10), y en el cuerpo de Cristo habita toda la plenitud de Dios (Colosenses 2:9), porque esto agradó al Padre (Colosenses 1.19). Por medio de su manifestación como el Hijo (el hombre perfecto), el Padre se ha dado a conocer (Juan 1:18), porque el Hijo es la imagen del Dios invisible (2. Corintios 4:4, Colosenses 1:15), el resplandor de la gloria de Dios y la imagen misma de su sustancia (Hebreos 1:3). El Hijo es el medio que Dios escogió para hablarnos en estos postreros días (Hebreos 1:1-2).

“El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios (Hebreos 1:3), porque la asombrosa belleza de Dios, junto con todas sus perfecciones, se han hecho visibles únicamente en Cristo. El Hijo es la imagen misma de la sustancia de Dios (Hebreos 1:3) porque el Hijo es Dios Padre manifestado en carne (Juan 14:9). Así, no hay nada en Dios que no esté en Cristo, de manera que quien quiera ver al Padre sólo tiene que mirar a Cristo (Juan 10:30). En Hebreos 1:3, la palabra traducida como imagen viene del griego “kharaktér” que es un vocablo que designa la marca grabada que, como en un sello, representa los rasgos distintivos o característicos de algo. Por eso, Cristo es la imagen del Dios invisible (Colosenses 1:15), Dios está completamente revelado en Cristo y por eso en Cristo habita de manera corporal toda la plenitud de Dios (Colosenses 2:9)” [3]

Dios prometió establecer el trono de su reino eterno, sobre el cual se sentaría un hombre justo, descendiente de David, y por tratarse del hombre perfecto, sería llamado Hijo de Dios. La promesa dada a David fue: “y cuando tus días sean cumplidos para irte con tus padres, levantaré de tu descendencia después de ti, a uno de entre tus hijos, y afirmaré su reino. El me edificará casa, y yo confirmaré su trono eternamente. Yo le seré a Él por Padre, y Él me será a mi por hijo; y no quitaré de Él mi misericordia, como la quité de aquel que fue antes de ti; sino confirmaré su trono eternamente y para siempre” (1. Crónicas 17:11-14). En la distancia se vislumbra al Mesías, quien daría el claro cumplimiento a esta profecía. Cristo, el Hijo de Dios, según la carne proviene del patriarca David, pero según su gran dignidad, es Dios sobre todas las cosas (Romanos 9:5).

El Hijo de Dios, siendo el hombre perfecto, sólo empezó su existencia real el día en que fue engendrado, pues estaba profetizado que sólo hasta el día de su engendramiento, Dios confesaría, “mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy” (Salmo 2:7). La palabra “hoy”, hace claridad sobre un tiempo específico en el que aparecería uno llamado Hijo de Dios. Así, de acuerdo con la Palabra de Dios, está claro que el Hijo fue engendrado en el tiempo y no en la eternidad. Se llama Hijo de Dios, porque Dios engendró en la virgen María, a esa humanidad en la cual Él mismo se iba a manifestar (Mateo 1:18-20). El Santo ser que nació fue llamado Hijo de Dios (Lucas 1:35). Dios no envió a ningún “Hijo preexistente” que habitaba en los cielos, pues el Hijo nació de mujer y bajo la Ley (Gálatas 4.4). No hay ningún “Hijo Eterno” (término extraño a la Biblia), pues el Hijo fue engendrado, mostrando claramente que tuvo un principio. La Biblia habla del Hijo engendrado, no de un “Hijo eterno”. Sin embargo, la Biblia si nos enseña que el Padre eterno se manifestó en carne como el Hijo (Isaías 9:6, 1. Timoteo 3:16), y por eso Hebreos dice: “Mas del Hijo dice: Tu trono oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino” (Hebreos 1:8).

Jesús como Padre ha existido desde toda la eternidad (Isaías 9:6, Miqueas 5:2, Juan 1:1-2), pero como el Hijo tuvo un comienzo y nació como un niño (Isaías 9:6, Lucas 2:7). Jesús como Padre nunca cambia (Hebreos 13:8), pero como el Hijo creció mentalmente, físicamente, espiritualmente y socialmente (Lucas 2:52). Jesús como Padre echa fuera demonios (Mateo 12:28, Juan 14:10), pero como el Hijo fue tentado por el diablo (Lucas 4:2). Jesús como Padre es el Pan de Vida (Juan 6:35) y alimentó milagrosamente a multitudes (Marcos 6:38-44, 52), pero como el Hijo tuvo hambre (Mateo 4:2). Jesús como Padre es el agua viva (Juan 4:14), pero como el Hijo tuvo sed (Juan 19:28). Jesús como Padre da reposo (Mateo 11:28), pero como Hijo se cansó (Juan 14:63). Jesús como el Padre calmó la tempestad (Marcos 4:39-41), pero como el Hijo durmió durante esa tempestad (Marcos 4:38). Jesús como el Padre contesta las oraciones (Juan 14:14), pero como Hijo oró (Lucas 22:41). Jesús como Padre sana los enfermos (Mateo 8:16-17; Juan 14:10, 1. Pedro 2:24), pero como Hijo fue herido (Juan 19:1-3). Jesús como Padre levantó de entre los muertos a su propia humanidad que tomó para manifestarse en carne (Juan 2:19-21; 20:9), pero como Hijo Él murió (Marcos 15:37, Romanos 5:10). Jesús como Padre perdona el pecado (Marcos 2:5-7), pero como Hijo Él fue el sacrificio para quitar el pecado del mundo (Hebreos 10:10-12). Jesús como Padre sabe todas las cosas (Juan 21:17), pero como Hijo no sabe todas las cosas (Marcos 13:32). Jesús como Padre tiene todo el poder (Mateo 28:18; Colosenses 2:10), pero como Hijo no tiene todo el poder (Juan 5:30). Jesús como Padre es el Rey de reyes (Apocalipsis 19:16), pero como Hijo es el Siervo Sufrido (Filipenses 2:7-8), etc.

“Lo que llega a parecer extraño o imposible si se aplica a un hombre común y corriente, llega a ser comprensible cuando se aplica a Jesús, quien al ser Dios manifestado en carne, es totalmente Dios y totalmente hombre. Cuando comprendemos que Jesús es simultáneamente el Padre y el Hijo, Dios y hombre, Espíritu y carne, alejamos cualquier turbación en el monoteísmo bíblico. Cuando leemos alguna declaración acerca de Jesús, debemos determinar si lo describe como Dios o como Hombre, o en otras palabras, como Padre o como Hijo. Las descripciones de Jesús como Padre o como Hijo, no deben llevarnos a pensar en dos dioses o en dos personas divinas, sino en el misterio de la piedad (1. Timoteo 3:16) o de la voluntad de Dios (Efesios 1:9), y es que Dios ha sido manifestado en carne” [4]

Por no entender el significado bíblico de Hijo de Dios, los trinitarios andan en muchos errores y contradicciones. Por ejemplo, algunos declaran que cuando la Biblia dice que el Hijo murió (Romanos 5:10), que esto significa que una parte del dios trino murió. Un escritor trinitario hace gala de ese error, declarando: “¿Es posible decir que Dios murió por nosotros? ¡Por supuesto! Si queremos ser más específicos, podemos decir que la 2da. Persona de la Trinidad, que es Dios, murió por nosotros” [5] Cuando aquel escritor trinitario sostiene que una de las supuestas personas trinitarias murió, lo que está exponiendo es que el dios trino es un ídolo y no el Dios eterno de la Biblia. Por el contrario la Santa Escritura enseña que cuando Cristo murió, murió como hombre y no como el Dios eterno, pues Dios no tiene ni principio ni fin y por lo tanto no muere. Dios fue manifestado en carne y fue en su humanidad que vio la muerte, nunca en su Divinidad.

Por no aceptar la clara verdad de la Escritura, el dogma trinitario declara otros exabruptos, como por ejemplo que el supuesto “Hijo trinitario” siempre fue omnipresente, pero aún así, al encarnarse no podía estar en todo lugar; que el “Hijo trinitario” siempre fue omnisciente, pero aún así no podía saberlo todo; y que el “Hijo trinitario” siempre fue omnipotente, pero aún así al encarnarse no tenía todo el poder. (Para mayor información, lea el libro titulado “La Trinidad; Un Dogma de Errores y Contradicciones” por Julio César Clavijo Sierra).

Por último, vale la pena recalcar que el conocimiento respecto al Hijo de Dios, solo puede conocerse a través de la revelación divina: “El les dijo: Y vosotros ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne y sangre, sino mi Padre que está en los cielos” (Mateo 16:15-17). También el Señor Jesús dijo: Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quien es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar (Lucas 10:22)


Notas

[1] Pablo Santomauro. “La Preexistencia de Cristo en Juan 1:1 y la Extraña Interpretación Unicitaria”
http://pastordanielbrito.wordpress.com/2009/01/05/la-preexistencia-de-cristo-en-juan-11-y-la-extrana-interpretacion-unicitaria/

Nota: Para una refutación de ese artículo, lea “La Trinidad y su Imaginación Politeísta de Juan 1:1”, escrito por Julio César Clavijo Sierra.
www.pentecostalesdelnombre.com/cara_a_cara.pdf

[2] Julio César Clavijo Sierra. Los Errores del Credo de Atanasio
www.pentecostalesdelnombre.com/atanasio.pdf

[3] Julio César Clavijo Sierra. Un dios Falso Llamado Trinidad. Pág. 357.
www.pentecostalesdelnombre.com/dios_trino.pdf

[4] Julio César Clavijo Sierra. Unicidad de Dios
http://unicodios.blogspot.com/2008/05/unicidad-de-dios.html

[5] Pablo Santomauro. Contestando Argumentos de los Pentecostales Unicitarios contra la Doctrina de la Trinidad - Parte 1
http://www.recursosevangelicos.com/showthread.php?threadid=10588

Nota: Para una refutación de ese artículo, lea el libro “La Trinidad: Un dogma de Errores y Contradicciones”, escrito por Julio César Clavijo Sierra.
www.pentecostalesdelnombre.com/trini.pdf

domingo 7 de junio de 2009

Explicando a los Trinitarios el Significado Bíblico de Espíritu Santo

Por Alfonso M. Suárez

Cada vez que las Escrituras Sagradas usan el término "Dios", es una referencia clara y general a su única (absoluta) naturaleza Divina, como el Espíritu Eterno (Hebreos 9:14), y eso está en completa armonía con lo que dice en Juan 4:24, "...Dios es Espíritu...", y también con Lucas 24:39, de que el espíritu (de los hombres o Dios), "...ni tiene carne, ni huesos...", por lo tanto, cuando usamos el término inspirado Dios, nos estamos refiriendo directamente a Él como ESPÍRITU; y es más, como Él no solo es "Espíritu", sino que su principal atributo perfecto y divino es SANTO, por eso es que las mismas Escrituras lo llaman:

"...Dios santo..." (Josué 24:19),

Y el "…Santo de Israel..." (Isaías 12:6),

Por ser Espíritu, es también el mismo Dios que puso su Espíritu (su presencia) en medio de su pueblo de Israel:

"..dónde [está] el que puso en medio de él [su pueblo] su Espíritu Santo? ..." (Isaías 63:11).

Y también angustiado, porque "...hicieron enojar su Espíritu Santo..." (Isaías 63:9).

De manera que, cuando las Escrituras hablan de "Dios" y del "Espíritu Santo", están hablando de UNO SOLO y EL MISMO, pues Dios es Espíritu y su Espíritu es Santo, así tan sencillo.

Por eso cuando Joel profetizó que Dios dijo: "...derramaré de mi Espíritu sobre toda carne..." (Joel 2:28), no se estaba refiriendo a que "otro" Espíritu vendría, sino que Él mismo Dios vendría a los corazones de los creyentes. La misma Biblia dice en la Unidad del espíritu y la Unidad de la fe, que no hay más que UN SOLO Espíritu (Efesios 4:3-6), por el cual todos los que hemos creído en esta dispensación de la Gracia, somos sellados para el día de redención. Pablo lo reconfirmó al decir:

"...Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones..." (2. Corintios 1:21-22)

Y como Pablo tenía la revelación del misterio de la voluntad de Dios o de la piedad, también podía decir:

"...Dios envió el Espíritu de su Hijo en vuestros corazones..." (Gálatas 6)

Porque el Espíritu del Hijo, es el sólo y único Espíritu Santo.

Y remata diciendo:

"...13 Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu..." (1. Corintios 12:13)

Asi que no hay ni "dos" ni "tres" "Espíritu Santos", solamente Uno. También el Espíritu Santo no es un pajarito o una paloma (símbolo usado como señal para Juan, no para recibirlo), y menos el Espíritu Santo es una "tercera persona", dentro de Dios, sino Dios mismo. Es el mismo Señor Jesucristo, ahora, en este tiempo de la Gracia, llenando nuestros corazones:

"...Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros...." (Juan 14:16-18).

Jesús, "...Dios, manifestado en carne..." es el Hijo; pero en su naturaleza Divina es el Espíritu de verdad (el Espíritu Santo), y solo Dios es la verdad.

miércoles 3 de junio de 2009

Explicando a los Trinitarios el Significado Bíblico de Verbo o Palabra de Dios

Por Julio César Clavijo Sierra

En Juan 1, el Verbo o la Palabra de Dios, es una referencia a la Palabra Eterna o al Plan Eterno (que Dios tuvo antes de crear todas las cosas), de revelarse o darse a conocer al hombre (Salmo 119:89, Mateo 24:35, 1. Pedro 1:23). La Palabra o Razón de Dios, estaba con Dios y pertenecía a Dios, de la misma manera en que la palabra o razón de un hombre pertenece a ese hombre.

La Palabra Eterna estaba relacionada con Dios, y la Palabra Eterna era Dios mismo, porque todo el plan eterno consistía en la revelación futura de Dios. Desde la Eternidad, Dios planificó su revelación a los hombres, viendo claramente en un tiempo futuro su propia manifestación en carne, y por eso el apóstol Juan dijo que la Palabra (Logos, Verbo) era Dios mismo.

El concepto de Palabra de Dios, expresa la comunicación de la mente y de los propósitos de Dios al hombre por medio de su auto-revelación. (Jeremías 7:1, Oseas 1:1, Joel 1:1, Miqueas 1:1, Sofonías 1:1). Por eso la Palabra es el Dios que se revela o se da a conocer al hombre, siendo la misma revelación de Dios, la autoexpresión de Dios, o Dios en su acción reveladora.

Dios reveló al hombre ese plan de manera progresiva. Así, el Antiguo Testamento es revelación divina, pero como preparación, como promesa, como profecía, como sombra y figura de lo que habría de venir (Hebreos 8:5); mientras que el Nuevo Testamento es la plenitud de la revelación divina, pues en él, Dios nos habla por medio de su Palabra (Verbo, Logos) hecha carne (Juan 1:14). En la plenitud del tiempo, Dios puso carne en su Palabra (Gálatas 4:4); Él se reveló en carne en la persona de Jesucristo. 'El verbo se hizo carne' (Juan 1:14). 'Dios se manifiesto en carne' (1. Timoteo 3:16). La Palabra eterna se reveló en el Hijo engendrado. Jesucristo es la Palabra Divina hecha carne, que resume todo lo que Dios deseaba decirnos. Jesucristo mismo confesó: "La palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió" (Juan 14:24).

En estos últimos días Dios decidió hablarnos por Cristo el Hijo (el Hombre perfecto) quien es el que da razón a la existencia del universo (Hebreos 1:2). Dios se pronunció a sí mismo por medio de la Palabra que sale de su boca, y por eso el capítulo 1 de Juan, nos enseña que la Palabra de Dios creó todo cuanto existe, y que la Palabra fue hecha carne y habitó entre nosotros como el hijo unigénito del Padre, el varón perfecto (Efesios 4:13).


Nota

Para mayor información, lea el artículo “La Trinidad y su Imaginación Politeísta de Juan 1:1”, y vea la enseñanza en video “Unicidad de Dios - Juan 1 - Verbo de Dios”, por Julio César Clavijo Sierra.

lunes 1 de junio de 2009

2. Corintios 13:14 No es un Texto Trinitario, Como Ningún Texto de las Sagradas Escrituras

Por Alfonso M. Suárez

La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. (2. Corintios 13:14).

Las EPÍSTOLAS ó CARTAS APOSTÓLICAS, no fueron escritas por trinitarios, ni para trinitarios, porque en todo el tiempo de la iglesia primitiva y de los apóstoles, no existía el dogma católico romano de la "trinidad", de manera que ellos no escribieron a ningún creyente "trinitario" pues todos eran del Nombre de Jesús, ¡Aleluya!

Cuando los apóstoles: Pablo, Pedro, Juan, Santiago (Jacobo) y Judas (hno. de Jacobo) escribieron sus cartas, las dirigieron a congregaciones ya establecidas por toda la tierra de Israel comenzando desde Jerusalén, etc., y por muchas partes del entonces Imperio Romano; y fueron escritas también a líderes fieles como Timoteo y Tito, con el único propósito de darles instrucciones a los que habían sido arrepentidos, bautizados en su Nombre y llenos con el Espíritu Santo, sobre cómo vivir la nueva vida en Cristo en lo relacionado a:

- cómo adorar
- cómo ser fieles en todo
- cómo ser ejemplo
- como enseñar
- cómo confiar
- cómo ser "...santos y sin mancha en este mundo..."
- cómo estar alertas para su venida
- etc.

De manera que las epístolas son para nosotros, los que hemos creído y obedecido, para que sepamos cómo vivir la vida cristiana, hasta que el Señor de la Iglesia venga por nosotros. Amén!

Pero en el Siglo III, con el surgimiento (ó aparecimiento) de "otra doctrina", que fue catalogada por sus propios seguidores como un "misterio inexplicable", se introdujo una "nueva" terminología, que desembocó en lo que ya todos conocemos como "teología trinitaria", la cual hízo una revisión arbitraria de la Santa Escritura, y finalmente esa nueva corriente "cristiana", instituyó de manera oficial el dogma de trinidad, apoyada por el gobierno pagano de Roma, y catalogaron a esa falsa enseñanza, como la doctrina central del cristianismo, en los años 325 d.C. y 381 d.C. respectivamente. Luego, en el Siglo V, se promulgó en su forma definitiva por medio del Credo de Atanasio, y así ha quedado 1500 años después de haberla establecido.

Dentro de ese océano de términos y reinterpretaciones trinitarias de las Escrituras, apareció el término "doxología", para decirnos que significaba sencillamente una corta alabanza a Dios al final de un escrito, un himno o párrafo relativo a la Divinidad.

Pero, lo que no está bien es ir más allá de lo que las terminaciones de esos escritos o párrafos dicen, para enseñar erróneamente un concepto falso a los creyentes, como lo hace el siguiente artículo tomado de un sitio católico romano:

"...Los ejemplos más tempranos son dirigidos a Dios el Padre solo, ó para Él a través del Hijo (Romanos 16:27; Judas 25; I Clemente 41;Mart. Poly., xx; etc.) y en dentro (en) o con (syn, meta) el Espíritu Santo (Mart. Polyc.,xiv, xxii, etc.) La forma del bautismo (Mateo 28:19) había establecido un eje de nombrar las Tres Personas en orden paralelo..."
http://www.newadven t.org/cathen/ 05150a.htm

La anterior declaración católica romana, ya distorsiona el término sencillo "Doxología", para rodearlo de una "declaración" trinitaria, que los apóstoles no le dieron a las terminaciones de sus escritos que dirigieron a las iglesias y a algunos líderes cristianos.

"En esos... versículos [2. Corintios 13:14], el apóstol Pablo anima a los hermanos a tener gozo, a perfeccionarse en la fe, a que se consuelen y se animen los unos a los otros, y a que vivan en armonía y paz manteniendo la comunión los unos con los otros (2. Corintios 13:11). Esa comunión entre hermanos solo es posible si nos mantenemos en la gracia de Dios que fue provista a la humanidad, cuando Dios fue manifestado en carne. Sólo aquel que vive bajo la gracia puede tener un adecuado conocimiento del amor de Dios, quien hizo todo lo necesario para proveernos su grande salvación. Además, la comunión con Dios y con los hermanos sólo es posible por el bautismo del Espíritu Santo que Dios ha dado a los que le obedecen (Hechos 5:32), “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo… y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” (1. Corintios 12:13). Así, nada de ese texto es trinitario, pues la trinidad es una enseñanza ajena a la Escritura." (Julio César Clavijo Sierra. Un dios Falso Llamado Trinidad. p. 407-408. www.pentecostalesdelnombre.com/dios_trino.pdf )

Deseamos mostrarles cada una de estas "doxologías", para que usted mismo note que nunca hubo una "insinuación" ó "repetición" trinitaria de ninguna "persona" divina y distinta como lo afirma la reinterpretación de la Biblia hecha por el catolicísmo romano, y ahora evangélico-trinitaria. Antes por el contrario, frecuentemente se hace referencia a la gracia, a la paz y a la fe, que hemos recibido desde que Dios se manifestó en carne como Jesucristo.

Párrafos finales de cada una de las epístolas escritas por los apóstoles:

Doxología final: Romanos 16:27
"...al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén"

Doxología final: 1. Corintios 16:22-24
"El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene. La gracia del Señor Jesucristo esté con vosotros. Mi amor en Cristo Jesús esté con todos vosotros. Amén"

Doxología final: 2. Corintios 13:14
"La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén."

Doxología final: Gálatas 6:18
"Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén."

Doxología final: Efesios 6:23-24
"Paz sea a los hermanos, y amor con fe, de Dios Padre y del Señor Jesucristo. La gracia sea con todos los que aman a nuestro Señor Jesucristo con amor inalterable. Amén."

Doxología final: Filipenses 4:23
"La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén."

Doxología final: Colosenses 4:18
"La salutación de mi propia mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con vosotros. Amén."

Doxología final: 1. Tesalonicenses 5:18
"La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén."

Doxología final: 2. Tesalonicenses 3. 18
"La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén."

Doxología final: 1. Timoteo 4:20-21
"Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe. La gracia sea contigo. Amén."

Doxología final: 2. Timoteo 4:22
"El Señor Jesucristo esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén."

Doxología final: Tito 3:15
"Todos los que están conmigo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe. La gracia sea con todos vosotros. Amén."

Doxología final: Filemón 1.
"La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén."

Doxología final: Hebreos 13:20-25
"Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno...Saludad a todos vuestros pastores, y a todos los santos. Los de Italia os saludan. La gracia sea con todos vosotros. Amén."

Doxología final: Santiago 5:19-20
"Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados."

Doxología final: 1. Pedro 5:14
"Saludaos unos a otros con ósculo de amor. Paz sea con todos vosotros los que estáis en Jesucristo. Amén."

Doxología final: 2. Pedro 3:18
"Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén."

Doxología final: 1. Juan 5:20-21
"Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna. Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén."

Doxología final: 2. Juan 1:13
"Los hijos de tu hermana, la elegida, te saludan. Amén."

Doxología final: 3. Juan
" La paz sea contigo. Los amigos te saludan. Saluda tú a los amigos, a cada uno en particular."

Doxología final: Judas
"Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén."

Doxología final: Apocalípsis 22:20-21
"El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén."

Como ustedes notarán la expresión "...la gracia...", es decir, la bondad, la benevolencia, la benignidad de Dios, es la más usada en cada una de las expresiones de Pablo, a la cual encomienda a todos los hnos, para enfatizar el perdón, la misericordia y el amor que Dios le demostró a él, cuando era un asesino y blasfemo. Nunca Pablo ni los demás usaron esas terminaciones de sus cartas para "enfatizar" ninguna "trinidad", menos para hablar de "tres" personas divinas y distintas, que ellos nunca conocieron ni predicaron.

jueves 7 de mayo de 2009

La Palabra era Acerca de Dios

Por Julio César Clavijo S.


En el principio ya era la Palabra, y la Palabra era acerca de Dios, y Dios era la Palabra. Efta era en el principio acerca de Dios” (Juan 1:1-2) [Biblia del Oso, 1569 - Casiodoro de Reina]
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El prólogo del evangelio de Juan, está lleno de majestuosidad literaria, pero ante todo, de una grandiosa exposición teológica, que nos enseña que antes de crear todas las cosas, Dios tuvo el deseo de revelarse o darse a conocer al hombre por medio de su Palabra. En el principio ya era la Palabra. Desde la eternidad, la Palabra era acerca de Dios, se refería a Dios, o estaba relacionada con Dios, del mismo modo que la palabra (o razón) de un hombre pertenece a ese hombre.
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El vocablo griego ‘logos’ (λόγος), traducido al idioma latín es ‘verbum’, y su equivalente español es ‘palabra’. Así, las versiones bíblicas españolas que han vertido ‘λόγος’ como ‘verbo’, no han hecho una verdadera traducción, sino más bien una acomodación de ese vocablo latino, que brota de las reminiscencias de la versión de la Biblia llamada ‘La Vulgata Latina’, versión que fue usada durante la edad media, cuando el latín era el idioma más importante en el mundo. Vale la pena destacar, que Casiodoro de Reina, el célebre traductor de la Biblia al idioma español, hizo una verdadera traducción al verter ‘logos’ como ‘palabra’. Esa traducción se mantuvo por unos 293 años, hasta que en 1862, Lorenzo Lucena Pedrosa, al revisar la Versión Reina-Valera, desmejoró la traducción, y haciendo un retroceso, cambió ‘palabra’ por ‘verbo’. En el año de 1909, las Sociedades Bíblicas Unidas tomaron el trabajo de Lucena, le hicieron unas pequeñas revisiones, y por eso la versión RV60, que es actualmente la versión más usada en el mundo hispanoparlante, dice ‘verbo’ en lugar de ‘palabra’.
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El término griego ‘logos’, significa (1) Un pensamiento o concepto y (2) la expresión o declaración de ese pensamiento. La concordancia exhaustiva de Strong, presenta λόγος como: “algo dicho (incl. el pensamiento); por impl. tema (sujeto del discurso), también razonamiento (facultad mental) o motivo; por extens. cálculo; espec. (con el art. en Juan) la Expresión Divina (i.e. Cristo):- noticia, palabra, plática, pleito, predicar, pregunta, propuesta, razón, sentencia, tratado, verbo, arreglar, asunto, cosa, cuenta, decir, derecho, dicho, discurso, doctrina, evangelio, exhortar, fama, frase, hablar, hecho, mensaje”. [James Strong. Concordancia Exhaustiva de Strong, con el significado de las palabras en hebreo y griego. Tomado del Programa electrónico E-Sword].
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Así, en Juan 1, La Palabra (en griego: logos, en latín: verbum) es la manifestación de la voluntad de Dios o la Palabra reveladora de Dios, que estuvo con Dios desde la eternidad como su plan eterno acerca del hombre, y que lo fue revelando desde el momento en que Dios lo creó todo pronunciando su palabra (Génesis 1:3, 1:6, 1:9, 1:11, 1:14, 1:20, 1:24, 1:26), “porque él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió” (Salmo 33:9) y por eso “las cosas invisibles de él, su eterno poder y Deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas” (Romanos 1:20). La Palabra también lo reveló, en la medida en que él se fue dando a conocer progresivamente en los tiempos del Antiguo Testamento (Lucas 1:44). La revelación definitiva y más grande de la Palabra, se ha dado por medio del Hijo, quien es la Palabra (o revelación de Dios) hecha carne (Juan 1:14), porque Dios habló muchas veces y de muchas maneras en el tiempo antiguo por medio de los profetas, pero en estos últimos días nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos 1:1-2). El Hijo es quien ha dado a conocer el propósito de Dios para la humanidad (Juan 1:18). El Hijo es el varón perfecto (Efesios 4:13) y el segundo Adán (Romanos 5:12-21).
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La forma griega de la frase “y la Palabra era acerca de Dios”, es “kai ό λόγος ήν πρòς τòν θεόν”. La segunda parte de esta cláusula está expresada en el caso acusativo. La preposición pros (gr. ‘πρòς’) en el caso acusativo, puede significar “hacia, a, en relación a, contra, para, cerca de” [Jaime Bereger Amenos. Atenea: Método de Griego. Duodécima Edición. Casa Editorial Bosch, Barcelona, 1972. Pág. 136]. Cuando Casidoro de Reina tradujo: “y la Palabra era acerca de Dios”, él estaba aceptando que “la Palabra se refiere a Dios” o que “la Palabra está relacionada con Dios”. ‘Acerca’, es una locución preposicional “sobre aquello de que se trata, en orden a ello” [Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, Vigésima Edición].
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Lamentablemente Lorenzo Lucena Pedrosa, también desmejoró esa traducción, al cambiar ‘acerca’ por ‘con’. Sin embargo, toda turbación es alejada, cuando comprendemos que ‘con’, en algunos de sus usos, expresa la idea de relación, como en la frase “No habla ‘con’ su novia”.
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La clave para entender el plan de Dios, es Cristo Jesús (la Palabra hecha carne), pues toda la revelación divina gira en torno a Él. La Palabra es la razón y el lenguaje de Dios para con el hombre. Cristo “es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación” (Colosenses 1:15). Cristo es poder de Dios y sabiduría de Dios (1. Corintios 24), Cristo es Dios mismo manifestado en carne (Romanos 9:5, 1. Timoteo 3:16). Cuando nosotros hablamos, enseñamos o predicamos la Palabra de Dios (el plan de Dios para con el hombre), realmente estamos hablando, enseñando, o predicando a Jesucristo, quien es la revelación completa de Dios para la humanidad, ya que Dios mismo tomó forma de siervo y condición de hombre para venir a salvar (Filipenses 2:5-8).
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La gran verdad proclamada por la Santa Escritura, es que Dios mismo se convirtió en nuestro Salvador (Isaías 35:4, 53:22), cuando se manifestó en carne como el Hijo de Dios (Lucas 1:35) o el hombre perfecto (Efesios 4:13), a fin de mostrarnos con su ejemplo la forma en la que Él quiere que vivamos (1. Pedro 2:22), y para poder pagar el precio de nuestros pecados (Hebreos 2:14, 9:22). El Padre Eterno, tomó un tabernáculo de carne (un templo de carne – Juan 1:14, Juan 2:20) para habitar en medio de nosotros (Mateo 1:23). El Hijo, fue el verdadero tabernáculo que levanto el Señor y no el Hombre (Hebreos 8:2). Por eso Jesús es verdaderamente el Padre y el Hijo. Es el Padre porque Él es el único Dios eterno, y es el Hijo porque Dios mismo se manifestó en carne como un hombre. Jesús, como Hijo, afirmó que el Padre moraba en Él (Juan 14:9) recalcando que Dios fue manifestado en carne (1. Timoteo 3:16). El apóstol Pablo lo ratifica al decir que en Cristo, habita corporalmente toda la Plenitud de Dios (Colosenses 2:9), ya que el Padre habita en el Hijo (Juan 14:9).
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Cuando Dios se manifestó en carne, nos revelo su nombre Admirable (Isaías 52:6), y por eso Jesús es el nombre sobre todo nombre (Hechos 4:12, Filipenses 2:9-10). Jesús es el único nombre de Zacarías 14:9, que comprende e incluye todos los otros nombres de Dios dentro de su significado. Por eso Jesús, significa verdaderamente Emanuel (o Dios con nosotros), Luz del Mundo, El Camino, La Verdad, La Vida, Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz, Rey de reyes, Dios de dioses, etc.
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La enseñanza de la Biblia es sencilla pero profunda: ¡El único Dios vino a salvar! Dentro de su plan, auto-revelación o Palabra que él tuvo para con el hombre, estaba predeterminado que en un tiempo preciso Él mismo se manifestaría en carne. Él mismo, como todos los demás hijos (los demás hombres) participaría de carne y sangre, convirtiéndose en un verdadero Hijo (Hebreos 2:14), en el hombre perfecto (Efesios 4:13).
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Sin embargo, sectas como los trinitarios (en sus distintas ramas católica romana, protestante y ortodoxa griega) y los llamados “Testigos de Jehová”, han querido ocultar esa verdad, inventando cosas que no se encuentran en el texto sagrado del evangelio según Juan, fantaseando que el único Dios y Padre, antes de crear todas las cosas, estaba acompañado de alguien más, que según los trinitarios era tan Dios como él (o una persona divina), y que según los “Testigos de Jehová” era un semidiós. Ninguna de esas dos exposiciones tiene base Escritural, y son simplemente producto de las antiguas especulaciones neoplatónicas y gnósticas. Ambos, el trinitarismo y el arrianismo, tienen sus raíces en esas especulaciones filosóficas, pero no en la Biblia.
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Nota:Para mayor información sobre Juan 1, el logos, el verbo, la Palabra de Dios, lea estos otros artículos en la megapágina apostólica Pentecostales del Nombre de Jesucristo:
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Juan 1:1-2 y el Logos, el Verbo o la Palabra
Por Julio César Clavijo S.
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La Tradición y la Filosofía en el Desarrollo de la "Doctrina" Trinitaria
Capítulo 3 del Libro Un dios Falso Llamado Trinidad
Por Julio César Clavijo S.

La Palabra se Hizo Carne

Por David K. Bernard
Tomado del Libro: The Oneness View of Jesus Christ

En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios… Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros, y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad (Juan 1:1, 14, NKJV)

El mensaje de la Biblia es que nuestro Creador se convirtió en nuestro Salvador. Jesucristo es "Dios con nosotros" que vino a "salvar a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1:21, 23). "Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al mundo" (2. Corintios 5:19).

El Evangelio de Juan, expresa esta hermosa verdad de una forma única, hablando de Jesús como "la Palabra" hecha carne. Desafortunadamente, algunos han interpretado sus declaraciones, en el sentido de que Jesús es una segunda persona divina. Pero ¿Qué es lo que realmente dice la Biblia?

En el Antiguo Testamento, la Palabra de Dios (dabar en hebreo) no era una persona distinta, sino que era Dios hablando, actuando, o revelándose a sí mismo. "Envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina"(Salmo 107:20). "Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié" (Isaías 55:11). La Palabra de Dios fue la expresión de la mente de Dios, de su pensamiento y su propósito, que es Dios mismo.

Nada de esto comprometió la Unicidad absoluta de Dios. (Véase Deuteronomio 6:4). Los hebreos sabían que Dios estaba solo y creó todo por sí mismo: Nadie está al lado de Él, nadie es como él, nadie es igual a Él y nadie le ayudó a crear el mundo (Ver Isaías 44:6, 8, 24; 45:5-6; 46:5, 9). Él es el único Creador y el único Salvador (Isaías 37:16; 43:11).

En los tiempos del Nuevo Testamento, la palabra (logos) era un concepto filosófico popular. En la cultura griega del Imperio Romano Oriental, la palabra significaba la razón como principio controlador del universo. El griego logos podía significar pensamiento (expresado por medio de la palabra), así como la oración o la acción (expresada en palabras). Por ejemplo, podría referirse a una obra tal como fue concebida en la mente del dramaturgo, tal como está escrita en el guión, o incluso en su etapa de actuación.

Para el apóstol Juan, un judío capacitado en el Antiguo Testamento, el trasfondo hebreo de "la Palabra" fue sin duda el más significativo. Al mismo tiempo, él de seguro, sabía el uso que los paganos le daban en ese momento. Bajo la inspiración divina, él utilizó de manera única ese término, para acercar a ambos, judíos y gentiles a Jesucristo.

Juan no contradice el concepto judío de la unicidad absoluta de Dios (nunca considerado como una distinción de personas). De hecho, registró la declaración de Cristo a la mujer samaritana, de que los judíos recibieron el concepto correcto de Dios: "Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos" (Juan 4:22). Pero Juan buscando revelar la identidad de Jesús como el único Dios encarnado, presentó como verdaderas las palabras de Tomás, un ilustre judío, que confesó a Jesús como "mi Señor y mi Dios" (Véase Juan 20:28-31).

Juan utiliza el término griego "la Palabra" como una referencia para sus lectores, pero a diferencia de los filósofos griegos, hizo evidente que la Palabra que era eterna, era en realidad Dios, y fue revelada en la persona humana de Jesucristo. La Palabra es nuestro Creador, nuestra Fuente de Vida, la Luz del Mundo y nuestro Salvador (Juan 1:3-13).

Por el contrario, Filón, un filósofo judío de Alejandría, trató en el primer siglo d.C. de mezclar el pensamiento judio con el griego, hablando de la Palabra como un agente impersonal de Dios, que Él uso para crear el mundo y que se relacionaba con él. Del mismo modo, Justino, un filósofo que vivió a mediados del segundo siglo y se “convirtió” al cristianismo, trató de expresar al cristianismo en términos de la filosofía griega. Él describe la Palabra como una segunda persona subordinada, que fue engendrada por Dios en algún momento antes de la creación y que se convirtió en agente de la creación de Dios. Las ideas de Justino, fueron compartidas por algunos otros escritores del segundo siglo, que han sido llamados los apologistas griegos, quienes influyeron en el desarrollo de la doctrina de la trinidad durante los siglos tercero y cuarto.

El uso de Juan es claramente incompatible con esas ideas. La Palabra no fue engendrada en un momento determinado, sino "en el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios". Por otra parte, la Palabra no es un agente subordinado, una criatura, o un ser engendrado: "la Palabra era Dios". El orden de las palabras griegas elegidas por Juan es enfática, lo que significa que "La Palabra era el mismo Dios" (Biblia Amplificada).

Una explicación trinitaria de Juan 1:1 es insuficiente y requeriría de un cambio mental de la definición de "Dios". ¿Es Dios el "Padre" (como lo establece 1. Corintios 8:6)? Si es así, "la Palabra era con [el Padre], y la Palabra era [el Padre]. ¿Es Dios "la trinidad"? Si es así, "la Palabra era con [la trinidad], y la Palabra era [la trinidad]". Pero los trinitarios tratan de ponerlo en ambos sentidos, diciendo: "La Palabra era con Dios [el Padre], y la Palabra era Dios [el Hijo]". Esta interpretación es incoherente y errónea.

Juan 1:1 es en realidad una fuerte declaración de la deidad de Jesús y de la prioridad de la encarnación y de la expiación en la mente de Dios. Desde el principio, Dios previó la necesidad de la expiación y planificó su encarnación. (Véase 1. Pedro 1:19-20; Apocalipsis 13:8.) En el principio, la Palabra de Dios (su mente, su razón, su pensamiento, su plan) estaba con Él. Aquí la preposición griega es pros, que no es la palabra normalmente usada para significar “con”, sino una palabra que ha sido traducida con más frecuencia "en cuanto a". La connotación no es la de una persona sentada al lado de otra, sino la de la Palabra de Dios que le pertenece o está relacionada con él.

La Palabra de Dios no es una persona distinta, así como la palabra de un hombre no es una persona diferente a él. Por el contrario, la Palabra de Dios es la suma total de su mente, razón, pensamiento, plan, y expresión, que es Dios mismo; al igual que la mente de un hombre es el verdadero y mismo hombre.

En la plenitud de los tiempos y exactamente según el plan predeterminado por Dios, la Palabra de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros. Dios promulgó su plan. Se pronunció a sí mismo. La Palabra Eterna se expresó en carne humana, y en el espacio y el tiempo. En síntesis, la Palabra de Dios, es Dios autodeclarado o Dios autorevelado.

Es interesante comparar estas conclusiones con los comentarios del renombrado estudioso cristológico Oscar Cullman sobre la Palabra en Juan 1:1:

“El propósito del autor es precisamente contrarrestar la idea de una doctrina de dos dioses, como si el Logos fuera un dios aparte de un Dios superior. La 'Palabra' que es Dios, no es un ser separado de Dios mismo, sino que "estaba con Dios"… Tampoco el Logos está subordinado a Dios, porque simplemente pertenece a Dios. No está subordinado a Dios, ni es un segundo que está al lado de Dios… No se puede decir theos en pros ton logon (Dios estaba con la Palabra), porque el Logos es Dios mismo en la medida como Dios habla y se revela. El Logos es Dios en su revelación. De este modo, la tercera frase del prólogo realmente puede proclamar kai theos en ho logos (y la Palabra era Dios). Nosotros no deberíamos reinterpretar esta frase, con el fin de debilitar su absoluta nitidez...
... El evangelista quiere decir literalmente, que él llama al Logos 'Dios'. Ello se ve confirmado también por la proclamación del Evangelio, cuando el creyente Tomás le dijo al Jesús resucitado, "Señor mío y Dios mío" (Juan 20:28). Con esta última prueba testimonial, el evangelista completa el círculo y regresa a su prólogo...
Se puede decir de este Logos que 'Él es Dios', pero al mismo tiempo también tenemos que decir, 'Él está con Dios'. Dios y el Logos no son dos seres, y sin embargo, tampoco son simplemente idénticos. En contraste con el Logos, Dios puede ser concebido (al menos en principio) aparte de su acción reveladora, aunque no debemos olvidar que la Biblia habla de Dios sólo en su acción reveladora…El Logos es la auto-revelacion de Dios - Dios en acción. Esta acción sólo es objeto del Nuevo Testamento… Por la propia naturaleza del Nuevo Testamento, no se puede hablar del Logos, aparte de la acción de Dios. [Oscar Cullman, La Cristología del Nuevo Testamento (Londres: SCM Press, 1963), 265-66].

En griego, la palabra "habitó" en Juan 1:14 es skenoo, que significa literalmente "tabernaculizó" o "acampó". La Palabra eterna fue encarnada en una humanidad verdadera. El Espíritu de Dios no fue transmutado en carne, sino que "Dios se manifestó en carne" (1. Timoteo 3:16). A través de esta encarnación (personificación humana), tenemos acceso a la gloria divina, a la gracia y a la verdad. La Palabra encarnada, muestra la gloria de Dios, comunica la gracia de la salvación de Dios, y declara la verdad eterna de Dios.

Los trinitarios utilizan los términos "Hijo" y "Palabra" como si fueran totalmente intercambiables, pero la Biblia habla del Hijo sólo en referencia a la encarnación. Jesús es el Hijo de Dios, porque el Espíritu de Dios ocasionó milagrosamente su concepción en la matriz de la Virgen María (Lucas 1:35). El Hijo fue "nacido de mujer, y nacido bajo la ley" (Gálatas 4:4), y por tanto, fue engendrado en un cierto día (Hebreos 1:5). El Hijo es "la imagen del Dios invisible" (Colosenses 1:15). La Biblia nunca habla de un Hijo eterno, sino del Hijo unigénito (Juan 3:16). Por el contrario, la Palabra es Dios en su libre revelación, sin que necesariamente sea una referencia a la encarnación, y por tanto, es eterna e invisible.

Los dos términos, entonces, están estrechamente relacionados pero son distintos. La Palabra se hizo carne en la persona de Jesucristo, el Hijo de Dios. Sólo en ese momento la gente vio "su gloria, gloria como del unigénito del Padre". La Palabra se reveló en el Hijo. En otras palabras, el Dios invisible se hizo visible en el Hijo, quien como un hombre, tiene la relación más cercana posible, o compañerismo con Dios. "A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer" (Juan 1:18).

En 1. Juan 1, el apóstol Juan utiliza los mismos temas de la Palabra eterna y el Hijo engendrado, identificando a "la Palabra" como la vida eterna del Padre. La vida estuvo siempre con el Padre, pero no como una persona distinta, así como la vida de un hombre no es una persona diferente a él. Y esa vida se manifestó a nosotros en el Hijo. Por lo tanto, disfrutamos de la vida espiritual de hoy, no sólo porque Dios nuestro Padre nos creó, sino porque Él siempre tuvo un plan de salvación para nosotros a través del Hijo. "Lo que fue desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos visto, y nuestras manos han palpado con relación a la Palabra de vida -la vida se puso de manifiesto, y la hemos visto, y damos testimonio, y declaramos que la vida eterna que estaba con el Padre se manifestó a nosotros- lo que hemos visto y hemos oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo" (1. Juan 1:1-3, NKJV).

De acuerdo con Juan 1 y Juan 1:1, entonces, Jesús es el plan de Dios promulgado, la mente de Dios revelada, la vida de Dios manifestada. En resumen, Jesús es Dios revelado en carne para nuestra salvación. Él explicó, "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto" (Juan 14:6-7). Cuando vemos a Jesús, vemos al Padre en la única manera en que el Padre puede ser visto, ya que el Padre invisible habita en el hombre visible Jesús (Juan 14:9-10). Cuando aceptamos y aplicamos la obra expiatoria de Jesús, el Hijo de Dios, entonces la eterna Palabra de Dios se revela a nosotros. Encontramos el camino, la verdad, y la vida, y por tanto, somos reconciliados con el único Dios verdadero, nuestro Padre.

La Trinidad y su Imaginación Politeísta de Juan 1:1

Por Julio César Clavijo Sierra.

Los últimos tiempos nos han demostrado como los defensores de la trinidad han expresado abiertamente su posición politeísta. Es inútil que sigan sosteniendo que la creencia de la trinidad corresponde a la fe bíblica, pues las confesiones que han salido de ellos mismos exponen todo lo contrario, indicando cuanto se han desviado del monoteísmo bíblico.
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Los trinitarios han afirmado que el dogma de la trinidad debe enseñarse con base en las presuposiciones o tradiciones elaboradas durante el transcurso de la iglesia trinitaria (ya sea católica romana, ortodoxa griega o protestante), y que conforme a esas tradiciones (principalmente la de los Credos Ecuménicos como el de Nicea, Constantinopla o de Atanasio) se debe reinterpretar la Biblia. Por esta razón, han abrazado sin ningún reparo, las conjeturas politeístas que sobre Juan 1:1 hicieran algunos gramáticos trinitarios tales como A.T. Robertson (1863–1934) y Kenneth Wuest (1893–1962). Basados en la tradición trinitaria, aquellos hombres presumieron que la Palabra de Dios (Verbo o Logos) era una persona divina (solo la fantasía puede llevar a creer que la Palabra es una persona) y que la Palabra de Dios tenía verdaderamente un cuerpo y una cara, por lo cual dijeron ellos, que la Palabra de Dios estuvo desde toda la eternidad cara a cara con Dios y en una relación de persona a persona con Dios. Todo eso lo hicieron por ignorar el concepto bíblico de la Palabra de Dios (tal como lo veremos más adelante), y por su afán desesperado de buscar algún sustento bíblico para la herejía trinitaria. No obstante, esa idea de dos personas divinas cada una con su propia cara, estando cara a cara entre sí, o una al lado de la otra, en vez de ayudarles lo que ha hecho es exhibir en toda su magnitud el error politeísta en el que ellos se encuentran. No hay ninguna diferencia entre esas declaraciones trinitarias, con las de los politeístas griegos, que pensaban que en el monte Olimpo los dioses podían estar cara a cara entre sí, cada uno al lado de los otros, conversando entre ellos y amándose u odiándose mutuamente.
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El escritor trinitario Luís Carlos Reyes ha sido víctima de ese engaño, y en un video publicado por YouTube, ha dicho: “Puede ver los libros de gramática de A.T. Robertson. Algún libro que estudié hace muchos años cuando estudié griego… la idea literal sale bien, dice cara a cara con Dios.”[1] Vemos que sin ningún temor por la verdad de un solo Dios, y sin ningún reparo, el sr. Reyes manifiesta su creencia en dos personalidades divinas cara a cara entre sí, e incluso afirma que el cara a cara debe entenderse no en sentido figurado, sino literalmente. La declaración del sr. Reyes es por tanto 100% politeísta.
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Al advertir a un trinitario sobre el tremendo error de creer en un cara a cara entre unas supuestas personas divinas, él dijo: “La Trinidad que siempre he creído es que solo hay un Dios –no dos ni tres–, pero esa divinidad esa naturaleza es representada en tres personas distintas… los tres ocupan distinto espacio y los tres tienen personalidades distintas… en pasajes bíblicos Jesús se diferenciaba del Padre muchas veces: Mi Padre mayor es que yo… el Hijo no sabe cuando regresará, solo el Padre, etc… el que ocupen un espacio diferente y tengan una mente distinta, no quiere decir que sean dioses distintos. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son parte de un mismo Dios, pero dentro de ella (la Trinidad) ocurre lo llamado en teología la ruptura intrínseca, la cual establece la diferencia de personalidad, función, localización, percepción, conductibilidad y descripción… y te seguiría dando miles de argumentos a favor de este tema porque he leído muchos pero muchos libros sobre la trinidad desde varios puntos de vista y de diferentes religiones, y créeme que al hacer la exégesis sobre dios en general, la mayoría de eruditos llegan a esta conclusión”[2].
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Si analizamos las declaraciones de aquel trinitario, podemos apreciar una exposición absolutamente politeísta. Aquel trinitario fue engañado por aquellos “eruditos”, de quienes recibió la idea antibíblica de que existen unas personas divinas que están separadas por una distancia, ocupando cada una un espacio diferente y estando cara a cara entre sí. Mientras que la Trinidad expone la idea politeísta de personas divinas cada una ocupando distinto espacio, la Biblia nos habla de un Dios Todopoderoso que lo llena todo. Mientras que la Trinidad habla de una segunda persona divina que no puede saberlo todo, la Biblia nos habla del Dios que todo lo sabe. Mientras que la Trinidad nos habla de tres mentes y tres voluntades, la Biblia enseña que Dios es un ser inteligente con una voluntad (Romanos 9:19) y habilidad de razonar (Isaías 1:18), y nos dice que Él posee una mente inteligente (Romanos 11:33-34), no tres. La Trinidad comete el error de no entender que la Biblia presenta a Jesús como el Padre y como el Hijo (Isaías 9:6, Mateo 1:23), porque Jesús es el Dios único que se manifestó en carne.
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Otro ejemplo del error politeísta del cara a cara entre unas supuestas personas divinas, lo encontramos en un artículo del escritor trinitario Pablo Santomauro donde dice: “A. T. Robertson, el conocido experto en griego… señala que Pablo tiene en mente la relación cara a cara… De la misma manera, Juan describe la relación entre el Verbo y Dios (el Padre).[3] Luego con su estilo insolente y socarrón, escribe: “Por último, digamos que una de las evidencias más fuertes contra la posición modalista la encontramos donde muchos menos la esperan, en los pasillos de la sede mundial de los Testigos de Jehová en Brooklyn, Nueva York. El peso de la evidencia gramatical es tan aplastante que los peores enemigos de la Trinidad de todos los tiempos, los Testigos de Jehová, reconocen que hay dos personas en Juan 1:1. A los efectos de negar la Deidad del Logos, los Testigos de Jehová lo reducen a “un dios” (”y la Palabra era un dios” - Juan 1:1c), pero nunca llegan al extremo infantil de la interpretación unicitaria.[4] Es bastante interesante que este escritor trinitario advierta el parentesco que existe entre las herejías arriana y trinitaria, ambas fantaseando que la Palabra de Dios fue un acompañante de Dios, que estuvo cara a cara con Dios desde la eternidad.
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EL SIGNIFICADO BÍBLICO DE LA PALABRA DE DIOS

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Juan 1:1 no es un texto desligado del resto de la Escritura, por lo cual no puede cometerse el error de pretender hacer doctrina aislando ese texto de su respectivo contexto y pensando más allá de lo que está Escrito (1. Corintios 4:6). El apóstol Juan era un judío ilustrado en las Escrituras del Antiguo Testamento, por lo tanto estaba capacitado en el vocabulario del Antiguo Testamento, así como en el trasfondo judío de los conceptos que dichos términos transmitían y a lo que verdaderamente se referían.
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Es muy interesante notar la estrecha relación existente entre Génesis 1 y Juan 1. Debido a esa correlación, ambos pasajes comienzan con la misma frase: “En el principio”. Génesis presenta la historia de la creación del mundo, pero Juan nos habla de la nueva creación en Cristo. Ambas creaciones, fueron producto de la Palabra poderosa y creativa de Dios, porque como lo dice el Salmo: “Por la Palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca… porque Él dijo y fue hecho, Él mandó, y existió” (Salmo 33:6,9). Génesis 1:2, nos dice que al principio todo estaba en tinieblas, y además estaba desordenado y vacío. Pero a partir del versículo 3, vemos a Dios hablando y diciendo: “Sea la luz, y fue la luz”. Todo el resto de Génesis 1, nos muestra a Dios pronunciando su Palabra para traer orden y para traer vida, siendo frecuente la frase: “dijo Dios”. Así, siempre que en Génesis leemos que Dios creó algo, se hace énfasis en que Él pronunció su Palabra para traerlo a la realidad (Génesis 1:3, 1:6, 1:9, 1:11, 1:14, 1:20, 1:24, 1:26). “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la Palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía” (Hebreos 11:2). “...en el tiempo antiguo fueron hechos por la palabra de Dios los cielos, y también la tierra, que proviene del agua y por el agua subsiste” (2. Pedro 3:5). Note como la Escritura usa fuertemente el lenguaje, para determinar claramente que la Palabra es el medio por el cual Dios comunica y ejecuta sus intenciones. Por tanto, es un error suponer que la Palabra que sale de la boca de Dios es una persona divina o que lo que dijo Dios sea una persona cara a cara con Dios, cayendo finalmente en un error politeísta.
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Moisés nos dice que por medio de la Palabra de Dios, aquello que estaba oscuro, desordenado y vacío, tuvo luz, tuvo orden y tuvo vida, “y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Génesis 1.31). Evocando la narración de Moisés, el apóstol Juan nos dice de la Palabra de Dios, que: “Todas las cosas por ella fueron hechas, y sin ella nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1:3-5).
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“A menos que una persona se comunique, ya sea oralmente o por medio de gestos o expresiones faciales, es imposible llegar a conocerla. Todo lo que queda detrás de la piel del rostro seguirá siendo un misterio. También Dios era un misterio hasta que decidió romper el silencio. Habló una vez y toda la creación surgió a la vida – los océanos, las ballenas, las coloridas aves, las orquídeas y los escarabajos. Y volvió a hablar, nos dice Juan, y esta vez fue para formar la nueva creación en Cristo.”[5] Si Dios no hubiera querido revelarse al hombre, Él aún sigue siendo Dios. No obstante, Él deseó revelarse a nosotros, y por eso la Biblia solo habla de Dios en su acción reveladora.
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La declaración de Juan 1:1, de ninguna manera comprometió la Unicidad absoluta de Dios. (Véase Deuteronomio 6:4). Los hebreos sabían que Dios estaba solo y creó todo por sí mismo: Nadie está al lado de Él, nadie es como él, nadie es igual a Él y nadie le ayudó a crear el mundo (Ver Isaías 44:6, 8, 24; 45:5-6; 46:5, 9). Él es el único Creador y el único Salvador (Isaías 37:16; 43:11).
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En el Antiguo Testamento, el concepto de Palabra de Dios expresa la comunicación de la mente y de los propósitos de Dios al hombre por medio de su auto-revelación. La formula clásica en la que el Antiguo Testamento expresa esta verdad, es: “Palabra de Jehová que vino a…” (Jeremías 7:1, Oseas 1:1, Joel 1:1, Miqueas 1:1, Sofonías 1:1), o “vino Palabra de Jehová a…” (1. Samuel 15:10, 1. Reyes 18:1, 1. Crónicas 17:3, Isaías 38:4, Jeremías 28:12, Ezequiel 1:3, Jonás 1:1, Hageo 1:1, Zacarías 1:1). Dios se expresó por medio de una voz audible (Génesis 8:15, 17:3, Éxodo 6:2, Josué 1:1), por visiones o sueños (Génesis 46:2, Ezequiel 1:1, Daniel 4:5) y por la Palabra Escrita (Deuteronomio 30:10, 2. Reyes 18:12, Jeremías 44:23, Daniel 9:10).

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En el pensamiento judío, la Palabra de Dios no solo decía, sino que también hacía, de tal forma que la Palabra de Dios hace lo que Él quiere (Isaías 55:11, Salmo 107:20, Salmo 33:6-9).
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“El Antiguo Testamento está lleno de esa idea general del poder de las palabras. Una vez que Isaac había pronunciado la bendición del primogénito sobre Jacob en vez de sobre Esaú, aunque se le había sacado con engaño, ya no se podía hacer nada para recuperar esa bendición (Génesis 27). La palabra había salido, y había empezado a actuar, y nada la podía detener... Aun las palabras humanas tienen una especie de actividad dinámica: ¡Cuánto más la Palabra de Dios!”[6]

Por tanto, la Palabra de Dios debe ser obedecida por todos, sean ángeles u hombres. “Bendecid á Jehová, vosotros sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, Obedeciendo á la voz de su precepto” (Salmos 103:20). “Cuidaréis de hacer todo lo que yo os mando: no añadirás á ello, ni quitarás de ello” (Deuteronomio 12:32).
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En el Antiguo Testamento, ‘dabar’ (e.d. palabra) referido a Dios, es Dios en su acción reveladora. Es Dios hablando, actuando o revelándose a sí mismo. “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca” (Salmo 33:6). “Envió su palabra, y los sanó, y los libró de su ruina” (Salmo 107:20). “Él envía su palabra a la tierra; velozmente corre su palabra” (Salmo 147:15). “¿No es Mi Palabra como fuego, dice Jehová, y como una maza que quebranta la piedra?” (Jeremías 23:29). “Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié” (Isaías 55:11). “Porque yo Jehová hablaré, y se cumplirá la palabra que yo hable; no se tardará más, sino que en vuestros días, oh casa rebelde, hablaré palabra y la cumpliré, dice Jehová el Señor” (Ezequiel 12:25).
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En el Nuevo Testamento, logos (o palabra) es frecuentemente sinónimo del mensaje cristiano, evangelio o las Buenas Nuevas de Salvación (Hechos 15:7). La Escritura habla del evangelio eterno (Apocalipsis 14:6), Porque la buena noticia, es también la buena Palabra que estuvo con Dios desde la eternidad y por eso la luz, la vida y la inmortalidad vinieron por el evangelio (2. Timoteo 1:9-10. Cf. Juan 1:3-5). Jesús predicó la Palabra (Marcos 2:2) y la tarea de la iglesia es predicar la Palabra (Hechos 14:25). El evangelio es la Palabra de Dios (Lucas 5:1, 11:28, Juan 10:35, Hechos 4:31, 6:7, 13:44, 1. Corintios 14:36, Hebreos 13:7), la Palabra del Señor (1. Tesalonicenses 4:15, 2. Tesalonicenses 3:1), la Palabra de Cristo (Colosenses 3:16), la Palabra de verdad (Juan 17:7, Efesios 1:13, Santiago 1:8), la Palabra de vida (Filipenses 2:16), la Palabra de justicia (Hebreos 5:13), la Palabra de reconciliación (2. Corintios 5:19), la Palabra de salvación (Hechos 13:26) y la Palabra de la cruz (1. Corintios 1:18). La palabra o logos de Dios, es algo que viene de Dios y algo que dice de Dios. No es un descubrimiento del hombre sino que es revelación de Dios. Es algo que el hombre no hubiera podido descubrir por sí mismo.
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El logos juzga (Juan 12:48), purifica (Juan 15:3, 1. Timoteo 4:5), conduce a creer (Hechos 4:4) y es lo que produce el nuevo nacimiento (1. Pedro 1:23). Por lo cual la palabra debe ser oída (Mateo 13:20, Hechos 13:7, 44), debe ser recibida (Lucas 8:13, Santiago 1:21, Hechos 8:14, 11:1, 17:11), debe ser afianzada en nosotros (Lucas 8:13), debemos permanecer en la palabra (Juan 8:31) y debemos cumplir la palabra (Juan 8:51, 14:23, 1. Juan 2:5, Apocalipsis 3:8). La Palabra debe ser testificada (Hechos 8:25, Apocalipsis 1:2), debe ser servida (Hechos 6:4), debe ser anunciada (Hechos 15:36, 17:13, 2. Timoteo 4:2), debe ser hablada con denuedo (Hechos 4:29, Filipenses 1:14), debe ser enseñada (Hechos 18:11), debe ser llevada a la práctica (Santiago 1:22), puede ser causa de persecución y sufrimiento (1. Tesalonicenses 1:6, Apocalipsis 1:9), puede dejarse de creer (1. Pedro 2:8), puede ser arrebatada y ahogada (Mateo 13:22, cf Marcos 4:15), puede ser falsificada y adulterada (2. Corintios 2:17, 4:2) y puede ser invalidada (Marcos 7:13).
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“Juan 1:1 es en realidad una fuerte declaración de la deidad de Jesús y de la prioridad de la encarnación y de la expiación en la mente de Dios. Desde el principio, Dios previó la necesidad de la expiación y planificó su encarnación. (Véase 1. Pedro 1:19-20; Apocalipsis 13:8.) En el principio, la Palabra de Dios (su mente, su razón, su pensamiento, su plan) estaba con Él… La connotación no es la de una persona sentada al lado de otra, sino la de la Palabra de Dios que le pertenece o está relacionada con él.
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La Palabra de Dios no es una persona distinta, así como la palabra de un hombre no es una persona diferente a él. Por el contrario, la Palabra de Dios es la suma total de su mente, razón, pensamiento, plan, y expresión, que es Dios mismo; al igual que la mente de un hombre es el verdadero y mismo hombre.
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En la plenitud de los tiempos y exactamente según el plan predeterminado por Dios, la Palabra de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros. Dios promulgó su plan. Se pronunció a sí mismo. La Palabra Eterna se expresó en carne humana, y en el espacio y el tiempo. En síntesis, la Palabra de Dios, es Dios autodeclarado o Dios auto-revelado.”[7]
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Por eso, la Palabra de Juan 1:1, es más que un simple razonamiento (reflexión, idea o concepto) de la mente de Dios, pues fue una completa verdad que quedó guardada en Dios desde los tiempos eternos, “pero que ha sido manifestado ahora, y que por las Escrituras de los profetas, según el mandamiento del Dios eterno, se ha dado a conocer a todas las gentes para que obedezcan a la fe” (Romanos 16:26).
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EL SIGNIFICADO DE HIJO DE DIOS

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La obra más importante de la vieja creación, fue la creación del hombre, hecho a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26), por lo cual Adán llegó a ser Hijo de Dios (Lucas 3:38). “El propósito de Dios era que Adán procreara abundantemente una descendencia de personas que adoraran a Dios y se constituyeran en hijos de Dios tal y como Adán lo era. Dios le dio a Adán la orden de multiplicarse y llenar la tierra (Génesis 1:28). Adán engendraría a muchos otros hijos de Dios, así que ellos tendrían la misma naturaleza que él tenía, razón por la cual harían la voluntad del Señor. El propósito de Dios era que la humanidad llenara la tierra de gloria. La vida de Dios estaría dentro del hombre y el hombre manifestaría la naturaleza de Dios en el mundo. Dios sería entonces ‘todo en todos’. Adán como hijo de Dios tenía como propósito gobernar a la humanidad bajo su dirección y actuar como rey bajo el poder de Dios (Génesis 1:28).”[8] Lastimosamente, esa antigua creación fue manchada por el pecado de Adán.
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Romanos 5:14 nos enseña que Adán es figura del que habría de venir. “No obstante, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés, aun en los que no pecaron a la manera de la trasgresión de Adán, el cual es figura del que había de venir”. Por eso la obra más importante de la nueva creación, es que la Palabra de Dios, se hizo carne y habitó entre nosotros como el Hijo de Dios (Juan 1:14), el hombre perfecto, o prototipo perfecto de la generación de hombres nuevos que sería conocida como los hijos de Dios (Efesios 4:13).
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La Biblia define al ‘Hijo de Dios’ como al ser humano que nació de María (Lucas 1:35), como a Dios mismo con nosotros (Emanuel) manifestado como un hombre (Mateo 1:23), como el medio que Dios utilizó para hablarnos en estos postreros días (Hebreos 1:2), como el revelador (de los propósitos) del Padre (Juan 1:18) y como la Palabra hecha carne (Juan 1:14). No existe ningún Hijo eterno, pero Aquel que se manifestó en carne como un Hijo, es el único Dios eterno (Miqueas 5:2, Juan 1:15).
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“Muchos otros versículos de la Escritura revelan que solo podemos usar correctamente el término ‘Hijo de Dios’ cuando incluye la humanidad de Jesús. Por ejemplo, el Hijo fue concebido por una mujer (Gálatas 4:4), el Hijo fue engendrado (Juan 3:16), el Hijo nació (Mateo 1:21-23; Lucas 1:35), el Hijo no sabía la hora de la segunda venida (Marcos 13:32), el Hijo no podía hacer nada por sí solo (Juan 5:19), el Hijo vino comiendo y bebiendo (Mateo 11:19), el Hijo sufrió (Mateo 17:12), una persona puede blasfemar contra el Hijo pero no contra el Espíritu y ser perdonado (Lucas 12:10), el Hijo fue crucificado (Juan 3:14; 12:30-34), y el Hijo murió (Mateo 27:40-54; Romanos 5:10). La muerte de Jesús es un buen ejemplo. Su Espíritu Divino no murió, sino su cuerpo humano. No podemos decir que Dios murió, y entonces no podemos decir que “Dios Hijo” murió. Más sí podemos decir que el Hijo de Dios murió porque Hijo se refiere a la humanidad.”[9]
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De esta manera, Dios pudo crear por medio de su Palabra una verdadera generación de hijos de Dios: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre [el nombre de Jesús], les dio potestad de ser hechos hijos de Dios, los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios” (Juan 1:12-13). El apóstol Pablo también se refiere a la nueva creación en Cristo cuando escribe: “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2. Corintios 5:17). El Señor Jesucristo dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios” (Juan 3:3). En el libro a los Hebreos, se dice que Jesús, el Hijo de Dios, llevaría a muchos hijos a la gloria (Hebreos 2:10). Más aún, Jesús, la Palabra hecha carne, se refiere a los redimidos por su obra como hermanos e hijos suyos, ya que todos son la nueva creación de Dios por medio de su Palabra (Hebreos 2:11-13). Así, Jesús el Hijo de Dios, ha podido engendrar por la Palabra a otros muchos hijos de Dios (Santiago 1:18, 1. Pedro 1:23).
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Dios sabía que Adán fallaría, por eso cuando Dios creó a Adán, lo hizo pensando en el plan que tenía en mente para un futuro Hijo de Dios, quien no sería ningún otro que el mismo Dios (y no otro) manifestado en carne (Isaías 33:22, 35:4, 40:3-5, 40:9-10, Miqueas 5:2, Hageo 2:6-7, Isaías 9:6-7, 2. Corintios 5:19, Colosenses 2:8-10, 1. Timoteo 3:16, etc.)
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La verdad bíblica enseña que la Palabra es el precioso plan de Dios para con la humanidad, que se reveló desde la creación del mundo, y luego por boca de los profetas anunció que Dios mismo y no otro, sería manifestado en carne para venir a salvar. Sólo con la manifestación de Dios en carne, la Palabra tomó forma personal al mostrarse como el Hijo de Dios, el hombre perfecto, que ha podido engendrar por la Palabra una nueva generación de hijos de Dios.
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Jesucristo (Dios manifestado en carne como un ser humano), es la revelación máxima de Dios a favor del hombre, y por eso es llamado la Palabra (Verbo) de Dios (Apocalipsis 19:13). En estos últimos días Dios decidió hablarnos por Cristo el Hijo (el Hombre perfecto) quien es el que da razón a la existencia del universo (Hebreos 1:2). El Hijo de Dios, es la conclusión del plan eterno que Dios planeó con relación al hombre, de satisfacer su deseo de que pudieran existir muchos hijos de Dios (Hebreos 2:10), y por eso los escritores neotestamentarios, inspirados por el Espíritu Santo, dejaron registro del cumplimiento de un montón de profecías veterotestamentarias que se cumplieron en el Hijo de Dios, la Palabra hecha carne (Juan 1:14). En el Hijo de Dios, la Palabra pronunciada por Dios en el pasado encuentra ahora su cumplimiento (Mateo 5:17, Lucas 24:25-27).
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El Hijo de Dios es Dios manifestado en carne (Isaías 9:6, Mateo 1:23), o la Palabra hecha carne (Juan 1:14). El Hijo de Dios, es la consumación del plan eterno de Dios a favor del hombre, pues sólo por el Hijo (por Jesucristo hombre) Dios podría salvarnos (Hebreos 2:14, 1. Timoteo 2:5). El Hijo de Dios, es la más grandiosa revelación de Dios al hombre, y por ser el Hijo la Palabra hecha carne, es por eso que en estos postreros días, Dios nos ha hablado por el Hijo (Hebreos 1:2), y el Hijo es quien nos ha explicado o nos ha dado a conocer al Padre (Juan 1:18). Dios se ha revelado por medio de la creación (Romanos 1:20, Salmo 33:6, 9), por medio de su Palabra hablada (Génesis 8:15, 46:2, Exodo 3:4), por medio de la Santa Escritura (Juan 5:39), pero el Hijo es la mejor exégesis o la mejor explicación del plan eterno que el Padre tuvo a favor de la humanidad. Cristo (el hombre ungido) siendo la Palabra hecha carne, es el mediador entre Dios y los hombres (1. Timoteo 2:5), revelando las intenciones de Dios para con el hombre, y dando significado a todas sus obras (creación).
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DIFERENCIA ENTRE LA PALABRA DE DIOS (VERBO, LOGOS) E HIJO DE DIOS

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La “teología” trinitaria, ha hecho un uso incorrecto de los términos bíblicos ‘logos’ e ‘Hijo de Dios’, presentándolos como sinónimos cuando en realidad no lo son. Toda confusión es alejada, cuando utilizamos los términos dentro de su respectivo contexto, y no de la manera errónea y arbitraria como los reinterpreta la “teología” trinitaria. La “teología” trinitaria toma aquella porción bíblica de Apocalipsis 19:13, que llama ‘logos’ al ‘Hijo de Dios’, y asume erróneamente que el ‘Hijo de Dios’ es eterno y que estaba desde el principio con Dios, como si el Hijo hubiera preexistido a la encarnación. El ‘logos de Dios’ (Palabra de Dios) es eterno (Salmo 119:89, Isaías 40:8, 1. Pedro 1:23, Mateo 24:35), porque es el pensamiento o el plan eterno de Dios a favor de la humanidad, que existía aún antes del acto de creación y que se fue revelando de manera progresiva a la humanidad. Mientras tanto, la Biblia define al ‘Hijo de Dios’ como al ser humano que nació de María (Lucas 1:35), como a Dios mismo con nosotros (Emanuel) manifestado como un hombre (Mateo 1:23), como el medio que Dios utilizó para hablarnos en estos postreros días (Hebreos 1:2), como el revelador (de los propósitos) del Padre (Juan 1:18) y como la Palabra hecha carne (Juan 1:14). No existe ningún Hijo eterno, pero Aquel que se manifestó en carne como un Hijo, es el único Dios eterno (Miqueas 5:2, Juan 1:15).
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“El término HIJO nunca se usa aparte de la manifestación de Dios en carne, mientras que el término LOGOS sí se usa aparte de ese contexto. Es debido al paradigma trinitario de las tres personas, que ellos no han podido notar esto. El término literal HIJO, al igual que el término CRISTO, nunca se utilizan aparte de la manifestación de Dios como un hombre... Usted nunca va a poder encontrar al HIJO existiendo desde la eternidad pasada, sino únicamente desde que ocurre la manifestación de Dios en carne. Es por eso que nosotros (los pentecostales apostólicos del nombre de Jesús) no aceptamos la idea de un Hijo eterno de Dios… Nosotros debemos dejar los términos tal y como están y no igualar HIJO DE DIOS con LOGOS, como los trinitarios tan ávidamente intentan hacerlo”[10].
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LA PREPOSICION GRIEGA PROS (πρòς)

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Cuando comprendemos los significados bíblicos de la Palabra de Dios y del Hijo de Dios, nos guardamos de ser engañados por herejías como el trinitarismo y su pariente el arrianismo.
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El gramático trinitario A.T. Robertson, pasando por alto el significado bíblico de la Palabra de Dios, especuló que la preposición griega pros (πρòς) que en Juan 1:1 ha sido traducida “con” en la frase: “la Palabra era con Dios”, significaría que la Palabra es una persona divina con una cara (o rostro), lo que le permitiría estar cara a cara con Dios. Como ya hemos visto, esa posición es politeísta, innecesaria y no tiene sustento bíblico. Si πρòς significa con, esto nunca jamás contradice la Unicidad de Dios, pues la asociación no tiene que darse necesariamente entre objetos personales, sino que también puede darse entre objetos impersonales, como en las frases: puso en cuestión la identidad de la mente con la conciencia, o sus convicciones siempre han permanecido con él. La idea transmitida por el apóstol Juan, es la de la Palabra de Dios o el plan de Dios para con la humanidad, que estuvo desde la eternidad con Dios. Aún más, la preposición πρòς en el caso acusativo como el de Juan 1:1, también significa “con relación a”, por lo cual también podría decirse que la Palabra pertenece o está relacionada con Dios.
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El escritor trinitario Pablo Santomauro, quien ya nos tiene acostumbrados a su pobreza gramatical tanto del idioma español como del griego (del cual presume conocer), en un tono burlón ha escrito que "no existe un solo experto en el lenguaje griego que concuerde con la interpretación de Bernard o cualquier otro unicitario"[11] Esa infortunada declaración es destruida con la revisión de la preposición πρòς en cualquier diccionario griego-español, por ejemplo el de José M. Pabón y Eustaquio Echauri que para el acusativo presenta a pros significando "con relación a"; o el libro “Atenea Método de Griego” del profesor en griego Jaime Berenger que nos da la definición de "en relación a". Lo mismo hacen obras relacionadas con el Griego Koiné; por ejemplo Barclay M. Newman, en El Diccionario Conciso Griego-Inglés del Nuevo Testamento, incluye "perteneciendo a" y "con referencia a", como significados de pros en el acusativo. El léxico de Strong dice que "pros" en el acusativo puede significar: "respecto, que es el destino de la relación". Cualquier erudito en griego y cualquier otro ser humano que no haya sido previamente afectado por el dogma trinitario, jamás concluiría que la Palabra de Dios es una persona de Dios, como tristemente lo hizo A.T. Robertson llegando a una conclusión politeísta. “Robertson y otros, tienen que dar un salto al vacío, imaginando que en el prólogo, pros de algún modo está relacionado con personas reales y verdaderas, para poder concluir un cara a cara en asociación con Dios el Padre.”[12] Cuando hacen eso, se desvían por completo de la Santa Escritura y manifiestan que en verdad son politeístas.
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Notas
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[1] Luís Carlos Reyes, Video Unicidad Trinidad Juan 1:1.
http://es.youtube.com/watch?v=D49HwfMV0jQ

[2] Declaraciones tomadas de un participante con sobrenombre “juanteologo” en los post o comentarios del video de Luís Carlos Reyes titulado: Unicidad Trinidad Juan1:1, publicado en YouTube.

[3] Pablo Santomauro. “La Preexistencia de Cristo en Juan 1:1 y la Extraña Interpretación Unicitaria”
http://pastordanielbrito.wordpress.com/2009/01/05/la-preexistencia-de-cristo-en-juan-11-y-la-extrana-interpretacion-unicitaria/

[4] Ídem

[5] La Biblia Devocional de Estudio. Introducción al Santo Evangelio Según Juan. Pág. 913. © 1960. La Liga Bíblica.

[6] William Barclay. Comentario al Nuevo Testamento –Tomo 5- Evangelio Según Juan. Pág. 13-14. Biblioteca Electrónica Cristiana Buscadores de Dios. http://www.buscadoresdedios.files.wordpress.com/2008/02/5-juan-volumen-1.pdf

[7] David K. Bernard. Viendo la Unicidad de Jesucristo. Págs 36-37. © 1994. Word Aflame Press.

[8] Julio César Clavijo Sierra. Un dios Falso Llamado Trinidad. Págs. 192-193. 1a. Edición 2007. Megapágina Pentecostales del Nombre de Jesucristo. http://www.pentecostalesdelnombre.com/dios_trino.pdf

[9] David K. Bernard. “La Unicidad de Dios”. Págs. 100-101. ©1996. Word Aflame Press.

[10] Mike F. Blume. Artículo: “El Uso Incorrecto que Hace el Trinitarismo de los Términos: "Logos", "Hijo de Dios" y "Cristo". Megapágina Pentecostales del Nombre de Jesucristo.www.pentecostalesdelnombre.com/logos.pdf

[11] Pablo Santomauro. “La Preexistencia de Cristo en Juan 1:1 y la Extraña Interpretación Unicitaria”
http://pastordanielbrito.wordpress.com/2009/01/05/la-preexistencia-de-cristo-en-juan-11-y-la-extrana-interpretacion-unicitaria/

[12] James Anderson. Juan 1:1 Con Dios y Pros. ". Megapágina Pentecostales del Nombre de Jesucristo.www.pentecostalesdelnombre.com/con_Dios.pdf

miércoles 6 de mayo de 2009

Frase Inarticulada: "y el Verbo era Dios" (kai theos en ho logos)

Por James Anderson
Tomado de Evidential Faith

Este es un complemento del artículo titulado “Juan 1:1 ‘Con Dios’ y Pros”.

Existe una gran controversia en torno a Juan 1:1, basada en el hecho de que theos (Gr. Dios), de la última frase en Juan 1:1, kai theos en ho logos, es inarticulada, es decir, no tiene artículo. Existen tres opiniones:

La primera de los Testigos de Jehová, dice que la traducción correcta, es 'el Verbo era un dios', basándose en el argumento de la falta del artículo definido ho antes de theos.

La segunda opinión que es la de los trinitarios, afirma que el texto de Juan 1:1 habla de dos personas - el Padre y el Hijo. Esta es claramente, una presuposición que se asume para reinterpretar el texto. James White dice, “Por la simple omisión del artículo (‘el’, o en griego, ho) antes de la palabra para Dios en la última frase, Juan evita la enseñanza del Sabelianismo...” [1] De este mismo pasaje, White también dice: “Sin una comprensión trinitaria de Dios, este pasaje terminaría siendo contradictorio e ilógico.” [2] Por lo tanto, su argumento es circular y algo confuso, a menos que uno lo vea a través del lente trinitario. La mayoría de los estudiosos llamaría a eso un pretexto. En este documento discutiremos la posición trinitaria, frente a la Unicidad.

Algunos trinitarios como A.T. Robertson, Marvin Vicent, Phillip B. Harner y Kenneth Wuest, que son usados como soportes para la propuesta trinitaria, afirman que la frase inarticulada, implica que Jesús era divino o que éste poseyó lo que Dios es por naturaleza. Su argumento es que Juan no estaba diciendo que Jesús es idéntico a Dios, sino que Él es como Dios (con un significado cualitativo en lugar de definido), proponiendo que la última cláusula de Juan 1:1 no intentó identificar a Jesús, sino expresar su cualidad de ser. Los trinitarios afirman que Jesús era idéntico a Dios en términos de naturaleza, no en términos de Persona.

Beasley-Murray dice, “sin el artículo significa menos que ὁ θεός [theos], pero no puede ser entendido como 'un dios', como si el Logos fuera un dios menor, junto con el Dios supremo, ni simplemente como ‘divino’,… sino que más bien se refiere a Dios en su naturaleza” [3] Bruce expresa, “Lo que se quiere decir, es que la Palabra comparte la naturaleza y el ser de Dios, o (para usar un poco de jerga moderna) fue una extensión de la personalidad de Dios.” [4]

Daniel B. Wallace, también afirma que theos es cualitativo en lugar de definido [5] Wallace enfatiza en “la naturaleza de la Palabra, en lugar de su identidad.” [6] Una de las traducciones que el cita como apoyo a su propuesta, es la Nueva Biblia Inglesa: “Lo que Dios era, la Palabra era” (Juan 1:1). Cabe señalar que en la NBI “los traductores fueron muy experimentales, produjeron traducciones nunca antes impresas en una versión en Inglés y adoptaron ciertas lecturas de diversos manuscritos hebreos y griegos nunca antes adoptados. Como resultado, La Nueva Biblia Inglesa fue muy elogiada por su ingenio y severamente criticada por su liberalidad” [7]

Los trinitarios ignoran el énfasis que Juan da a la última frase ‘la Palabra era Dios’, y asumen que un pensador hebreo como Juan, podía ver una pluralidad en el ser de Dios. Sin embargo, si Juan estaba implicando una deidad tri-personal, entonces lo hizo de la manera más indirecta posible, lo cual es contraproducente, si lo que él quería era que se conociera y se creyera en la trinidad. En Romanos 1:20, Pablo destaca que la salvación depende de una adecuada comprensión de la Divinidad, diciendo que es “sin excusa”. Juan tuvo que saber eso, y si es así, entonces ¿por qué no hizo algún esfuerzo para exaltar a esa deidad tri-personal? De hecho, el prólogo, que vuelve a traer a la memoria la historia de la creación, era el lugar ideal para aclarar dicho concepto. No obstante, los trinitarios arbitrariamente imponen a Juan, textos post-nicenos y conceptos filosóficos.

William Arnold, tiene esta respuesta para la frase inarticulada, “... Mi primera respuesta sería: ¿Por qué la presencia del artículo demanda que se trata de Dios el Padre? ¿Por qué no de Dios el Espíritu Santo? Por alguna razón, cuando un trinitario lee ‘Dios’, ellos asumen primero, que es una referencia a Dios el Padre, a menos que tengan pretextos para creer lo contrario. De alguna manera el Padre es más ‘Dios’ que las otras dos personas. En segundo lugar, quisiera simplemente señalar, que casi en todas las veces que la frase ‘Dios el Padre’ o ‘Dios nuestro Padre’ aparece en las Escrituras, falta el artículo. Esto incluye todas y cada una de las bendiciones de Pablo, así como otros varios versos (Rom. 1:7, 1. Cor. 1:3, 2. Cor 1:2; Gal. 1:1,3; Ef. 1:2; Ef . 6:23; Fil. 1:2, 2:11, Col 1:2, 1. Tes. 1:1, 2. Tes. 1:1,2, 1. Tim. 1:2, 2. Tim. 1:2, Tit 1:4; Flm. 1:3, 1 P. 1:2; 2 P. 1:17, 2 Jn. 1:3; Jud. 1:1). Por lo tanto, no hay justificación para afirmar que el segundo theos en Juan 1:1 no se refiere a Dios el Padre, simplemente porque no existe un artículo. Por último, Juan era un judío devoto, que no tenía ningún concepto de personas en la Deidad. El único Dios que él conoció, era de Dios el Padre. Por tanto, identificar la Palabra como Dios, fue identificarla como el Padre” [8]

D.A. Carson, no está totalmente de acuerdo con James White. De la mencionada lógica trinitaria dice, “Una larga serie de escritores, ha argumentado que debido a que theos, ‘Dios’, aquí no tiene el artículo, Juan no se refiere a Dios como un ser específico, sino a meras cualidades ‘divinas’. La Palabra, dicen, no era Dios, sino divina. Esto no es suficiente. En griego, hay una palabra perfectamente ajustada para ‘divino’ (a saber theios). Más importante aún, hay muchos lugares en el Nuevo Testamento, donde el predicado nominal no tiene ningún artículo, y sin embargo, es específico. Incluso en este capítulo, ‘tú eres el Rey de Israel’ (1:49) no tiene ningún artículo precediendo a ‘Rey’ en el original (cf. también Jn. 8:39, 17:17, Rom. 14:17; Gál. 4:25; Ap. 1:20). Se ha demostrado, que es común que una construcción con un determinado predicado nominal situado delante del verbo, sea inarticulada (es decir, que no tenga artículo; cf. Nota complementaria). De hecho, el efecto de ordenar las palabras de esta manera, es para hacer hincapié en ‘Dios’, como si Juan estuviera diciendo, ‘y la palabra era Dios’” [9]

Es interesante exponer un poco más de la mención de Carson sobre ‘theios’ (thay-os). Theios se utiliza aproximadamente tres veces en el NT: Hechos 17:29; 2 Pedro 1:3 y 4. En la KJV [Biblia del Rey James] se tradujo ‘divinidad’ en los Hechos, y dos veces como ‘divino’ en 2 Pedro. La mayoría de las traducciones conservan la traducción de theios como ‘divino’ en 2 Pedro. Sin embargo, la NKJV [Nueva Versión del Rey James] y la NASB [Nueva Biblia Americana Estándar] vierten theios como ‘naturaleza divina’, que es el adjetivo generalmente utilizado para describir las cualidades de una entidad. Como Carson demanda, ‘theios’ sería más de apropiado, si Juan estaba describiendo justamente la calidad de Jesús como teniendo las cualidades de Dios.

E.D. Radmacher señala a los Testigos de Jehová, y utiliza la regla de Colwell: “La última porción de 1:1 es el principal punto de la controversia. Se dice en el griego theos en ho logos, o literalmente, ‘el Verbo era Dios’. Dios, o theos, se produce en este verso sin el artículo griego ho, por lo que algunos han alegado que la falta del artículo en el texto griego debería provocar la declaración a ser traducido ‘el Verbo era un dios’. La mejor comprensión para la traducción, sin embargo, como reconocen escolásticos en griego, es que ya que theos es un predicado y precede al sustantivo logos y al verbo, es natural para que aquí se produzca sin el artículo. Los estudiosos en griego, están de acuerdo en que el verso debe traducirse como regularmente se encuentra en modernas y antiguas traducciones, afirmando claramente que Jesús es verdaderamente Dios.” [10] Nótese que Radmacher no alude que Jesús posee la naturaleza de Dios o etc.; Él simplemente dice: "Jesús es, en efecto, Dios".

“Una regla definida para el uso del artículo en el Nuevo Testamento Griego” por E.C. Colwell en 1933, en el Periódico de Literatura Bíblica, ha contribuido a solidificar una interpretación alternativa. Posteriormente llegó a ser conocida simplemente como la “Regla de Colwell.” En la página 21, Colwell comienza sus comentarios sobre el Prólogo con esta declaración, “El versículo de apertura del evangelio de Juan, contiene uno de los muchos pasajes donde esta regla sugiere la traducción de un predicado como un sustantivo definido. [και2532 CONJ θεος2316 N-NSM ην2258 V-IXI-3S ο3588 T-NSM λογος3056 N-NSM]” [11] Se visualiza mucho más como ‘Y el Verbo era Dios’ que ‘Y el Verbo era divino’, cuando se considera con referencia a esa regla. La ausencia del artículo, no hace al predicado indefinido o cualitativo cuando precede al verbo; es indefinido en esa posición sólo cuando el contexto así lo demanda. El contexto no hace tal demanda en el Evangelio de Juan, y esa declaración no puede considerarse extraña en el prólogo del evangelio que llega a su clímax con la confesión de Tomás”.

La confesión de Tomás es “Mi Señor y mi Dios” (Juan 20:28 KJV). Tomás confiesa a Jesús como su Señor y su Dios. Aquí, Dios o theos es un sustantivo en “el caso vocativo, aunque en la forma del nominativo, una cosa muy común en el koiné", [12] lo que significa que es más probable que Tomás se dirigió enfática y directamente a Jesús.

Parece que Robertson y otros están en contradicción con la Regla Colwell. James White dice: “Cabe señalar que Robertson [y otros]. . . habían fallecido antes del trabajo de Colwell, y sus comentarios reflejan esto.” [13] James White nos dice que la posición de Colwell es la misma postura adoptada por [León] Morris, [Bruce] Metzger, Griffith y otros. Con anterioridad a esta concesión, White proclama que, “Un juicio ligeramente diferente es tomado por otro grupo de estudiosos.” Posteriormente, en un esfuerzo por encontrar la solidaridad trinitaria, White afirma que “ambos enfoques conducen a la misma conclusión, ya que ‘el pasaje enseña la Deidad de Jesucristo’” [14] Esta no es una conclusión que los adherentes a la Unicidad niegan, sino que afirman grandiosamente. White no ofrece ninguna interacción real con la Regla Colwell; él sólo sugiere que todos estamos en acuerdo.

Kai theos en ho logos: el artículo ‘ho’ antes de ‘logos’, indica naturalmente, que el logos es el sujeto de la frase. Logos recibe la acción del verbo, y theos como lo menciona Colwell, puede ser un predicado nominal definido. En una correspondencia con Eddie Dalcour, autor de una nueva crítica a la Unicidad, dice, “Algunos apologistas le han dado ese sentido, en su demanda de refutar a los ‘Testigos de Jehová’, y han rotulado a theos (1:1 c) fuertemente como un definido” [15] Aquí, Dalcour reconoce las inclinaciones mencionadas anteriormente, con relación a la última frase de Juan 1:1 para el definido, pero sugiere que ellos lo han hecho a causa de una reacción contra los ‘Testigos de Jehová’.

White resume diciendo, “La frase kai theos en ho logos, es traducida más literalmente como: ‘y el Verbo era Dios’ (Robertson, Bruce). La razón es que theos inarticulado, es a la vez el predicado nominativo (Robertson, Dana y Mantey) y esto es exigido por el hecho de que si tuviera el artículo, sería entonces intercambiable con logos, lo cual es imposible por el contexto (Robertson, Dana y Mantey, Bruce, Nicoll). La regla de Colwell también entra en juego en este punto. Hemos visto que la mayoría de académicos ven el theos como una indicación de la naturaleza de la Palabra, que Él es Dios en cuanto a su naturaleza. La forma nominal se utiliza aquí, no el adjetivo theios, que sería necesario para simplemente clasificar la Palabra como ‘igual que dios’. Por tanto, Juan 1:1 enseña que la Palabra es eterna (la forma imperfecta de eimi, en), que Él siempre ha estado en comunión con Dios (pros ton theon), y por tanto, es un individuo y reconocible como tal, y que en cuanto a su naturaleza esencial, Él es Dios. Algo menor se aparta de la enseñanza de Juan, y no es bíblico.” [16]

White exagera la discusión sobre las proposiciones convertibles, o si logos y theos pueden o no utilizarse intercambiablemente. En mi opinión (y yo no contiendo por esto) los adherentes a la Unicidad no necesitan que logos y theos sean intercambiables para afirmar la teología de la Unicidad. El logos es el plan y/o la expresión del pensamiento 'con Dios', o como dice el Manual de las Sociedades Bíblicas Unidas, ‘la Palabra estaba allí donde Dios estaba’. Tal y como se relaciona con el Prólogo, Theos es el nombre propio de Dios; es el propio Dios. En mi opinión, la Palabra no era literalmente la suma completa de Dios, sino con Dios y parte de Dios. En términos de teología de la encarnación, la Palabra se hizo carne, o el inexpresado pensamiento de Dios se convirtió en el hombre que lo expresó. La idea es que Dios mismo, con el tiempo se manifestaría como un verdadero hombre (no sólo ‘vestido’ como un hombre) y, por lo tanto, redimiría a la humanidad caída.

Por último, trinitarios como Dalcour, afirman que Colwell “no consideró o evaluó las etiquetas cualitativas de los nombres - su investigación fue muy limitada.” [17] Esta es básicamente una cortina de humo para marginar la regla de Colwell de los predicados con nombres definidos. Sin embargo, en la página 17 Colwell señala: “Hemos reducido los errores de la lista de predicados con nombres definitivos sin el artículo, pues nos hemos esforzado en excluir a todos los sustantivos de cuyo definitivo puede haber alguna duda. Esto significa, por supuesto, que los nombres ‘cualitativos’ se han omitido, ya que todos estos nombres (y su total en el Nuevo Testamento es pequeño) no son definidos.” Lo que esto significa, es que Colwell era muy consciente de los sustantivos cualitativos, por tanto, a propósito los excluyó de su trabajo. Cuando dice que él excluyó todos los nombres de “cuyo definitivo puede haber alguna duda”, quiso decir que él buscó nombres cualitativos, y por eso los eliminó. Por consiguiente, al ver a Juan 1:1 incluido en la página 21 del trabajo de Colwell, es evidente que ya que él consideró los nombres cualitativos, theos en Juan 1:1, no se ajustó a sus criterios para ser cualitativo.

Por tanto, la frase inarticulada en la última cláusula del prólogo, no presenta problemas para la teología de la Unicidad. Aquí, se puede demostrar que theos es definitivo y no necesariamente cualitativo y afirma que Jesús es Dios. El apóstol Juan, bajo la inspiración del Espíritu Santo, se vio obligado a identificar al logos como el plan original con Dios para la humanidad, y también en el tiempo mostrado como Jesús - Dios mismo manifestado en carne.


NOTAS

[1] White, James. Juan 1:1: Significado y Traducción - http://aomin.org/JOHN1_1.html
[2] White, James. La Trinidad, la definición de Calcedonia, y la Teología de la Unicidad http://aomin.org/CHALC.html
[3] Beasley-Murray, G. R. (1998). Vol. 36: Comentario Palabra Bíblica: John (electrónic ed.). Logos Library System; Word Biblical Commentary. Dallas: Word, Incorporated.
[4] FF Bruce, El Evangelio de Juan, (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans, 1983), pg. 31.
[5] Wallace, Daniel B. Más Allá de los Fundamentos Básicos de la Gramática Griega, (Grand Rapids: Zondervan, 1996), pg. 269
[6] Arnold, William III. Regla de Colwell y Juan 1:1. http://www.apostolic.net/biblicalstudies/colwell.htm
[7] Comfort, Philip W. La Guía Completa para las Versiones de la Biblia. Wheaton, IL: Tyndale House Publishers, 1991.
[8] Arnold, William III. En el principio era la Palabra - http://www.apostolic.net/biblicalstudies/logos.htm
[9] Carson, D.A. Comentario Pilar del Nuevo Testamento, el Evangelio según Juan. Eerdman Publishing, © 1991
[10] Radmacher, E.D., Allen, R.B., & House, H.W. (1999). Nelson, Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia (Jn 1:1). Nashville: T. Nelson Publishers.
[11] Los soportes para indicar el énfasis son míos, es decir, las partes de palabra/caso y la lista con la numeración de Strong.
[12] Robertson, A.T. Imágenes Verbales del Nuevo Testamento, Electronic Database. Copyright (c) 1997 by Biblesoft & Robertson's Word Pictures. Copyright (c) 1985 por Broadman Press
[13] White, James. Juan 1:1: Significado y Traducción - http://aomin.org/JOHN1_1.html
[14] White, James. Juan 1:1: Significado y Traducción - http://aomin.org/JOHN1_1.html
[15] Dalcour, Edward L. M. APOL. Correo electrónico privado. Lunes, 14 de febrero, 2005 12:21 P.M.
[16] White, James. Juan 1:1: Significado y Traducción - http://aomin.org/JOHN1_1.html
[17] Dalcour, Edward L. M. APOL. Correo electrónico privado. Lunes, 14 de febrero, 2005 12:21 PM

Juan 1:1 "Con Dios" y Pros

Por James Anderson
Tomado de Evidential Faith

Este es un complemento del artículo titulado "Frase Inarticulada: "Y el Verbo era Dios" (kai theos en ho logos).


"Al principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios." (Juan 1:1 KJV)

El pasaje del prólogo del evangelio inimitable del apóstol Juan, es uno de mucha controversia. Hay muchas interpretaciones relacionadas con este pasaje; sin embargo, nosotros analizaremos la discusión entre la Unicidad y la teología trinitaria.

Los creyentes trinitarios afirman que este pasaje retrata perfectamente la idea de persona a persona, describiendo al Padre y al Hijo en la eternidad, con el Hijo pre-existiendo a la encarnación. Esta teoría viene de su interpretación de "la Palabra estaba con Dios". A.T. Robertson en su obra Imágenes Verbales del Nuevo Testamento sugiere que ‘con Dios’ significa que el “Logos estaba en perfecto compañerismo con Dios. Προς [Pros] con el acusativo presenta un plano de igualdad e intimidad, cara a cara entre sí.” Por consiguiente, los trinitarios asumen aquí, que el Padre y el Hijo están en un ‘cara a cara’ o en una relación de persona a persona. Como nosotros veremos, esa posición es innecesaria y de hecho peligrosa.

Los creyentes de la Unicidad, dirán que la ‘Palabra’ (Gr. Logos) es la expresión del pensamiento, plan, razón, o mente de Dios. Al principio, la Palabra estaba con Dios, no como una persona distinta sino como Dios mismo — perteneciendo a Dios tanto como la palabra de un hombre pertenece a ese hombre. En un tiempo, esa Palabra se volvería un hombre (Juan 1:14) y su nombre sería Jesús — "la imagen misma de su sustancia" (Hebreos 1:3).

El término español ‘Palabra’, es el vocablo griego Logos. “Logos se usa más de 300 veces en el Nuevo Testamento y se traduce diversamente: ‘causa’ (Mateo 5:32, Hechos 10:29); ‘hablar’ (Mateo 5:37); ‘palabras’ (Mateo 7:24); ‘palabra’ (Mateo 8:8, 8:16, 22:15, 1. Corintios 1:5, 1:18); ‘pláticas’ (Lucas 24:17); ‘sentencia’ (Romanos 9:28); y ‘razón’ (1 Pedro 3:15).”[1a] En Juan 1, la Palabra es Dios auto-revelándose o Dios auto-descubriéndose.

El Apóstol Juan usa la preposición 'con', o en griego pros, en la segunda cláusula de su Prólogo. La preposición griega pros se traduce regularmente como 'hacia', pero en el prólogo nosotros vemos que se le ha dado una inusual aplicación. F.F. Bruce afirma esto diciendo, “Verdaderamente, en griego literal, éste no es un sentido común de pros...”[1b] Pros disfruta de “726 ocurrencias; [el] AV traduce [pros] como 'acerca' 340 veces, 'hacia' 203 veces, 'con' 43 veces, 'por' 25 veces, 'cerca de' 24 veces, 'entre' 20 veces, 'en' 11 veces, no lo traduce en seis oportunidades”[2] y traducido 54 veces de forma miscelánea.

El uso de la preposición es raíz de mucha controversia. Moulton y Milligan muestran que pros está “en el Nuevo Testamento casi completamente confinado al acusativo (679 veces).”[3] Las preposiciones griegas se identifican con tres casos diferentes: genitivo, dativo y acusativo. En Juan 1:1 se usa pros con el acusativo, que normalmente indica dirección —movimiento en dirección hacia— o trasladándose 'hacia adelante'. “El caso acusativo generalmente enfoca la meta de la acción verbal, dirección o magnitud, mientras limita la acción del acusativo en el sustantivo.”[4] Daniel Wallace, en Más Allá de los Fundamentos Básicos de la Gramática Griega, sugiere que “principalmente se usa para limitar la acción de un verbo acerca de la magnitud, dirección o meta”. Por consiguiente, se usa pros para mostrar la dirección de acción hacia el nombre 'Dios'.

Barclay M. Newman, en su léxico, incluye “perteneciendo a, [y] con referencia a”[5] como las posibles definiciones de pros. El Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento dice esto de pros: “por, en, cerca, πρός τινα εἶναι estar (en compañía) con alguien...” [6] Note la última parte ‘(en compañía) con alguien’. La Palabra estaba en compañía de Dios, o asociada con Dios como la expresión de su pensamiento. Este pensamiento era su gran plan (que Él se había propuesto antes de la fundación del mundo) para redimir a la humanidad perdida. Luego, la Palabra ‘con Dios’, expresa su propósito divino y su plan para rescatar a la humanidad. La Palabra ‘se volvió carne’ y acampó entre la humanidad redimiéndola y reconciliándola.

El Manual de Traducción de las Sociedades Bíblicas Unidas dice, “El significado de la preposición con (griego pros) ha ocasionado alguna dificultad, pero la mayoría de los comentaristas y traductores al parecer, están a favor del significado ‘estar con’ o ‘estar en la compañía de’... Esta relación debe expresarse en algunos idiomas como ‘Dios y la Palabra estaban juntos’. En otros idiomas, sin embargo, una indicación de relación completamente espacial parece ser suficiente, y por consiguiente uno puede decir que ‘la Palabra estaba allí donde Dios estaba’ o ‘... en compañía con Dios’” [7]

Hebreos 5:1 dice, “Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados” (RV60). En la frase, ‘en lo que a Dios se refiere’ 'a' es la preposición griega pros en el caso acusativo, igual que en Juan 1:1. Note que se usa para denotar cosas ‘que pertenecen a’ y no algo aparte de Dios.

La mayoría de traducciones contemporáneas y no contemporáneas conservan esta traducción, como NKJV (Nueva Versión del Rey Jaime) y NASB (Nueva Biblia Americana Estandar). La NIV (Nueva Versión Internacional) expresa ‘materias relacionadas a Dios’. Lastimosamente los académicos trinitarios insisten en que nosotros interpretemos ‘con Dios’ significando algo que dicha expresión no dice. El apologista trinitario Benjamín Warfield lo dice así: “Desde toda la eternidad, la Palabra ha estado con Dios como un compañero: Quién ya ‘era’ en el mismo principio, ‘estaba’ también en comunión con Dios” [8]

Warfield continúa diciendo, “Aunque Él estaba así en algún sentido como un segundo junto con Dios, no obstante Él no era un ser separado de Dios: ‘Y la Palabra era’ –todavía ‘era’ eterno – ‘Dios’. En algún sentido se distinguía de Dios, pero Él era igualmente en un verdadero sentido idéntico con Dios”. Este tipo de lenguaje se ha fabricado como un acomodo para el supuesto misterio de la trinidad y desafía el monoteísmo. Después los trinitarios especularán, como lo pone Robertson, “el acusativo presenta un plano de igualdad e intimidad, cara a cara entre sí.”[9]

Tal idea de ‘cara a cara’ conduce inmediatamente al hombre común a imaginar una multiplicidad de seres divinos, pero esto de hecho, no es lo que se extrae de los textos bíblicos. Sin embargo, los trinitarios afirmarán que este misterio debe enseñarse al hombre común a través de las presuposiciones elaboradas durante el transcurso de la historia de la iglesia trinitaria y por los gramáticos trinitarios tales como A.T. Robertson o Kenneth Wuest. Una idea de Dios como ‘cara a cara’ ‘con’ la Palabra, realmente indica una separación que desafía hasta a los credos ‘ortodoxos’ que afirman la distinción.

En las referencias del Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento encontramos un ‘hablando cara a cara’ bajo el numeral e. del sentido acusativo — numeral romano III. En dicha sección, esa obra no cita a Juan 1:1 como un caso posible para el uso del acusativo en esa comprensión. El Léxico Analítico del Griego del Nuevo Testamento nunca menciona a pros con el acusativo dándole tal sentido, simplemente dice: “(1) literalmente, para mostrar el movimiento hacia una persona o cosa, hacia...” [10]

El Dr. Raymond Crownover, profesor de la Escuela Superior de Teología Urshan (UGST), mientras habla de pros, dice, “Aunque este [pros] puede relacionarse al ‘prosopon’ (cara), ‘cara a cara’ es normalmente el ‘prosopon kata prosopon’ o posiblemente el ‘prosopon pros prosopon’ o ‘stoma pros stoma’, no simplemente ‘pros’. La única razón que yo puedo ver para darle maliciosamente un uso de relación ‘cara a cara’, es cuando se usa Juan 1:1 para defender una posición trinitaria (que raya en el triteísmo).” [11]

Los lexicógrafos Johannes Louw y Eugene Nida, armonizan ciertamente con Crownover. Ellos listan ‘prosopon pros prosopon’ y ‘stoma pros stoma’ como ‘cara a cara’ en traducciones que usan pros. [12] Louw y Nida llegan más allá y demuestran que cuando pros se traduce como ‘con’, se usa para mostrar “un marcador de asociación, a menudo con la implicación de interrelación — ‘con’, antes de; ‘tenemos paz para con Dios’ Romanos 5.1; ‘la Palabra estaba con Dios’ Juan 1.1” [13]

En mi opinión, la ‘asociación’ no hace ninguna violencia a la teología de la Unicidad, pues el objeto con el cuál se asocia puede ser corpóreo o incorpóreo; por ejemplo, una conexión entre la mente y las ideas, sensaciones, o recuerdos, etc., o puede ser una interrelación entre personas. El número de ideas, sensaciones o personas, son infinitas. Robertson y otros, tienen que dar un salto al vacío, imaginando que en el prólogo, pros de algún modo está relacionado con personas reales y verdaderas, para poder concluir un ‘cara a cara’ en asociación con Dios el Padre. La Palabra que ‘estaba con Dios’ puede ser entendida en asociación con Dios el Padre, como la expresión del pensamiento o su plan futuro para la humanidad.

Juan escribe después, “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de Vida, (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó)” (RV60 1. Juan 1:1-2).

En el verso dos, ‘con’ en la última frase es pros en el caso acusativo. Pros está yuxtaponiendo el caso acusativo de Juan 1:1 y 1 Juan 1:1-2. William Arnold dice, “pros puede significar ‘una relación cara a cara’, pero esto sólo se sostendría como verdadero en nuestro pasaje, si se demuestra primero que la palabra es otra persona que Theos (Dios). Sin embargo, si en esta frase la Palabra no se refiere a una persona, esta todavía significaría ‘con’ pero no ‘en una relación cara a cara’. En una cita paralela usada por el mismo autor en 1. Juan, puede verse que no se refiere a una persona. En una declaración muy similar, Juan dice: ‘Lo que era desde el principio... tocante a la Palabra de Vida... la cual estaba con (pros) el Padre, y se nos manifestó’ (1. Juan 1:1,2). La vida de Dios estaba con él, pero no ‘en una relación cara a cara’ con él. La vida de Dios no es una persona separada de Él, así como su palabra no es ninguna persona separada de Él.” El Dr. David K. Bernard, presidente de Escuela Superior de Teología Urshan (UGST), en la página 39 de su obra Viendo la Unicidad de Jesucristo, hace una conclusión muy similar.

Arnold nos da una cita de la NASB (Nueva Biblia Americana Estándar) que presenta el texto de 1. Juan de la siguiente manera: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos observado y acariciado con nuestras manos, acerca de la Palabra de Vida—2 y la vida fue manifestada, y nosotros la hemos visto y hemos testificado y hemos proclamado la vida eterna que era con el Padre y se manifestó a nosotros” (1 Juan 1:1-2).

La TEV (Versión Inglesa para Hoy) nos da una traducción fresca: “Nosotros les escribimos sobre la Palabra de vida, que ha existido desde el mismo principio. Nosotros lo hemos oído, y lo hemos visto con nuestros ojos; sí, nosotros lo hemos visto, y nuestras manos lo han tocado. 2 cuando esta vida se puso visible, nosotros la vimos; así que nosotros hablamos y anunciamos la vida eterna que era con el Padre y se dio a conocer a nosotros” (1 Juan 1:1-2). Note que en el orden de la frase dada por la TEV, la última porción de verso uno, está ahora al comienzo. La AMP (Biblia Amplificada) hace lo mismo.

El Manual de Traducción de las Sociedades Bíblicas Unidas, dice en sus comentarios introductorios a 1 Juan 1:1-2, “Si la palabra de vida (v. 1 c) es interpretada a lo largo de las mismas líneas tal como en el Prólogo del Evangelio de Juan, como es respaldado abajo, se levantaría una seria dificultad, ya que se llegaría a una categoría donde el concepto de ‘palabra’ es incompatible con algo animado o personal… La transición de inanimado a personal, tiene por consiguiente, que ser explícita desde el mismo principio”. [14]

La sugerencia de esa ‘vida’, es que en el verso uno se refiere a una calidad incorporal y en el texto siguiente implica a un ser corpóreo. “lo hemos oído, y lo hemos visto con nuestros ojos; sí, nosotros lo hemos visto, y nuestras manos lo han tocado”. Vino para animar esas calidades. El Manual de Traducción de las Sociedades Bíblicas Unidas usa el término inanimado [15] que por definición es la antítesis de la vida.

Así se demuestra que en el verso uno la ‘vida’ es incorporal, y que es implícito que en el verso siguiente se considera que la vida es corpórea, o que la Palaba se encarnó, porque “lo hemos oído, y lo hemos visto con nuestros ojos; sí, nosotros lo hemos visto, y nuestras manos lo han tocado”. Por eso la TEV (Versión Inglesa para Hoy) continúa diciendo, “Cuando esta vida se puso visible.”

El Manual de Traducción de las Sociedades Bíblicas Unidas, hace un comentario sobre la vida: “[La] vida (griego zoe, también ocurre en 1 Jn 1:2; 2:25; 3:14 f; 5:11 ff, 16, 20) se refiere a la vitalidad (no esencialmente personal), el principio y fuerza de vida, animando el movimiento y acción del hombre, su intelecto y emociones. El término griego es distinguido del psuchee más personal (3:16; 1:2), es decir, ‘(la respiración) la vida’, ‘el alma’, ‘el principio de vida’, que se refiriere a la vida natural, por consiguiente al asiento y centro de la vida interna del hombre con su muchos y variados aspectos, sus deseos, sentimientos y emociones; y del bios (1 Jn 2:16 f), es decir, la vida en la tierra en sus funciones y duración, por tanto también a los esenciales básicos de la vida, el ‘sustento’, la ‘propiedad’... En los escritos joaninos, zoe se usa a menudo en un sentido dificultoso, a saber, la vida real, la vida vista como algo que el hombre no posee por naturaleza, pero que Dios da a aquéllos que creen en Cristo. Para Juan no es una abstracción sino una realidad, tan real como el propio Cristo con quien se iguala (Jn 11:25; 14:6; cp. también el ‘Cristo de Pablo que es nuestra vida’ en Colosenses 3:4). Una expresión más, llena del mismo concepto, es ‘la vida eterna’ [en] v. 2... Hablando semánticamente, sin embargo, esta diferencia de construcción no es muy importante en el contexto, porque la vida eterna es sólo una repetición más expresiva de la ‘vida’ y los dos son casi intercambiables en las escrituras Juaninas”. [16]

El Manual de Traducción de las Sociedades Bíblicas Unidas, consecuentemente define la vida como “lo que causa que las personas vivan eternamente”. Recuerde que la preposición ‘con’, en la ‘vida’ ‘con el Padre’ ‘desde el principio’ es pros en el acusativo, en el mismo sentido que en Juan 1:1. Anteriormente mencionamos a Bernard, haciendo un comentario sobre este pasaje, “En 1. Juan 1, el apóstol Juan utiliza los mismos temas de la Palabra eterna y el Hijo engendrado, identificando a "la Palabra" como la vida eterna del Padre. La vida estuvo siempre con el Padre, pero no como una persona distinta, así como la vida de un hombre no es una persona diferente a él. Y esa vida se manifestó a nosotros en el Hijo.” [17]

J.B. Phillip´s traduce 1. Juan 1:1 como “Nosotros les hemos escrito sobre algo que siempre ha existido y que nosotros realmente vimos y oímos: algo que nosotros tuvimos la oportunidad de observar y contener estrechamente entre nuestras manos, e incluso cuando nosotros conocemos ahora, que él era la misma Palabra de vida”.

La KJV (Versión del Rey Jaime) escribe “lo que”, que es un pronombre de género neutro que parece estar contra el sentido personal o animado. Los trinitarios mantienen su confianza doctrinal por cosas como las que comenta Vincent: “Las cláusulas sucesivas a lo que era desde el principio, etc., expresan no la Palabra Eterna Él, sino algo relacionando a, o predicado acerca de Él.”[18]

Bruce dice que “el género neutro de ‘lo que era desde el principio’ apunta al evangelio en lugar de al Cristo personal...”[19] Leon Morris también concuerda con esta declaración. [20] Bruce ofrece su propia traducción que es digna de mención: “Nuestro tema es lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que miramos y nuestras manos tocaron. Nuestro tema, para abreviar, concierne a la palabra de Vida - esa Vida que fue hecha manifiesta. Sí, la hemos visto y somos testigos; nosotros les damos a conocer que la Vida Eterna era con el Padre y se nos manifestó...” [21]

Por consiguiente, una premisa básica puede darse: En Juan 1:1, la preposición ‘con’ o pros en el caso acusativo, no se refiere a personas o a calidades animadas. 1. Juan demuestra que la vida ‘era desde el principio’ como algo abstracto. Es una presuposición del dogma trinitario, que ‘con’ Dios en el prólogo, puede referirse a una relación de ‘cara a cara’ entre la Palabra y Dios el Padre. Debe recordarse que la popular definición trinitaria de Palabra o ‘logos’ como la segunda persona, se deriva en parte de la presuposición que ‘con’ habla de una interrelación entre dos personas.

Edward L. Dalcour, un apologista trinitario y autor del nuevo libro, Una Mirada Definitiva a la Teología de la Unicidad: Defendiendo la Tri-unidad de Dios (University Press, 2005), en un reciente diálogo dijo, “la preposición pros (‘con’), tiene varios significados que dependen del contexto. Cuando es aplicado a las personas, sin embargo, pros denota el compañerismo íntimo y regularmente siempre su distinción.” [22] Noten la presuposición de que en el prólogo, pros se refiere a personas. Las interpretaciones subsecuentes son sesgadas por esta presuposición. La epistemología trinitaria los prepara para la eiségesis. Como se demostró, pros traducido como ‘con’, no tiene por qué referirse necesariamente a personas o calidades animadas.

Sería más fácil ver a la ‘Palabra’ pre-existiendo de manera incorpórea [23], en lugar de ver a una persona animada ‘hacia’ o ‘cara a cara’ con Dios el Padre. La interpretación ‘cara a cara’, se separa de la teología monoteísta y conduce irremediablemente a dos personas separadas. Interpretar y repetir como un loro que Pros significa ‘cara a cara’, refleja un brote de presuposición teológica pero no el significado literal.

Como creyentes de la Unicidad, nosotros no debemos sentirnos obligados a creer que ‘con’ significa algo distinto de lo que realmente es. La sugerencia no es la de una persona que se sienta al lado de otra, sino la de la Palabra de Dios perteneciendo a Él o relacionada con Él. Jesús no vino a decirnos simplemente lo que Dios quería — El nos lo mostró. Él es la revelación de Dios.

Jeffrey Brickle, profesor en hebreo de la Escuela Superior de Teología Urshan (UGST), en una correspondencia privada, dijo que el uso de pros “no hace inferir de ninguna manera una concepción triádica de triunidad en la Deidad, una concepción que habría sido completamente extraña al pensamiento hebreo de Juan y se constituye en una lectura anacrónica del texto.” [24] Si ‘con Dios’ realmente quiere decir ‘cara a cara’, entonces ¿por qué las traducciones especializadas evitan escribir eso? Mi conjetura es que desean evitar del público general la apariencia de triteísmo, que sin una presuposición basada en el dogma trinitario, lo vería así.


Notas

[1a] Young, Robert, Concordancia Analítica Young de la Biblia — Hendrickson Publishers
[1b] Bruce, F.F. El Evangelio y las Epístolas de Juan - Eerdmans Publishing © 1983 Reimpreso 2004 pg. 30
[2] Strong, James. La Concordancia Exhaustiva de la Biblia: Mostrando cada palabra que aparece en la versión inglesa común de los libros canónicos, y cada ocurrencia de cada palabra en su orden regular. Electronic ed. Ontario: Woodside Bible Fellowship., 1996.
[3] Moulton, J.H. Milligan G. Vocabulario del Testamento Griego. Hendrickson Publishers © 1930 First printing Hendrickson Publishers edition, Oct. 1997 pg. 544
[4] Wheeler, Dale M. Notas de Sintaxis Griega. Copyright © 1985-2002 by Rev. Dale M. Wheeler, Ph.D. All rights reserved
[5]Newman, Barclay Moon. El Diccionario Conciso Griego-Inglés del Nuevo Testamento. Stuttgart, Germany: Deutsche Bibelgesellschaft; United Bible Societies, 1993.
[6] Arndt, William, F. Wilbur Gingrich, Frederick W. Danker, and Walter Bauer. Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento y Otra Literatura Cristiana Temprana: Una Traducción y Adaptación de la Cuarta Edición Revisada y Aumentada del Walter Bauer's Griechisch-Deutsches Worterbuch Zu Den Schrift En Des Neuen Testaments Und Der Ubrigen Urchristlichen Literatur. Chicago: University of Chicago Press, 1996.
[7] SBU Manual de Traducción Series. Copyright (c) 1961-1997, by United Bible Societies
[8] Warfield, Benjamín A. La Persona y la Obra de Cristo, (Philadelphia: The Presbyterian and Reformed Publishing Company, 1950), p. 53
[9] Robertson, A.T. Imágenes Verbales del Nuevo Testamento, Electronic Database. Copyright (c) 1997 by Biblesoft & Robertson's Word Pictures
[10] Friberg, Timothy, Barbara Friberg, and Neva F. Miller. Vol. 4, Léxico Analítico del Griego del Nuevo Testamento. Baker's Greek New Testament library. Grand Rapids, Mich.: Baker Books, 2000.
[11] Crownover, Raymond L. Correspondencia Privada – 2/8/2005 – 7:29 p.m.
[12] Louw, Johannes P., y Eugenio Alberto Nida. El Léxico griego-inglés del Nuevo Testamento: Basado en los Dominios Semánticos. el ed electrónico. de la 2 edición. Nueva York: Las sociedades de la Biblia unidas, 1996, el c1989,
[13] Louw, Johannes P., and Eugene Albert Nida. El Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento: Basado en los Dominios Semánticos. Electronic ed. of the 2nd edition. New York: United Bible societies, 1996, c1989.
[14] SBU Manual de Traducción Series. Copyright (c) 1961-1997, by United Bible Societies.
[15] Inanimado se refiere a algo que no está dotado de vida
[16] SBU Manual de Traducción Series. Copyright (c) 1961-1997, by United Bible Societies.
[17] Bernard, David K. Viendo la Unicidad de Jesucristo. WAP pg. 39
[18] Vincent. Estudios de la Palabra en el Nuevo Testamento, Electronic Database. Copyright (c) 1997 by Biblesoft
[19] Bruce, F.F. El Evangelio y las Epístolas de Juan - Eerdmans Publishing © 1983 Reimpreso 2004 pg. 35
[20] Morris, Leon. El Nuevo Comentario de la Biblia, New Bible Commentary, 21st Century Edition. Consul. Ed. Carson, D.A. France, R.T. Motyer, J.A. Wenham, G.J. © University and Colleges Christian Fellowship, Leicester, England 1994 – IVP – pg. 1399
[21] Bruce, F.F. El Evangelio y las Epístolas de Juan - Eerdmans Publishing © 1983 Reimpreso 2004 pg. 34
[22] Dalcour, Edward L. M. Apol. Correo Privado 2/13/2005 8:56 p.m.
[23] incorpórea aquí, se refiere a que no consiste en materia, sin cuerpo o sustancia material.
[24] Correo electrónico privado el Domingo 28 Mar 2004 21:40:57 -0800 (PST)

lunes 6 de abril de 2009

La Encarnación Desde la Visión de la Unicidad

Por David K. Bernard

Este material fue publicado por la Revista Forward, 1999, páginas 8-10. Puede usarse únicamente para propósitos de estudio e investigación.


La Posición Básica de la Unicidad
Los creyentes de la Unicidad no aceptan que existan tres centros de conciencia en la Deidad, pero sostienen que Dios es absoluta e indivisiblemente uno (Deuteronomio 6:4, Gálatas 3:20). Ellos afirman que en Jesús habita toda la plenitud de la Deidad corporalmente y que Jesús es el único nombre dado para la salvación (Colosenses 2:9, Hechos 4:12). El Padre se reveló al mundo en el nombre de Jesús, al Hijo nacido se le dio el nombre de Jesús, y el Espíritu Santo entra en los creyentes en el nombre de Jesús (Mateo 1:21; Juan 5:43; 14:26; 17:6). Así los apóstoles cumplieron correctamente la orden de Cristo, al bautizar “en el nombre [singular] del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”, bautizando a todos los convertidos con la invocación del nombre de Jesús (Mateo 28:19; Hechos 2:38; 8:16; 10:48; 19:5; 22:16).

Los creyentes de la Unicidad afirman que Dios se ha revelado como Padre (en su relación paternal con la humanidad), como Hijo (en la carne humana), y como el Espíritu Santo (en su acción espiritual). Vea por ejemplo Deuteronomio 32:6 e Isaías 63:16 (Padre); Lucas 1:35 y Gálatas 4:4 (Hijo); Génesis 1:2 y Hechos 1:8 (Espíritu Santo). Ellos reconocen que Dios existió como Padre, Palabra y Espíritu Santo antes de su encarnación como Jesucristo, el Hijo de Dios; y que mientras Jesús estuvo en la tierra como el propio Dios encarnado, el Espíritu de Dios continuó siendo omnipresente.

Cristología de la Unicidad

Similar a los trinitarios, los creyentes de la Unicidad confiesan que Jesús es verdadero Dios y verdadero hombre. En la Encarnación, la plenitud de la Deidad se expresó en una completa humanidad. Nosotros podemos distinguir estos dos aspectos de la identidad de Cristo, pero no podemos separarlos.

No obstante, la visión de la Unicidad difiere del trinitarismo, enfatizando que Jesús es la encarnación de la Deidad completa, no de una parte, no meramente la encarnación de una de tres personas divinas. El pasaje de Colosenses 2:9 es significativo. Este pasaje usa ciertas palabras que de manera lógica y redundante enfatizan esta posición: “todo”, “plenitud” y “Deidad”. Cuando el Antiguo Testamento habla del Mesías como Dios, lo hace dentro del contexto del monoteísmo absoluto. Igualmente, cuando el Nuevo Testamento habla de Jesús como Dios, lo hace de acuerdo con la definición que el Antiguo Testamento transmite acerca de Dios. En referencia a su Deidad eterna, Jesús no está subordinado a nadie en ser o en posición. En contraste, el académico trinitario Norman Geisler, declaró que para la exactitud técnica, los trinitarios no deben decir que Dios se manifestó en la carne, sino que “Dios el Hijo” se manifestó en la carne. [1] Al citar a 1. Timoteo 3:16, los creyentes de la Unicidad proclaman enfáticamente que la propuesta del trinitarismo no es correcta. Aun cuando nosotros adoptemos la lectura alterna de “Él fue manifestado en carne”, nosotros todavía debemos preguntarnos cuál es el antecedente del pronombre “Él”. En el verso precedente dice: “Dios”. La alternativa propuesta por los trinitarios –“Dios el Hijo”, no aparece en el libro entero.

Volviendo a la humanidad de Cristo, los creyentes de la Unicidad están de acuerdo con los trinitarios, en que Jesús poseyó todos los atributos del ser humano según como fue creado originalmente por Dios. Así, nosotros podemos hablar de Jesús como un humano con cuerpo, alma, espíritu, mente, voluntad, y así sucesivamente. (Ver Mateo 26:38; Lucas 2:40; 22:42; 23:46; Juan 1:14; Hechos 2:31; Filipenses 2:5; Hebreos 10:5, 10). Según la carne, Jesús fue descendiente biológico de Adán y Eva, de Abraham, de David, y de María. (Ver Génesis 3:15; Gálatas 3:16; 4:4; Romanos 1:3; Hebreos 2:14-17; 5:7-8). Nosotros no debemos hablar de dos Espíritus en Jesús, pero sí que el único Espíritu Divino y la humanidad, se unieron en Jesús.

La humanidad de Cristo fue como la de cualquier ser humano, pero sin pecado. Aún más, Jesús se relacionó con Dios en todos los sentidos como nosotros nos relacionamos con Dios, con la diferencia de que Él no necesitó arrepentirse o nacer de nuevo. Así cuando Jesús oró, Él lo hizo como cualquiera de nosotros oraría al Padre; y cuando Él habló de “mi Dios y vuestro Dios” (Juan 20:17), Él simplemente actuó de acuerdo con su humanidad genuina.

Sin embargo, los trinitarios utilizan estos ejemplos para intentar demostrar que el Padre y el Hijo son dos personas distintas. Esta interpretación errónea, es el corazón de la controversia entre la Unicidad y la Trinidad. La mayoría de los pasajes que los trinitarios citan para tratar de demostrar una distinción de personas, los creyentes de la Unicidad los interpretan como una referencia a la identidad humana de Jesucristo.

La Trinidad a la Luz de la Encarnación

Nosotros debemos preguntarnos si la doctrina trinitaria puede sostenerse de pie o es derribada por la distinción que el Nuevo Testamento expone entre el Padre y el Hijo. El Antiguo Testamento no enseña explícitamente la doctrina de la trinidad. El Nuevo Testamento dice muy poco de algo que pudiera distinguir al Padre y al Espíritu Santo como dos personas. Los textos más fuertes que podrían establecer una trinidad, son aquéllos del Nuevo Testamento, particularmente de los Evangelios, que hacen alguna clase de distinción entre el Padre y el Hijo. Si el enfoque de estos pasajes es la humanidad genuina de Cristo y no las distinciones trinitarias, entonces la doctrina de la trinidad pierde su más fuerte apoyo.

A estas alturas, nosotros necesitamos definir la distinción trinitaria de personas. Según el pensamiento trinitario clásico, como fue formulado por los teólogos capadocios del siglo cuarto, la única Deidad subsiste misteriosamente en tres personas coiguales, coeternas y coexistentes. Hay comunión de sustancia pero distinción de personas. Esta trinidad está perfecta e inseparablemente unida, y las tres personas trabajan juntas en todas las cosas. Las únicas características que distinguen a aquellas personas son como sigue: el Padre es ingénito, el Hijo es engendrado, y el Espíritu Santo es procedente. Sin embargo, la generación del Hijo y la procesión del Espíritu Santo son misterios. Mientras que las personas son coiguales y coeternas, el Padre es en algún sentido la cabeza y el origen de la trinidad. [2]

Como han señalado los académicos trinitarios, mucha de esta formulación no tiene ningún objetivo, ni significa algo que sea comprensible para nosotros. El historiador de la Iglesia Jaroslav Pelikan, hizo un comentario sobre este problema:

“Esta confusión es de hecho frustrante, y combina la terminología filosófica para relacionar Uno y Tres… fue típica de la teología de los capadocios y se convirtió en la norma para la historia subsiguiente de la doctrina Trinitaria... [Ellos] respondieron a… la dificultad, declarando que lo que era común a los Tres y lo que era distintivo entre ellos, estaba más allá del discurso y de la comprensión, y por consiguiente estaba más allá del análisis o conceptualización”. [3]

El académico trinitario Harold O. J. Brown, reconoció igualmente “que las propiedades no explican nada; al contrario, ellas son herramientas meramente conceptuales o símbolos para imprimir en nosotros que las tres Personas son y permanecen eternamente distintas, pero todavía siguen siendo eternamente un Dios [4]

A pesar de sus dificultades, esta es hoy la posición del trinitarismo. [5] En un libro de texto publicado por las Asambleas de Dios, Kerry McRoberts identificó que estas propiedades personales únicas, son el requisito que distingue al trinitarismo del modalismo, aunque él reconoció que estas no ofrecen ninguna explicación de la trinidad. [6]

Aunque los trinitarios dicen que la propiedad única de cada persona divina es un misterio, nosotros podemos explorar las distinciones que exige el trinitarismo, proponiendo una pregunta hipotética dentro del armazón trinitario: ¿En principio, basados en lo que nosotros sabemos sobre la naturaleza de Dios, pudo el Padre encarnarse? ¿O la encarnación es una acción única que sólo el Hijo podría tomar? Permítanos examinar estas dos alternativas.

Si se respondiera que el Padre no podría haberse encarnado, entonces habríamos descubierto una distinción más amplia entre las personas, algo que el trinitarismo clásico no proclama. Desgraciadamente, haría de las personas divinas seres diferentes, contrariamente a la doctrina trinitaria ortodoxa.

Específicamente, el Hijo sería inferior al Padre. De hecho, algunos escritores antiguos sostuvieron de acuerdo con la filosofía griega, que el Dios supremo al ser perfecto y santo, no podría tener contacto directo con el mundo material. Ellos identificaron al Padre como el Dios supremo y al Hijo como una deidad menor. Orígenes (c. 220 d.C.) dio esta explicación, refutando en su tiempo los conceptos de la Unicidad: “Algunos individuos entre la multitud de creyentes... incautamente afirman que el Salvador es el Dios más Alto; sin embargo, nosotros no estamos de acuerdo con ellos; sino le creemos cuando Él dice: 'El Padre quién me envió, es mayor que yo'” [7]

Justino Mártir (c. 150 d.C.) no creía que el Padre pudiera manifestarse en una teofanía, porque no sería conveniente para Él descender a nuestro nivel. [8] Creía que sólo el Hijo podía hacer eso. Eusebio de Cesarea (c. 330 d.C.) de igual manera, sostuvo que el Padre es demasiado puro para unirse a la carne corruptible, excepto por un poder intermediario, a saber la Palabra. [9]

Finalmente esta forma de razonar, concede que la singularidad del Hijo queda en la encarnación, en lugar de en la generación eterna que el trinitarismo enseña. Si nosotros rechazamos el subordinacionismo de los anteriores escritores, entonces nosotros hemos llegado a la posición de la Unicidad, pues el Hijo es definido por lo que se refiere a la Encarnación, mientras que rechazamos cualquier subordinación de Jesús acerca de su naturaleza divina.

Por otro lado, ¿podría el Padre haberse encarnado? La mayoría de los académicos trinitarios de hoy, probablemente dirían que sí. Uno de los teólogos Católico-Romanos más destacados del siglo XX, Karl Rahner, declaró, “Desde el tiempo de Agustín, la teología escolástica se ha acostumbrado a pensar que cualquiera de los tres, a quiénes nosotros llamamos personas de la única Deidad, podrían haberse vuelto hombre”. [10]

¿Si el Padre se hubiera podido encarnar, que habría sido entonces la naturaleza de esa encarnación? ¿El cielo habría estado desprovisto del Padre durante su manifestación terrenal? Ciertamente no. El Padre se habría relacionado en algún modo con la humanidad que Él asumió. ¿Esta persona humana habría nacido de una virgen? La naturaleza de la encarnación lo habría requerido. ¿Quién habría sido el Padre de ese niño? Ciertamente el Padre. ¿Ese hombre habría orado al Padre? ¿Él habría obedecido la voluntad del Padre? Él tenía que haber hecho estas cosas para ser un hombre virtuoso y santo.

En otros términos, esta persona Divina-Humana, necesariamente habría relacionado al Padre del mismo modo que Jesús relacionó al Padre como está grabado en los Evangelios. Para abreviar, la distinción bíblica entre el Hijo y el Padre, no tiene nada que ver con personas en la Deidad, pero tiene todo que ver con la Encarnación. El engendramiento del Hijo ocurrió en la Encarnación; no es un proceso eterno, incomprensible dentro de la Deidad. No hay ninguna razón para explicar en términos de una trinidad, lo que el evangelio enseña sobre el Padre y el Hijo.

La conclusión es que el Padre se encarnó en Cristo. Según 1. Juan 3:1-5, el Padre se manifestó para llevar nuestros pecados, y de nuevo Él aparecerá a nosotros un día.


Notas

1. Norman Geisler. Disertación en el Simposio Sobre Sectas, Ocultismo y Religiones Mundiales (patrocinado por la Unión de Investigación Apologética, William Tyndale College, Farmington Hills, Ml, Noviembre 1988).

2. Ver Basilio, Sobre el Espíritu 16:37-38 y Cartas, 38, en Philip Schaff and Henry Wace, eds., Los Padres nicenos y Postnicenos, 2a. Edición [hereinafter NPNF) (Reprint, Grand Rapids: Eerdmans, 1976) 8:23-24, 137-40; Gregorio de Nisa, Sobre el Espíritu Santo y la Santa Trinidad, NPNF 5:314-30; Gregorio Nacianceno, Tercera Edición Teológica, Sobre el Hijo 29:3 y Primera Oración Teológica, Sobre el Espíritu Santo, 8-10, NPNF 7:301-2, 320-21.

3. Jaroslav Pelikan. La Tradición cristiana: Una Historia del Desarrollo de la Doctrina (Chicago: Imprenta de la Universidad de Chicago, 1971) 1:223.

4. Harold O. J. Brown. Las Herejías: La Imagen de Cristo en el Retrovisor de la Herejía y la Ortodoxia de los Apóstoles hasta el Presente (Garden City, N.Y.: Doubleday, 1984), 151, énfasis en el original.

5. Louis Berkhof. Teología Sistemática, 4 ed. (Grand Rapids: Eerdmans, 1941), 89.

6. Kerry D. McRoberts. La Santa Trinidad, en Stanley Horton, ea., Teología Sistemática (Springfield, MO: Gospel Publishing House, 1994), 167.

7. Orígenes. Contra Celsio 8:14, in Alexander Roberts, James Donaldson, and A. Cleveland Coxe, eds., Los Padres Antenicenos [hereinafter ANF0 (1885; repr. Grand Rapids: Eerdmans, 1981) 4:644.

8. Justino. Dialogo con Trifón 127:13, en ANF 1:263.

9. Eusebio de Cesarea. Oración en Alabanza de Constantino 11:11:5-7, en NPNF 1:596-97.

10. Karl Rahner, Los Fundamentos de la Fe Cristiana,: Una Introducción a la Idea de la Cristiandad, trad. William Dych (New York: Seabury Press, 1978), 214.

______________
Este artículo fue extractado de un trabajo presentado en la reunión anual de la Sociedad para los Estudios de Pentecostés, sostenidos en la Universidad Evangélica, Springfield, MO, del 11-13 de marzo de 1999.

lunes 23 de marzo de 2009

Coma Juanina (Comma Johanneum)

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Marzo de 2009
http://es.wikipedia.org/wiki/Coma_Juanina



(A la porción del Códice Sinaítico que incluye a 1 Juan 5:7–9 le falta la Coma Juanina. El texto resaltado dice: "Hay tres portadores del testimonio, el Espíritu y el agua y la sangre")

La Coma Juanina (también conocida como Paréntesis Juanino, Cláusula Juanina ó Apócrifo Juanino), es la identificación dada a la cláusula añadida en algunas versiones bíblicas en los versículos de 1. Juan 5:7-8.

El texto original [sin la Coma Juanina] corresponde a:

“7 Porque tres son los que dan testimonio: 8 el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan” (1. Juan 5:7-8)

El mismo texto con la Coma Juanina, ha sido expuesto así

“7 Porque tres son los que dan testimonio: [en el cielo: el Padre, el verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres concuerdan en uno.8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra:] el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan” (1. Juan 5:7-8 con la Coma Juanina).

El consenso general es que la Coma Juanina es una añadidura apócrifa introducida tardíamente en el texto de 1. Juan 5:7-8, por lo cual no puede ser atribuida al apóstol Juan y por tanto no pertenece a la Biblia. Sin embargo, un pequeño sector del llamado cristianismo trinitario defiende su uso tradicional [sin reclamar inspiración divina], porque desde su punto de vista, la Coma Juanina sirve como apoyo para el dogma de la trinidad.

La Cláusula Juanina, figura en la mayoría de las traducciones bíblicas publicadas desde 1522 hasta la última parte del siglo XIX, debido al uso generalizado de la tercera edición del Textus Receptus (TR) que fue elaborado por Erasmo de Rotterdam, y fue utilizado como la única fuente para la traducción en ese periodo.

1. Origen de la Coma Juanina
La Coma Juanina no era conocida durante las primeras controversias sobre el dogma de la Trinidad que se dieron en los Siglos III y IV. De haber sabido de aquella cláusula, aquellos trinitarios tempranos como Tertuliano, Orígenes y Atanasio, ciertamente la habrían empleado. No obstante, aquella cláusula está ausente de todas sus declaraciones.

Asimismo, la Sentencia Juanina está ausente en los manuscritos de todas las versiones bíblicas antiguas (Siria, Copta, Armenia, Etíope, Arabe y Eslavónica )

El Códice Fuldensis, una copia de la Vulgata de aproximadamente el año 546 d.C., contiene un Prólogo a los Evangelios Canónicos que parece hacer referencia a la Coma Juanina, pero en la versión de 1 Juan omite la Cláusula Juanina, lo que ha llevado a muchos a creer que el Prólogo de la referencia es falso.

Otra ausencia notable de la Coma Juanina, se haya en los escritos de uno de los más notables y prolíficos escritores trinitarios, San Agustín, quien presenta un completo silencio sobre dicha cláusula.

En el Siglo VIII, la añadidura apócrifa aparece en idioma latín, inmerso en las copias de la Vulgata (Versión oficial de la Iglesia Católica Romana).

La primera mención de la Coma Juanina en idioma griego es la versión (latina) de las actas del concilio de Latera en 1215.

Sólo hasta el Siglo XVI, La Coma Juanina aparece en manuscritos bíblicos en idioma griego.

“los versículos 7 y 8... constituyen, sin duda alguna, una glosa marginal, que algún escriba poco escrupuloso intercaló en el texto, al pensar que era buena oportunidad para fundamentar el dogma trinitario. Dichas frases faltan en todos los manuscritos griegos de la antigüedad y aun en las primeras versiones latinas, pero fue introducido en la Vulgata y pasó al Texto Recibido. La interpolación rompe totalmente el hilo de la argumentación de Juan” [Comentario Bíblico de Matthew Henry, Traducido y Adaptado al Castellano por Francisco Lacueva. Editorial Clie. p. 1897].

2. Evidencia Manuscrita
La posición sobre 1. Juan 5:7-8 del Nuevo Testamento Griego de Nestle-Aland (NA27) y de las Sociedades Biblicas Unidas (UBS4) provienen de tres variantes. Las Sociedades Bíblicas Unidas reflejan su preferencia por la primera variante {A}, significando que es "casi cierto" que refleje el texto original. La segunda variante es una versión griega más larga, encontrada en sólo cuatro manuscritos, pero también en los márgenes de otros tres y en algunas lecturas minoritarias de leccionarios. Todos los demás centenares de manuscritos griegos que contienen a 1. Juan, apoyan a la primera variante. La tercera variante sólo se encuentra en latín, en una clase de manuscritos de La Vulgata y en tres trabajos patrísticos. Las otras dos vertientes de la Vulgata omiten la Coma, así como también más de un docena de los llamados Padres de la Iglesia que citan aquellos versos. La variante latina es considerada una glosa trinitaria explicativa, proveniente de la segunda variante griega.

Sin La Coma Juanina. μαρτυροῦντες, τὸ πνεῦμα καὶ τὸ ὕδωρ καὶ τὸ αἷμα. [... testigos, El Espíritu y el agua y la sangre]. Evidenciada en: Códice Sinaítico, Códice Alejandrino, Códice Vaticano; en otros códices Unciales 048, 049, 056, 0142; en los textos con Minúsculas 33, 81, 88, 104, y otros minúsculos como el Texto Bizantino Mayoritario; la mayoría de Leccionarios, en particular el menologion o Leccionario 598; en latín antiguo (códice Vercellensis IV y Schlettstadtensis VII/VIII), Vulgata (John Wordsworth and Henry Julian White edition and the Stuttgart), Siriaca, Coptica (Sahidica y Bohairica), y otras traducciones; Ireneo (fallecido en 202), Clemente de Alejandría (fallecido en 215), Tertuliano (fallecido en 220), Hipólito de Roma (fallecido en 235), Orígenes (fallecido en 254), Cipriano (fallecido en 258), y otras citas de los llamados Padres de la Iglesia.

La Coma en Griego. No se encuentra en ningún leccionario. Se evidencia en el Minúsculo 61 (Códice Montfortiano, c. 1520), 629 (Códice Ottoboniano, Siglo 14/15), 918 (Siglo 16), 2318 (Siglo 18).

La Coma a los Márgenes de Manuscritos en Griego. Se evidencia al márgen del Minúsculo 88 (Códice Regis, del Siglo 11 con la escritura marginal de el siglo 16t), 221 (del Siglo 10 con la nota al márgen de los siglos 15 o 16), 429 (del Siglo 14, con la nota al márgen del Siglo 16), 636 (Siglo 16); algunas variantes minoritarias escritas en leccionarios.

La Coma en Latín. testimonium dicunt [o dant] in terra, spiritus [o: spiritus et] aqua et sanguis, et hi tres unum sunt in Christo Iesu. 8 et tres sunt, qui testimonium dicunt in caelo, pater verbum et spiritus. [... dan testimonio en la tierra, Espíritu, agua y sangre, y estos tres son uno en Cristo Jesús. 8 y tres que dan testimonio en el cielo, son el Padre, la Palabra y el Espíritu]. Toda la evidencia de las citas de los siguientes Padres: Clemente en la edición traducida de la Vulgata; cita Seudo Augustina en Speculum Peccatoris (V), también (con alguna variación) Prisciliano (fallecido en 385), Liber Apologeticus y Fulgentius de Ruspe (fallecido en 527) respondiendo contra los Arrianos.

3. Erasmo y el Textus Receptus
En el siglo XVI, La figura central en la historia de la Coma Juanina fue el humanista Erasmo de Rotterdam. Erasmo estuvo trabajando durante años en el proyecto de compilar los textos griegos y latinos del Nuevo Testamento. En 1512, comenzó su trabajo para la compilación del Nuevo Testamento en latín. Recogió todos los manuscritos de la Vulgata que pudo encontrar para crear una edición crítica.

En 1516, fue publicada una segunda edición que contenía la compilación del Nuevo Testamento Latino y Griego. Esta segunda edición, eventualmente se convirtió en una importante fuente para la traducción de la Biblia al idioma Alemán, efectuada por Martín Lutero.

La Coma Juanina, no apareció en las dos primeras versiones del Textus Receptus. Esta sólo se introdujo hasta la tercera edición publicada en 1522. Su aparición en la tercera edición, ha sido explicada como el resultado de la presión que la Iglesia Católica Romana impuso sobre Erasmo.

Inicialmente, Erasmo había respondido a las críticas del Catolicismo Romano, argumentando que él no había podido encontrar dicha cláusula en ningún manuscrito griego, pero que la añadiría en una futura edición si esta cláusula aparecía, así fuera en un solo manuscrito griego. Entonces dicho manuscrito fue elaborado en ese mismo momento por un franciscano, aunque se reclamó que poseía mayor antigüedad, y Erasmo, fiel a su palabra, agregó la Coma en su edición de 1522, pero colocó una larga nota a pie de página en la que exponía su sospecha de que el manuscrito había sido preparado expresamente para engañarlo.

“Todo esto se hizo para engañar a Erasmo (Debemos tener en cuenta que por ese tiempo los criterios arqueológicos se encontraban todavía en una etapa primitiva) ¡El tal manuscrito resultó ser del siglo XVI! Es decir del mismo siglo en que vivió Erasmo. ¡Ese manuscrito fue elaborado más de 1400 años después de los manuscritos originales!” [Un dios Falso Llamado Trinidad. p. 279 http://www.pentecostalesdelnombre.com/dios_trino.pdf ]

Esta tercera edición se convirtió en la principal fuente de traducción de la versión de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, con lo que la Coma Juanina, fue fijada en aquella célebre versión bíblica en idioma español. De igual forma, esa tercera edición, sirvió de base para la traducción a los más importantes idiomas de Europa, y por eso las versiones bíblicas elaboradas durante los Siglos XVI al XIX llegaron a poseer la Coma Juanina.

4. Crítica Moderna

Versiones modernas de la Santa Escritura, han tomado diferentes posiciones acerca de la Coma Juanina. Algunas la han dejado en letra cursiva para reflejar su controvertida autenticidad. Otras la han omitido por completo por considerarla una añadidura apócrifa, ó la han relegado a una nota a pie de página, explicando las dudas sobre su veracidad.

Se presentan ejemplos de versiones modernas en idioma español, que omiten la Coma Juanina.

La Biblia Textual, Sociedad Bíblica Iberoamericana: 7 Porque tres son los que dan testimonio: 8 el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.

Nueva Versión Internacional: 7 Tres son los que dan testimonio, 8 y los tres están de acuerdo: el Espíritu, el agua y la sangre.

Biblia Latinoamericana: 7 Tres son, pues, los que dan testimonio: 8 el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres coinciden en lo mismo.

Biblia de Jerusalén: 7. Pues tres son los que dan testimonio: 8 el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres convienen en lo mismo.

Nacar-Colunga: 7 Porque tres son los que testifican, el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres se reducen a uno solo. 8 (TEXTO OMITIDO)

Dios Habla Hoy: 7 Tres son los testigos: 8 el Espíritu, el agua y la sangre.

Palabra de Dios para Todos: 7 Hay tres testigos: 8 el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres están de acuerdo en su testimonio.

Peshita en Español (Programa E-Sword): 7 Y el espíritu da testimonio, porque el espíritu es la verdad. 8 Y tres son los testigos: el espíritu, el agua y la sangre, y los tres concuerdan.

Biblia en Lenguaje Sencillo: 7 Son tres los que nos enseñan que esto es verdad: 8 el Espíritu de Dios, el agua del bautismo, y la sangre que derramó Jesús al morir en la cruz. Y las tres dicen lo mismo.

Castillian: 7 Sabemos que Jesucristo vino al mundo por medio de agua y de sangre: no solo por medio del agua, sino por el agua y por la sangre vertida en la cruz. De esto da testimonio el Espíritu Santo, que es la verdad misma, y de ese modo los testigos son tres. 8 que concuerdan entre sí: el Espíritu Santo, el agua y la sangre.

Interlineal Griego-Español (Programa E-Sword): 7 οτι (porque) τρεις (tres) εισιν (son) οι (los) μαρτυρουντες (dando testimonio) 8 το (el) πνευμα (espíritu) και (y) το (el) υδωρ (agua) και (y) το (la) αιμα (sangre) και (y) οι (los) τρεις (tres) εις (hacia dentro) το (el) εν (uno) εισιν (son)

5. Evidencia Interna

Las diferentes corrientes teológicas dentro de la cristiandad (Unicidad de Dios, Unitarios, Trinitarios, etc.), están de acuerdo en que uno de los mensajes principales del capítulo 5 de la Primera Epístola Universal del Apóstol Juan, es que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios.

“Todo aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios…” (1. Juan 5:1)

“¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (1. Juan 5:5)

“Si recibimos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio de Dios; porque este es el testimonio con que Dios ha testificado acerca de su Hijo (1. Juan 5:9)

Así, inmerso dentro de ese contexto, lo que transmite 1. Juan 5:7-8, es que los creyentes tenemos un testimonio triple de que Jesús es el Hijo de Dios, y ese testimonio ha sido dado (1) por el Espíritu Santo, (2) por el testimonio que fue dado en el bautismo de Cristo (o testimonio del agua) y (3) por el testimonio que fue dado cuando Jesús derramó su sangre en la cruz (o testimonio de la sangre).

“De la victoria por la fe en el Hijo de Dios, pasa Juan ahora a describir las credenciales que nos atestiguan la verdad sobre la persona y la obra de Jesucristo. Tenemos en los versículos: 1) Lo testificado (v. 6a); 2) Los testificantes (vv. 6b-8); 3) La garantía del testimonio (vv. 9, 10); y 4) La consecuencia de la aceptación del testimonio (vv. 11, 12). La primera parte del versículo 6, donde se halla el contenido de lo que Juan testifica, no se puede entender si no se recuerda la enseñanza de los gnósticos sobre la persona y la obra de Cristo. Según ellos, el Cristo celestial vino sobre el Hombre-Jesús después de ser este bautizado en el Jordán, y le abandonó antes de que padeciera la muerte en la Cruz. A esto responde Juan: (A) "Este es el que vino a través de agua y sangre, Jesucristo" (lit.) Es decir, Jesús era ya el Cristo antes de ser bautizado, pues el Cristo vino a través de agua, siguió siendo el Cristo cuando murió en la Cruz, pues pasó a través de sangre. (B) Insiste en la segunda frase del mismo versículo 6, en que no sólo (vino) en el agua (del bautismo), sino en el agua (del bautismo) y en la sangre (de la Cruz). Viene a decir en estas frases que el Cristo (¡El Mesías!) se hallaba ya en el agua del Jordán, cuando Jesús estaba siendo bautizado, y en la sangre de su sacrificio, cuando fue crucificado.” [Comentario Bíblico de Matthew Henry, Traducido y Adaptado al Castellano por Francisco Lacueva. Editorial Clie. p. 1897]

En realidad la añadidura Juanina no tiene ninguna buena razón para estar presente en el capítulo 5 de 1. Juan, pues simplemente rompe el sentido del contexto.

“Por cierto, el pasaje en cuestión no se relaciona en nada al resto de la discusión aquí de Juan, e interrumpe el flujo de su propio argumento lógico.” [La Unicidad de Dios. p. 140 http://www.pentecostalesdelnombre.com/Unicidad_de_Dios.pdf]

lunes 9 de marzo de 2009

La Trinidad no es la Verdad Bíblica

Respuesta a la crítica de una visitante de nuestras páginas web

Una visitante de nuestros sitios web, nos escribió:

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"Cuando vi su página me llené de mucho gozo, pues me dije: ¡Qué bien! ¡Una página de la Iglesia Pentecostal! Hasta que empecé a profundizar. ¿Sabe? En vez de salir regocijada salí llena de tristeza, al ver que en su página solo encuentro ataques por creer en la verdad de Cristo.

Si bien es cierto que la palabra trinidad no aparece en la Biblia, tampoco aparece la palabra pentecostal, ni tampoco la palabra rapto, y bendito sea Dios, no me digan que tampoco creen que Jesús viene a buscar a su iglesia otra vez. No sé si han leído en la Biblia (en la mía lo dice) que aunque hagamos lo que hagamos, si no tenemos amor de nada nos sirve. En mi Biblia Reina-Valera 1960, en el libro de 1 Juan 5-7 dice: “porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno”. 2 Juan Capítulo 1 versículo 9 dice, “cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ese si tiene al Padre y al Hijo.”

Espero tengan la cortesía y la amabilidad de leer mi e-mail así como la tendré yo cuando ustedes me envíen su respuesta.

Apocalipsis (este es el ultimo libro de la Biblia) 22-20-21: “El que da testimonio de estas cosas dice: ciertamente vengo en breve. Amen; sí, ven, Señor Jesús. La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros. Amén.”
Fiel servidora del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén"-------------------------------------------

Esta es nuestra respuesta:


Apreciada señora..., la saludamos en el nombre precioso y santo del Señor Jesucristo, el único Dios de la eternidad que fue manifestado en carne para dar salvación a todos los que acepten su glorioso plan.

Nos sentimos honrados de que usted haya encontrado nuestra página web, haya leído parte de nuestros estudios bíblicos, y se haya dignado a darnos sus impresiones sobre los mismos. Eso es bastante bueno, pues hace que se abra un canal de comunicación más personal, que nos permite compartirle con más detalle la razón por la cual nosotros nos pronunciamos tan fuertemente contra el dogma de la trinidad, honrando con todo el corazón la verdad de Cristo. Contraría a su percepción, nuestros escritos tienen el objetivo de exaltar la verdad bíblica y de llamar la atención a los creyentes en la Palabra de Dios para que sean instados a honrar y a obedecer a la Santa Escritura antes que a las tradiciones humanas.

Toda persona que ame la Palabra de Dios, deseará obedecerla, porque sabe que sus mandamientos no son gravosos (1. Juan 5:3) sino llenos de bendición para los que los obedecen. Nuestro Señor Jesucristo, Él mismo nos enseñó cuál es el más grande de todos los mandamientos, cuando dijo: “El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento” (Marcos 12:29-30). Un hombre que hablaba con el Señor Jesús, le respondió: “Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas… es más que todos los holocaustos y sacrificios” (Marcos 12:32-33). Jesús aprobó las declaraciones de aquel hombre, pues “viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios” (Marcos 12:34).

Como usted puede apreciar, nuestro deseo es obedecer la Palabra de Dios comenzando desde el principio, es decir desde el principal y más grande de todos los mandamientos. Estamos absolutamente convencidos de que hay un solo Dios, y nos oponemos rotundamente contra todo dogma o tradición humana que quiera pervertir el conocimiento de la Unicidad de Dios. Estamos absolutamente convencidos de que la idea trinitaria es una usurpación de la verdad, pues mientras que la Biblia nos enseña en el mayor mandamiento que Dios es uno, la trinidad reclama algo que jamás la Biblia declara, como eso de que hay “un Dios tres personas”. Creemos por tanto que la trinidad es una enseñanza artificial que está engañando a multitudes de cristianos sinceros, que han sido afectados por esa idea extrabíblica y que todavía no han conocido al Dios de la Escritura, pese a que Dios desea traerlos a toda verdad. Hemos entendido que cualquier persona que dice que el Dios de la Biblia es una trinidad, en realidad está pensando más allá de lo que está escrito (1. Corintios 4:6), está añadiendo a lo que está escrito (Apocalipsis 22:18-19) y está reinterpretando la Biblia con el Credo de Atanasio.

Por ejemplo, usted ha reconocido que la palabra trinidad no se encuentra en la Biblia, pero nos dice que el hecho de que esa palabra no aparezca, no quiere decir que la Biblia no se pronuncie sobre ese dogma. Nos dice también que el caso es similar a la ausencia de la palabra “rapto”, que aún cuando no aparezca, no quiere decir que Cristo no vendrá a recoger a su iglesia. En realidad el ejemplo propuesto por usted no es un ejemplo válido, y lo vamos a comprobar.

La Biblia habla del arrebatamiento de la Iglesia muy claramente así: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1. Tesalonicenses 4:16-18). También el Señor Jesús lo explicó diciendo: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:3). También el libro de Apocalipsis confiesa: “El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús” (Apocalipsis 22:20). Sin embargo, en ninguna parte de la Biblia podemos encontrar que “Dios exista en tres personas”, o que “haya tres personas distintas y un solo Dios verdadero”. Ninguna parte de la Biblia habla sobre alguna trinidad, por lo cual es un error creer en ese dogma contradictor de la Biblia.

La Biblia habla de Dios y lo llama Padre, porque Él es el único Dios Creador de todo cuanto cuánto existe. La Biblia habla de Dios y lo llama Espíritu Santo, porque Dios es Espíritu y es Santo. La Biblia habla del Hijo de Dios, porque el Dios único fue manifestado en la forma de un hombre puro y perfecto para poder redimir a toda la humanidad. En la Biblia, el término Hijo con referencia a Dios, nunca se usa aparte de la manifestación de Dios en carne. Nosotros reconocemos que la Santa Escritura utiliza efectivamente los términos Padre, Espíritu Santo, e Hijo, pero con su uso, nunca declara lo que la trinidad pretende hacernos creer. Por eso es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. Los títulos de: el Padre, el Espíritu Santo y el Hijo, simplemente describen a Dios en diferentes maneras de su accionar, pero nunca la Escritura sugiere que se trate de tres personas distintas en un solo Dios verdadero.

El dogma de la trinidad, hace violencia a la Escritura para intentar llegar a alguna conclusión trinitaria, pues toma por separado textos que muestran que Aquel Dios que actúa en su condición de Padre posee individualidad y racionalidad. Luego hace lo mismo para cuando Dios actúa como Hijo o como Espíritu Santo, y se detiene mágicamente cuando llega a esta tercera representación, porque ese dogma se aferra desesperadamente al número tres, ignorando que muchos otros textos, presentan al único Dios actuando de otros modos y aún así conservando siempre su individualidad y racionalidad. Así, el dogma trinitario asume erróneamente que Dios consiste de tres personas, pero no entiende que lo que la Biblia hace, es hablar de un solo Dios que es llamado por distintos títulos, cuando cumple sus distintos roles o relaciones para con la humanidad.

El error de la forma trinitaria de razonar, es que si nosotros seguimos ese mismo patrón para sacar deducciones, nada nos impediría encontrar a otras cuantas "personas divinas". Por ejemplo, Dios actuando como el Santo de Israel posee su individualidad, su racionalidad y sus emociones (Isaías 1:4, 30:12-15, 41:14, 43:3-5; Salmo 71:23, 78:37, 78:42, 89:20; 2. Reyes 19:22). Aun así, no hay cuatro personas en Dios, sino un solo Dios que ha actuado o se ha dado a conocer como el Padre, como el Hijo, como el Espíritu Santo y como el Santo de Israel. Dios posee muchos títulos que lo identifican, tales como el Altísimo, el Eterno, el Misericordioso, el Pastor, el Salvador, el Perfecto, el Señor, el Verdadero, etc., pero el hecho de que Dios tenga tantos títulos, no significa que haya tantas personas en Dios, según la cantidad de títulos que Él tenga, sino que hay un solo Dios que ha sido conocido de diversas maneras. Como usted puede darse cuenta, la trinidad no tiene base bíblica.

En su mensaje usted ha citado un texto bíblico, al que nosotros, los creyentes en la Unicidad de Dios, amamos con todo nuestro corazón (al igual que toda la Escritura). El texto es: “Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo” (2. Juan 1:9) ¡Esa es una gran verdad! El que tenga a Cristo tiene a Dios, porque Cristo es Dios sobre todas las cosas, pero manifestado en carne (Romanos 9:5). El que persevera en Cristo tiene al Padre y al Hijo, porque Cristo es el hombre perfecto, es decir el Hijo; y Cristo es el Padre Eterno (Isaías 9:6). Como usted puede ver, ese texto lejos de hablar de alguna trinidad, lo que está hablando es del misterio de la Piedad, que el único Dios (y no otro) fue manifestado en carne.

Usted también cita a 1 Juan 5-7-8, pero no como fue escrito originalmente por el apóstol Juan, sino que lo cita adulterado con una añadidura apócrifa que ha sido conocida con el nombre de “coma juanina”. El apóstol Juan escribió originalmente: “7 Porque tres son los que dan testimonio: 8 el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.”. Lo que nos enseña 1. Juan 5:7-8, es que los creyentes tenemos un testimonio triple de que Jesús es el Hijo de Dios, y ese testimonio ha sido dado por el Espíritu Santo (que es Dios mismo), por el testimonio que fue dado en el bautismo de Cristo (o testimonio del agua) y por el testimonio que fue dado cuando Jesús derramó su sangre en la cruz (o testimonio de la sangre). Así, hemos demostrado que ningún texto bíblico habla sobre la trinidad, y que para que uno declare que la trinidad está en la Biblia, lo hace por no haber entendido la Escritura.

Sinceramente,

Julio César Clavijo Sierra

sábado 17 de enero de 2009

1 Juan 5:7-8 Aparece Adulterado en Algunas Versiones Bíblicas

¿Puede Un Texto Apócrifo Ser Tomado Como Fuente de Autoridad Doctrinal?
Por Julio César Clavijo Sierra

Nota: Este artículo sobre 1. Juan 5:7-8, fue publicado por primera vez el 6 de junio de 2004 . Posteriormente fue revisado, aumentado e incluído como el capítulo 8 del libro "Un dios Falso Llamado Trinidad" escrito por Julio César Clavijo Sierra, bajo el título de: "1. Juan 5:7-8 y su Adulteración con un Texto Apócrifo". Págs 275-292

El texto original de la Biblia dice en 1. Juan 5:7-8 lo siguiente:

7 Porque tres son los que dan testimonio: 8 el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. (La Biblia Textual Versión Reina Valera. Sociedad Bíblica Iberoamericana)

¿Entonces de dónde salió el añadido que siglos después se le hiciera a esos textos sagrados? ¿Cuál añadido? Pues el siguiente (Las palabras añadidas van resaltadas):

7 Porque tres son los que dan testimonio: [en el cielo: el Padre, el verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres concuerdan en uno.8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra:] el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. (Versión Reina Valera Edición 1960. Sociedades Bíblicas Unidas).
Esa añadidura es una inclusión de textos apócrifos que hizo la iglesia católica a la versión oficial que ellos usaban de la Biblia, versión conocida como la Vulgata Latina en alguna parte del siglo XIII.

Recordemos que el Nuevo Testamento fue escrito en el idioma griego, no en el latín. Para que hubiera una versión en latín se necesitó que esta se hubiera traducido del griego. No hay ni un solo texto griego antiguo que contenga esas palabras, pero curiosamente la versión oficial en idioma latín usada por la iglesia católica romana, a saber la Vulgata Latina, aunque en un principio no contuvo esas palabras, más tarde si llegó a contenerlas.
En las actas del concilio de Latera celebrado por la iglesia católica en el año 1215, se encuentra el primer registro documental en idioma griego que contiene esas palabras apócrifas.
Para un cristiano verdadero la única autoridad doctrinal que debemos tener es la Biblia, así que añadiduras no valen.
La palabra del Señor es clara, y afirma qué le pasará a cualquiera que añadiere o quitare al mensaje de la Palabra de Dios. La Biblia dice:





"Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: SI ALGUNO AÑADIERE a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro. Y SI ALGUNO QUITARE de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro" (Apocalipsis 22:18-19).
Además existen otros textos que nos advierten sobre el peligro de añadir a lo que está escrito en la Palabra de Dios, al punto de que llama mentirosos, a los que le añaden a la palabra . El que añade a las palabras de Dios para con eso pretender enseñar doctrinas ajenas a las Sagradas Escrituras no está esperando sino la reprensión del Señor.
“Toda palabra de Dios es limpia; El es escudo a los que en él esperan. NO AÑADAS A SUS PALABRAS, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso” (Proverbios 30:5-6).
Es triste que muchas personas en los tiempos actuales estén influenciadas por el dogma babilónico y católico romano de la trinidad. Es triste que citen esas palabras como si fueran realmente bíblicas, como si realmente tuvieran autoridad doctrinal, como si de verdad hubieran sido escritas por el apóstol Juan. Es triste que hayan caído en la trampa que el diablo les ha puesto. Es triste que se comporten como fieles seguidores de la Gran Ramera repitiendo como loros lo que ella quiere que digan.
La falta que acarrea el añadir a la Escritura para enseñar doctrinas ajenas a las Sagradas Escrituras es un pecado muy grande. Es un pecado que acarrea que el ser humano pueda perder el privilegio de estar un día con el Señor. Y no es pecador solamente el que añadió una herejía a la Escritura, sino el que sabiendo que es herejía lo repite y lo enseña a los demás. Hay muchísimos líderes y personajes que los trinitarios evangélicos respetan y admiran, que saben que esos textos son apócrifos, pero que sin embargo los citan como si fueran en realidad parte integral de las Sagradas Escrituras. Ellos mismos son ciegos que guían a otros ciegos, y si un ciego guía a otro ciego ambos caerán en el mismo hoyo (Mateo 15:14).
Otros trinitarios desconociendo que son textos apócrifos son tristemente engañados por las mentiras que contienen. Aún hay tiempo de salir de la contaminación de Babilonia para creer en el Dios que es uno, único, sólo e indivisible, y que fue manifestado en carne para darnos salvación.
Usualmente cuando se le pide a una persona creyente en la trinidad que demuestre “la verdad” de dicha enseñanza con las escrituras, mencionan inmediatamente esa cita, pero no como originalmente fue escrita, sino con el texto adulterado al cual nos estamos refiriendo. Esa es sin duda alguna, una demostración de lo que es la contaminación católica en el pensamiento de los llamados evangélicos trinitarios.
En realidad no hay ni un solo texto bíblico que diga de manera exacta lo que el dogma de la trinidad enseña.
Ningún texto bíblico dice de manera exacta que Dios exista en tres personas, o que hayan tres personas distintas y un solo Dios verdadero. Solo eso sería trinidad y la Biblia nunca dice eso. Las Escrituras no enseñan la trinidad de personas. Además la doctrina de la trinidad utiliza terminología no usada en la Escritura. Por ejemplo la Biblia nunca menciona las palabras trinidad, santísima trinidad, divina trinidad, o el misterio de la santísima trinidad; tampoco usa expresiones como: el Dios triuno, el trino Dios, tres personas distintas y un solo Dios verdadero, la primera persona, la segunda persona o la tercera persona, ni mucho menos menciona el término Dios el Hijo, o el Hijo eterno. Por el contrario habla acerca del Hijo de Dios, que es algo completamente diferente a Dios el Hijo. La doctrina de la trinidad enseña y acentúa la pluralidad en la Deidad mientras que la Biblia acentúa la Unicidad de Dios.
Si la trinidad fuera algo realmente cierto, debería por lo menos haber una porción bíblica que se dedicara a explicar lo concerniente a la trinidad. La verdad es que ningún texto bíblico lo hace. Todo lo contrario los textos que hablan sobre el Dios que es único e indivisible, sin ninguna pluralidad dentro de él son en gran manera abundantes. De la misma forma los textos sagrados que nos enseñan la gran verdad de que Dios fue manifestado en carne también abundan en las Sagradas Escrituras.
Si la trinidad fuera cierta, debería haber por lo menos un texto sagrado que asociara la palabra “tres” o el “número tres” con Dios. En realidad ningún texto sagrado presenta esa relación. Todo lo contrario, los textos sagrados que asocian el número uno con Dios son abundantes. El número que más aparece asociado con Dios es el uno.
Antes de que los movimientos evangélicos trinitarios existieran, como la Iglesia Católica no había encontrado nada dentro de las Sagradas Escrituras que hiciera referencia al número tres con respecto a Dios, o a algo que fuera aún ligeramente parecido a lo que la trinidad enseña, introdujeron un texto apócrifo a los versículos localizados en la 1. carta de Juan 5:7-8. Así aparentemente habían subsanado el problema de la falta de la relación del número tres con Dios.
Ahora, ya no solo se contentaban con reinterpretar los textos sagrados de acuerdo al dogma, sino que introdujeron una herejía en la propia Biblia acarreando para sí la destrucción debida a su extravío.
Muchos años después, un humanista conocido como Erasmo, (su nombre completo era Desiderio Erasmo de Rótterdam) se dio a la tarea de realizar una edición del Nuevo Testamento Griego y Latino. Ese trabajo lo hizo en cinco meses (desde el 2 de octubre de 1515 hasta el 1 de marzo de 1516).
"No obstante, es interesante notar que Erasmo había excluido el apócrifo de 1. Juan 5:7-8 de sus ediciones de 1516 y 1519 porque no se hallaba en cualquiera de 5000 manuscritos griegos, sino solamente en manuscritos recientes de la Vulgata—la versión en latín que usaba en ese entonces la Iglesia Católica Romana. Cuando la iglesia Católica presionó a Erasmo a incluir este versículo, él prometió hacerlo si ellos pudieran hallar aun un solo manuscrito griego que lo tuviera. Por fin produjeron uno, y entonces Erasmo con renuencia incluyó el versículo, aunque el manuscrito producido fechaba de 1520" [LA UNICIDAD DE DIOS, escrito por DAVID K. BERNARD]
El trabajo del Textus Receptus producido por Erasmo, sirvió como base de traducción del Nuevo Testamento a la mayoría de los principales idiomas de Europa. Fue así que Casiodoro de Reina al realizar su traducción de la Biblia al idioma Español, traducción que fue terminada en el año de 1569, incluyó esos textos apócrifos.
Hoy en día la versión Reina Valera (Revisión de 1960) puede leerse en esa parte así (las palabras resaltadas son apócrifas):
7 Porque tres son los que dan testimonio: [en el cielo: el Padre, el verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres concuerdan en uno.8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra:] el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan. (Versión Reina Valera Edición 1960. Sociedades Bíblicas Unidas).
No obstante revisiones modernas de la versión Reina Valera han omitido esas palabras al comprender que siendo apócrifas no se pueden constituir en ninguna base para enseñar doctrina. LA BIBLIA TEXTUAL versión Reina Valera, trabajo realizado recientemente por la Sociedad Bíblica Iberoamericana presenta esos textos de la siguiente manera:
7 Porque tres son los que dan testimonio:8. El Espíritu, el agua y la sangre; y los tres concuerdan.
Otras versiones de la Biblia han corregido la presentación de las Palabras apócrifas y han presentado esos textos así:
NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL:
7 Tres son los que dan testimonio, 8 y los tres están de acuerdo: el Espíritu, el agua y la sangre.
DIOS HABLA HOY:
7 Tres son los testigos:8 el Espíritu, el agua y la sangre
CASTILLIAN:
7 Sabemos que Jesucristo vino al mundo por medio de agua y de sangre: no solo por medio del agua, sino por el agua y por la sangre vertida en la cruz. De esto da testimonio el Espíritu Santo, que es la verdad misma, y de ese modo los testigos son tres 8 que concuerdan entre sí: el Espíritu Santo, el agua y la sangre.
BIBLIA EN LENGUAJE SENCILLO (En este caso se cita desde el versículo 5 para dar una mejor comprensión al significado del texto)
5 El que cree que Jesús es el Hijo de Dios vence al mundo y su maldad. 6 Cuando Jesucristo vino a este mundo, fue bautizado en agua, y al morir derramó su sangre. El Espíritu de Dios es testigo de esto, y todo lo que él dice es verdad. 7 Son tres los que nos enseñan que esto es verdad: 8 el Espíritu de Dios, el agua del bautismo, y la sangre que derramó Jesús al morir en la cruz. Y las tres dicen lo mismo.

1. JUAN 5:7-8 EN LA OPINION DE LOS ERUDITOS BIBLICOS?
HAY ACUERDO PRÁCTICAMENTE UNÁNIME ENTRE LOS ERUDITOS DE LA BIBLIA DE QUE LAS SIGUIENTES PALABRAS RESALTADAS ¡NO SON REALMENTE PARTE DE LA BIBLIA!
7 Porque tres son los que dan testimonio: [en el cielo: el Padre, el verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres concuerdan en uno.8 Y tres son los que dan testimonio en la tierra:] el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres concuerdan.
A estas alturas debo ratificar que yo no estoy negando la infalibilidad de la Palabra de Dios, creo con toda la convicción que su Palabra es Santa y que no contiene errores. Pero también tengo que denunciar públicamente que la Iglesia Católica Romana añadió unos textos apócrifos dentro de los versículos 7 y 8 de la primera carta de Juan, y que por esa causa muchas personas se están perdiendo en el mundo entero a causa de esa alteración efectuada al texto sagrado.
Pero miremos lo que dicen los eruditos:
L BORNET Y A SCHROEDER (autores trinitarios) en su libro COMENTARIOS DEL NUEVO TESTAMENTO dicen:
"En el texto recibido en el tenor de los versículos 7 y 8 es acrecentado por una interpolación célebre en la historia del texto del Nuevo Testamento: “porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, la Palabra y el Espíritu. Y tres son los que dan testimonio en la tierra: El Espíritu, el agua y la sangre, y estos tres concuerdan en uno” Las bastardillas no son auténticas. Tienen su origen en una falsa interpretación de los versículos 6 y 7A. Algunos escritores antiguos (Cipriano) vieron en los tres que dan testimonio una alusión a la trinidad. Esta interpolación, primero escrita al margen de un manuscrito habrá sido admitida en el texto por un copista ignorante. Esas palabras no se encuentran en ningún manuscrito griego, excepto uno que data del siglo XVI, y en uno grecolatino del siglo XV. Faltan igualmente en casi todas las versiones antiguas."
DAVID K. BERNARD, en su libro LA UNICIDAD DE DIOS, dice:
"Sin embargo, ¡hay un acuerdo prácticamente unánime entre los Eruditos bíblicos de que este versículo realmente no forma parte de la Biblia! Todas las traducciones mayores en el inglés desde la versión King James (KJV) la han omitido, incluso el Revised Standard Version, The Amplified Bible, y el New International Version. También lo omite el texto griego generalmente aceptado (el texto Nestle). El New International Version (La Nueva Versión Internacional) presenta I Juan 5:7-8 así: “Porque hay tres que testifican: el Espíritu, el agua y la sangre; y estos tres están de acuerdo.” La KJV incluyó el versículo 7 solamente porque la edición del texto griego de 1522, compilado por Erasmo, la incluía. Originalmente, Erasmo había excluido este pasaje de sus ediciones de 1516 y 1519 porque no se hallaba en cualquiera de 5000 manuscritos griegos, sino solamente en manuscritos recientes de la Vulgata—la versión en latín que usaba en ese entonces la Iglesia Católica Romana.
Cuando la iglesia Católica presionó a Erasmo a incluir este versículo, él prometió hacerlo si ellos pudieran hallar aun un solo manuscrito griego que lo tuviera. Por fin produjeron uno, y entonces Erasmo con renuencia incluyó el versículo, aunque el manuscrito producido fechaba desde 1520. (Véase Norman Geisler y William Nix, Una Introducción General a la Biblia [A General Introduction to the Bible], Chicago: Moody Press, 1968, p. 370.) Por esta evidencia, parece ser creíble que algún copista sobremanera celoso vio “tres son los que dan testimonio” y decidió injertar un poco de su propia enseñanza. Por cierto, el pasaje en cuestión no se relaciona en nada al resto de la discusión aquí de Juan, e interrumpe el flujo de su propio argumento lógico."
En los comentarios a pie de página que aparecen sobre 1. Juan 5:7 en la versión de LA BIBLIA TEXTUAL, VERSION REINA VALERA, trabajo elaborado por la SOCIEDAD BIBLICA IBEROAMERICANA, se dicen cosas tan interesantes como estas:
"5.7. Después de dan testimonio, el textus receptus añade lo siguiente: en el cielo: el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. (8) Y tres son los que dan testimonio en la tierra:. Que estas palabras son espurias y no tienen derecho a integrar el texto del N.T. es verdad a la luz de las siguientes consideraciones:
a) EVIDENCIA EXTERNA:
1) El pasaje está ausente de todos los manuscritos griegos conocidos, excepto cuatro, y éstos, contienen el pasaje en lo que parece ser la traducción de una recensión de la Vulgata. Estos cuatro manuscritos son el manuscrito 61, del S. XVI; el manuscrito 88 del S. XII (que tiene el pasaje escrito al margen por una mano moderna); el manuscrito 629, del S. XIV o XV y el manuscrito 635 del S. XI (que tiene el pasaje escrito al margen por una mano del S. XVII.
2) El pasaje no es mencionado por ninguno de los Padres griegos, quienes, de haberlo sabido, ciertamente lo habrían empleado en las primeras controversias trinitarias (Sabelio y Arrio). Su primera mención en griego es la versión (latina) de las actas del concilio de Latera en 1215.
3) El pasaje está ausente en los manuscritos de todas las versiones antiguas (Siria, Copta, Armenia, Etíope, Arabe y Eslavónica (Excepto la latina).
b) PROBABILIDAD INTERNA:
1) En lo referente a la probabilidad de transcripción, si el pasaje hubiese sido original, no se puede hallar ninguna buena razón que justifique su omisión, bien accidental o intencionalmente, por copistas de cientos de manuscritos griegos y por traductores de las versiones antiguas.
2) Respecto a la probabilidad intrínseca, el pasaje, simplemente rompe el sentido del contexto."
A todos los lectores les dedico estos textos bíblicos:
"No añadiréis a la palabra que yo os mando ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová, vuestro Dios, que yo os ordeno" (Deuteronomio 4:2).
"Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás" (Deuteronomio 12:32).

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