IGLESIA PENTECOSTAL UNIDA DE COLOMBIA LA PINTADA ANTIOQUIA COLOMBIA

SOMOS UNA PAGINA CRISTIANA PARA LA HONRA Y GLORIA DE JESUCRISTO

domingo, 7 de noviembre de 2010

Por Medio del Bautismo en el Nombre de Jesús, Sepultamos al Viejo Hombre


Por Medio del Bautismo en el Nombre de Jesús, Sepultamos al Viejo Hombre


Por Jorge Enrique López


¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús  [en el Nombre de Jesús] hemos sido bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva” (Romanos 6: 3-4)

El bautismo establecido por Dios en las Escrituras, es la muerte y sepultura del viejo hombre que está viciado de delitos y pecados.

La palabra bautizar; significa: sumergir, hundir, zambullir, inmergir, sepultar. 

Cuando se entierra un cadáver, este se deposita en un hoyo (fosa) y luego se cubre con tierra. Posteriormente se le coloca una lápida (piedra). Eso es sepultar. Cuando se habla del bautismo en la Biblia, es el mismo proceso pero dentro del agua.

El día que el Señor Jesús fue bautizado, subió luego del agua (Mateo 3:16). Esto quiere decir que Juan no le derramó el agua en la cabeza, sino que lo sepultó dentro del agua.

Lo mismo sucedió cuando Felipe bautizó al etíope, “…descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco, y le bautizó” (Hechos 8:38). Queda claro y definido, que el bautismo bíblico es sumergiendo al candidato dentro del agua.

Es menester aclarar que para bautizar a una persona según el orden establecido por Dios, el que bautiza debe tener una investidura ministerial. Si la ha perdido; ese bautismo ya no tiene valor delante de Dios.

De igual manera, tampoco ninguna validez espiritual, ese bautismo sobre el que se derrama agua con sal sobre la cabeza de las personas. La Biblia no hace ninguna mención de bautismos para niños.

El bautismo, es entonces, la obediencia a la fe en la muerte y resurrección triunfal de Jesús, pues por medio del bautismo morimos al pecado, pero vivimos para Dios en Cristo. El que ha sido bautizado en Cristo [en el nombre de Cristo como obediencia a su Palabra] de Cristo está revestido (Gálatas 3:27). Cuando nos bautizamos en el nombre de Jesucristo, estamos creyendo que Jesús fue herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados, que la paga de nuestra paz fue sobre Él;  y que por su llaga bendita fuimos nosotros curados (de la asquerosa lepra del pecado)

Al practicar el bautismo bíblico, creemos que hemos sido sepultados juntamente con Cristo para sepultar la pasada manera de vivir. Porque si fuimos plantados (sepultados, bautizados) juntamente con Él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección. (Roanos 6:5). El que ha sepultado (bautizado) al viejo hombre,  ha sido justificado (exonerado, librado, libertado) del pecado. Y si morimos con Cristo (en el bautismo) creemos que también viviremos con él (Romanos 6:8).

Así también vosotros [que habéis sido muertos con Cristo] consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo (Romanos 6:11).

Ahora, si el individuo no ha sepultado al viejo hombre por medio del bautismo, tampoco ha sido justificado, y menos resucitado (sigue muerto espiritualmente) quien quiera que sea.  Cuando un criminal permanece vivo, el sumario contra él sigue activo. La policía lo busca, lo persigue; pero si este muere, su sumario también muere con él. A un cadáver sepultado, no se le puede sentar en la silla de los acusados y menos hacerle un juicio.

Jesús nos explicó esto con la hermosa figura del grano de trigo. “De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra [es plantado, sepultado] y muere, queda solo; pero si muere llevaba mucho fruto” (Juan 12:24). En otras palabras: Cualquier semilla para producir vida, debe morir primero, entonces sí surge la planta. Al enterrarse en la tierra, su caparazón protectora se rompe (muere), entonces surge una vida nueva que estaba encerrada en ella. La semilla brota y crece sin que el labrador sepa cómo, pero en la semilla lleva el precioso fruto de la vida, y esta surge de debajo de la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga (Marcos 4:26-29). La sepultura del grano se hace imprescindible, porque si no se entierra, la semilla se pudre y se pierde y no produce nada. Por medio de la sepultura, la semilla puede producir una nueva forma de existencia, llevando mucho fruto.

El grano de trigo es una hermosa figura de la necesidad de la muerte de Jesús, y con ella la nuestra. ¿Se imagina usted si Jesús no hubiera muerto lo que habría pasado? Primero: No habría resurrección. Al no haber resurrección nuestra predicación sería una mentira y nuestra fe una falacia. Seriamos tan falsos maestros como los que no han conocido la verdad. El evangelio sería una artimaña, un verdadero engaño. Si Jesús no muere y resucita, no se habría cumplido la profecía, entonces Dios y los profetas serían unos mentirosos. Si Jesús no muere y resucita, el diablo sería el líder supremo de este universo; y nuestro viejo hombre se apoderaría de nosotros, con su naturaleza pecaminosa, destruyéndonos.

Jesús tenía que morir, para que se cumpliese todo lo que de Él estaba Escrito, para llevar muchos hijos a la gloria, para vencer al diablo con su muerte, y a la muerte con su resurrección. La sangre de Cristo fue derramada para comprar con ella a la iglesia verdadera. Además era necesaria la muerte de Jesús, para nuestra redención y el perdón de nuestros pecados. 

Si no hay muerte en el bautismo, tampoco habrá resurrección espiritual ni física. Entonces se cumplirá lo que dijo el Señor: “Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir” (Juan 7:34).

Él está vivo, y en su resurrección subió por encima de todos los cielos, por encima de todo principado, sobre toda autoridad, sobre todo poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo, sino también en el venidero (Efesios 1:20-23).

Finalmente, el escritor sagrado, certifica: “Porque si fuimos plantados juntamente con él, en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la de su resurrección; sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado” (Romanos 6: 5-6).

Una vez sepultados juntamente con Cristo para muerte por el bautismo, Dios nos ofrece una vida nueva de mucha calidad, vida que no termina sino que trasciende más allá de las fronteras del sepulcro: Vida eterna. Te invitamos a recibirla, bautizándote en el único nombre que hay para salvación, en el nombre de Jesucristo.

Etiquetas:

EL BAUTISMO Y HECHOS 2-38

El Bautismo y Hechos 2:38

Por el pastor Cohen Gary Reckart
Copyright Todos los derechos reservados


Hechos 2:38 es el versículo sobre el bautismo, más controvertido de la Biblia. Los trinitarios lo odian y han luchado duramente para modificar el texto o el significado de sus palabras. En él están en juego dos cosas: (1) El nombre que se invoca sobre el converso, y (2) si el bautismo en agua por la fe es esencial para la salvación.

El bautismo no fue inventado por el hombre y no es una obra creada por el hombre (vea por ejemplo Juan 1:33, donde Juan el Bautista dice -"el que me envió a bautizar"-. Por lo tanto, es de Dios.  El tema aquí, es: ¿Cuál fue el propósito de Dios en el bautismo? Si el propósito fue que nosotros demostráramos la fe en el Mesías, en su obra en el Calvario y en su resurrección ¿Cómo pueden los hombres negar la santidad y necesidad del bautismo?  Sólo a través de este acto de fe, una persona ha resucitado con Cristo a una nueva vida (Romanos 6:4).  Una persona no ha resucitado con Cristo, si no ha sido bautizada por la fe.  El bautismo es un acto de fe y es un requisito esencial para la salvación. "El que creyere y fuere bautizado, será salvo" (Marcos 16:16).

Hechos 2:38 es la obediencia de Pedro, al mandato de Cristo encontrado en Lucas 24:47-49. El bautismo en el nombre de Jesús, fue la única fórmula bautismal utilizada por la Iglesia del libro de los Hechos (Hechos 2:38, Hechos 8:16, Hechos 10:48, Hechos 19:5, Hechos 22. 16, Colosenses 3:17, Efesios 4:5, Santiago 2.7). No existe algún registro bíblico que indique que alguna vez se invocaron los títulos sobre alguien que fue bautizado. No existe ningún registro bíblico sobre el uso de alguna fórmula trinitaria. Solo la gente que no le cree a la Palabra de Dios, se atreve a decir que Pedro se equivocó.  

Tras un examen minucioso, veremos que Romanos capítulo 6 enseña la regeneración (el nuevo nacimiento) en el bautismo.  Cuando los trinitarios son derrotados en la fórmula bautismal al ser incapaces de demostrar por la Biblia que alguien fue bautizado mientras se le repitieron literalmente los títulos “Padre, Hijo y Espíritu Santo”, entonces ellos pasan a decir que el bautismo no es esencial para la salvación por fe, y atacan el concepto de regeneración bíblico.  Pero Romanos 6 los deja sin salida. Los que son bautizados se identifican con la muerte de Cristo, y cuando son levantados de entre las aguas, en la semejanza de la resurrección de Cristo, son regenerados viniendo a una vida nueva en Cristo.  Si esto no fuera cierto, entonces no sería esencial el ser sepultados con Cristo en el bautismo y no sería esencial la semejanza que se plantea con su resurrección.  Pero preguntémonos ¿La regeneración bautismal es una verdad bíblica?  Echemos un vistazo a Tito 3:5.

"nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo".

Del léxico de Strong con números de referencia, tenemos la siguiente información sobre las palabras griegas que usa la Biblia y que están ligadas con el concepto de regeneración: Regeneración: # G3824 paliggenesiapalin = renacimiento (nacido de nuevo), # G3825 palin = de nuevo, una vez más y # G1078 génesis = nacimiento, lugar de nacimiento.

Regeneración se refiere al segundo nacimiento, que en la Biblia también es llamado nacer del Espíritu (Juan 3:8); nacer de nuevo (1 Pedro 1:23); nacido de Dios (1 Juan 3:9, 4:7, 5:1, 5:4).

En Tito 3:5, regeneración es lo mismo que renacimiento o nacer de nuevo, según lo encontrado en Juan 3:3-5.  Ahora ¿En dónde hay un lavamiento de la regeneración, sino en las aguas del bautismo como se encuentra en Romanos 6:4-5?

¿Una persona recibe el lavamiento de la regeneración y la resurrección a una nueva vida en Cristo, solo con decir: “acepto a Jesús en mi corazón”?  ¡No!  ¿Lo recibe diciendo: “acepto al Señor Jesús como mi Salvador personal”? ¡No!

¿En qué versículo de la Biblia se expone el lavamiento por la sangre de Jesús que nos salva, y que del mismo modo nos habla de la renovación por el Espíritu Santo? Se encuentra exclusivamente en Hechos 2:38 y no se encuentra agrupado en ningún otro texto del Nuevo Testamento.  Es un texto en el que tenemos las dos cosas, y Pablo escribiendo a Tito, le dice que ésta es la forma en que Dios los salvó. Por lo tanto, este lavamiento de la regeneración no es obra del hombre, o Pablo se contradijo. La fe no es obra del hombre, la fe es obra de la Palabra de Dios. “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Hechos 2:38 se encuentra vigente, aún a pesar de los múltiples ataques de los Trinitarios para destruir su mensaje y significado.

¿Si predicamos el plan de salvación basados en Hechos 2:38, estamos haciendo doctrina de un solo versículo de la Biblia? Ante esto respondemos que el Espíritu Santo, quien es el autor de la Biblia, no tiene que hablar dos veces para que algo sea cierto. El Espíritu Santo habló por medio de Pedro en Hechos 2:38. ¿Entonces por qué resistís al Espíritu Santo?

No obstante, Hechos 2:38 no es el único versículo que tenemos para el bautismo en el nombre de Jesús. Ya hemos mencionado otros textos como Hechos 8:12, Hechos 10:48 y Hechos 19:5.  Además, hay otros textos que indican que el bautismo es en Cristo y sólo en él, porque al bautizarnos nos identificamos con la muerte de Cristo (Romanos 6:3-5). También está el texto de Efesios 4:5, que dice: “un solo Señor, una sola fe, y un solo bautismo”. Tenemos un montón de versículos para validar el bautismo en el nombre de Jesucristo. Hechos 2:38 es la estrella polar del bautismo apostólico y fue el método practicado por los apóstoles.

Ahora bien, debe entenderse que Hechos 2:38 enseña la salvación por gracia mediante la fe.  Sin esta comprensión, una persona puede luchar contra este versículo para su propia destrucción.

El arrepentimiento que es ordenado en este texto, es un acto de fe y de gracia que conducirá a odiar el pecado.

El bautismo en agua en el nombre de Jesús, que manda a obedecer, es un acto de fe y de gracia, donde se obtiene el perdón de los pecados. 

El bautismo del Espíritu Santo que nos manda a obedecer, se recibe por fe, y por la gracia de Dios a través de este don, obtenemos la vida eterna.

Existe plena y completa salvación por gracia mediante la fe, en la obediencia de la predicación del apóstol Pedro.

Cualquier persona que enseña que el bautismo en agua en el nombre de Jesucristo no es esencial para la salvación, está predicando una doctrina falsa. Cualquiera que enseña que el bautismo en agua de acuerdo con Hechos 2:38 es una obra del hombre y no de la fe, está enseñando una doctrina falsa. Cualquier persona que sostenga que Romanos 6 no enseña la regeneración por medio del bautismo, está enseñando una doctrina falsa. ¿Por qué seguir en pos de las artimañas humanas? ¿Por qué no lleva las palabras del apóstol Pedro a su propio corazón, tal como si hubiera estado presente allí en el día de Pentecostés.

¿Cuál fue la intención del apóstol Pedro en este texto?  ¿Por qué los hombres tergiversan su intención?  Los hombres compungidos por su pecado, deseando ser salvos, dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

Cosas que Pedro no dijo:

 - Pedro no dijo: “nada más bastó lo que Cristo hizo en el Calvario, y ustedes sólo deben creer eso sin hacer nada más”
-  Pedro no dijo: “Solo deben creer con el corazón y confesar con la boca que Jesucristo es el Señor, sin hacer nada más”.
- Pedro no dijo: “Acepten al Señor en su corazón, y no hagan nada más”.
- Pedro no dijo: “Acepten al Señor como su salvador personal, y no necesitan hacer nada más”.
- Pedro no dijo: “Acepten al Señor Jesús por la fe, y no tienen que hacer nada más”.
- Pedro no dijo: “Reciban a Cristo y tengan una relación personal con él, sin hacer nada más”.
 Pedro no dijo: “vengan como son y crean que han sido salvos, porque Jesús murió por ustedes”
- Pedro no dijo: “vengan y reciban la sagrada comunión, y serán salvos de sus pecados”
- Pedro no dijo: “levanten la mano para que el predicador los invite hacia adelante, y luego saluden felizmente a todos los miembros de la Iglesia”
- Pedro no dijo: “firmen el libro de registro de la iglesia”.
- Pedro no dijo: “confiesen que ustedes son trinitarios protestantes y serán salvos sin el bautismo en agua”.
- Pedro no dijo: “confiesen que son miembros de la Iglesia de Cristo y así serán salvos”.
- Pedro no dijo: “confiesen que son católicos y serán salvos”
- Pedro no dijo: “Repitan lo que está escrito en una tarjeta, y acéptenlo como su profesión de fe, y serán salvos”.

Lo que Pedro dijo:

- Pedro dijo: arrepentíos.
- Pedro dijo: bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para el perdón de los pecados.
- Pedro dijo: Reciban el don del Espíritu Santo.

¿Qué hizo la gente?

- Tres mil israelitas de las doce tribus se arrepintieron de sus pecados.
- Pidieron ser bautizados después de que Pedro les predicó.
- Fueron añadidos a la Iglesia del Nuevo Testamento después de su pacto bautismal.

¿Cuál era la intención del apóstol Pedro?

- El estaba siguiendo el mandato de Jesús, de que el arrepentimiento y el perdón de los pecados debía ser predicado por primera vez en Jerusalén (Lucas 24:49).
- Estaba siendo obediente a la autoridad que le dio las llaves del Reino (Mateo 16:19);
- Ahora tenía el poder del Espíritu Santo sobre él, para poder presenciar el Evangelio en todo su esplendor (Hechos 1:8).
- Tenía la intención de que la gente fuera guiada al arrepentimiento por la fe.
- Tenía la intención de que la gente fuera bautizada en agua por la fe en el nombre de Jesucristo, con el fin de que comenzaran a andar en vida nueva.
- Tenía la intención de que todas las personas a las que les predicó, recibieran el don del Espíritu Santo por la fe, y que se añadieran a la Iglesia como creyentes nacidos de nuevo.

Si el apóstol Pedro no tuvo la intención de todo esto con su predicación, entonces les jugó una broma gigantesca y de muy mal gusto a aquellos tres mil judíos. En efecto, es triste y vergonzoso que los hombres hayan tratado y estén tratando de destruir este primer mensaje del Evangelio, predicado después de que Jesús ascendió. Es lamentable que hayan intentado alterar las palabras de Pedro a fin de destruir por completo toda la fe, toda la gracia, y toda la salvación que viene por Jesucristo, y que figura en Hechos 2:38.

¿Por qué los trinitarios quieren destruir este versículo?

- Porque este texto demuestra que su interpretación de Mateo 28:19 es errada.
- Porque demuestra que el bautismo es en el nombre que Dios ha revelado en el Nuevo Testamento, el cual es Jesucristo.
- Porque demuestra que la fe y la gracia se reciben en el arrepentimiento y el bautismo en agua en el nombre de Jesús.
- Porque de acuerdo con Romanos 6, demuestra la regeneración bautismal de la sepultura de un cuerpo muerto al pecado que es sepultado, para resucitar a una nueva vida en Cristo.
- Porque demuestra que el bautismo en agua es esencial para la salvación.
- Porque demuestra que las palabras de Marcos 16:16, son verdad. “El que creyere y fuere bautizado será salvo, mas el que no creyere será condenado".
- Porque demuestra que el bautismo en agua en el nombre de Jesús, fue ordenado por el propio Jesús, y es el nacimiento del agua al que Él se refirió en Juan 3:3-5.
- Porque demuestra que todos los que no han sido bautizados por fe, no pueden recibir la salvación por la sola gracia y por la sola fe, y por lo tanto no son salvos.

Insto a todos a recibir la Palabra de Dios en Hechos 2:38. No siga las mentiras astutas de los trinitarios, quienes al igual que los musulmanes y los hindúes con sus mentiras y engaños, están enviando las personas al infierno.

Vaya a Hechos 2:38 y mire si usted puede encontrar algún mal en este versículo o en la intención de Pedro. Vea si usted puede encontrar en este versículo cualquier indicio de que los hombres pueden ser salvos sin el arrepentimiento, sin el bautismo en agua en el nombre de Jesucristo, y sin el bautismo del Espíritu Santo.  Vaya a Hechos 2:38, y observe cómo tres mil personas fueron añadidas a la Iglesia.  ¿Si estas fueron las primeras tres mil personas que creyeron al evangelio y fueron añadidas a la Iglesia del Nuevo Testamento después de la ascensión de Cristo, por qué el modelo de salvación debería ser cambiado?  ¡Cuestiónese! Si aquella enseñanza fue lo suficientemente buena para que tres mil personas aceptaran la salvación por fe y fueran añadidas a la Iglesia, ¿por qué le haría daño obedecerla?

Los trinitarios han propagado la mentira de que seguir al apóstol Pedro en Hechos 2:38 te hará daño.  Han dicho que obedecer Hechos 2:38 no te añadirá a la verdadera iglesia sino a una secta. Han dicho que obedecer Hechos 2:38 te convertirá en alguien poseído por el demonio y te llevará al engaño. Pero tú no debes tener miedo de pensar por fuera del esquema trinitario. ¡Sal de allí! No dejes que los hombres te engañen tan fácilmente. Toma la Palabra de Dios, porque el Espíritu Santo fue quien la inspiró. Cuando el apóstol Pedro mandó a la multitud de judíos a que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo, él estaba hablando por el Espíritu Santo. Cualquier hombre que sostenga que Pedro no estaba hablando por el Espíritu Santo, está siendo usado por el diablo.  Si Pedro habló por el Espíritu Santo, entonces ¿Cuál fue la intención del Espíritu Santo para todos aquellos que escucharon el primer mensaje del Evangelio?

La intención del Espíritu Santo es que la gente fuera salva

¿Cómo les dijo el Espíritu Santo a las personas (por medio de los labios del apóstol Pedro) que fueran salvas?

- El Espíritu Santo dijo a través de Pedro que se arrepintieran.
- El Espíritu Santo dijo a través de Pedro que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo para el perdón de los pecados.
- El Espíritu Santo dijo a través de Pedro que recibieran el don del Espíritu Santo.

 Ahora, ¿qué vas a hacer? 

¿Seguirás con las mentiras, astucias y tergiversaciones que los trinitarios han utilizado para pervertir la Palabra de Dios? O por el contrario ¿Vas a seguir al apóstol Pedro, a quién se le dieron las llaves del Reino de Dios? Si deseas seguir el modelo bíblico, entonces, debes:

No. 1. Arrepentirte,
No. 2. Ser bautizado en el nombre del Señor Jesús,
No. 3. Recibir el don del Espíritu Santo.

Debes seguir la Palabra de Dios con fe. ¡Hazlo ahora! ¡Hazlo hoy!  No permitas que los hombres te impidan obedecer al Espíritu Santo que habló por medio de Pedro en el día de Pentecostés ¡Ven a las aguas de la sepultura del viejo hombre! ¡Ven a las aguas de la separación! ¡Ven a las aguas de la santidad! ¡Ven al bautismo donde la sangre de Jesús lava tus pecados! Es cierto que el agua no lava los pecados, por eso nunca hemos dicho eso. Pero sí decimos que la sangre de Jesús lava los pecados en el bautismo en agua en el nombre de Jesús.  Si la sangre de Cristo no fuera aplicada en el bautismo en agua, entonces no habría perdón de pecados durante el bautismo en el nombre de Jesús, y el apóstol Pedro le jugó una broma a los tres mil judíos que creyeron a sus palabras en el día de Pentecostés. Pero no fue una broma, fue la más preciosa verdad que aquellas personas pudieron aceptar y obedecer ¡Ven a estas aguas donde la sangre de Cristo te purifica! ¡Ven a estas aguas donde pasarás de muerte a vida! ¡Ven hoy! ¡Ven ahora mismo! ¡No te demores! ¡Tú alma puede salir de la oscuridad y venir a la luz! ¡Sí! ¡Toma el camino de la salvación del Nuevo Testamento que se encuentra en Hechos 2:38! Fue el mismo Señor Jesús quien reveló su gracia por las palabras de Hechos 2:38.

Etiquetas:

EL DIA DE LOS MUERTOS O DE TODOS LOS SANTOS


El Día de los Muertos (o de "Todos los Santos")

Por Edwing López

El 2 de Noviembre es conocido en el mundo hispano como el día de los muertos (o de todos los santos). Pero... ¿cuál es el significado del día de los difuntos?

Oficialmente, según el calendario católico, el día 1º de noviembre está dedicado a Todos los Santos y el día 2º, a los Fieles Difuntos. En la tradición popular mexicana, el día 1º es dedicado a los niños fallecidos llamándolo el culto menor, y el día 2º a los adultos muertos conocido también como el culto mayor. Según la tradición prehispánica, las almas de los muertos regresan un día en el año para visitar a sus familiares vivos. Al parecer, la fecha de este regreso fue acondicionada durante la conquista española, para hacerla coincidir con la celebración católica de Todos los Santos.

En el 2 de Noviembre la gente acostumbra ir a los cementerios para visitar a sus familiares muertos y dejarles un recuerdo. Se aprovecha la ocasión para pasar el día con los difuntos y toda la familia acude a rezar ante las tumbas que son adornadas profusamente con flores. Estas manifestaciones populares han  llegado incluso a transformarse en una atracción turística para las personas de otras culturas.

En algunos países, el homenaje a los muertos también se realiza en las casas, adornando una mesa en forma especial, con flores, copas y artículos personales del difunto que se ofrecen en su memoria. También se colocan objetos del gusto del difunto: su comida, música, cigarrillos y bebidas favoritas; incluso retratos de sus artistas e ídolos deportivos. Todo esto presidido por la fotografía del desaparecido. En algunas comunidades latinoamericanas se encienden velas y fogatas con el objeto de guiar a las almas por el camino seguro.

En la actualidad, el día de los difuntos consiste en una serie de prácticas y rituales entre los que destacan la recepción y despedida de las ánimas, la colocación de las ofrendas o altares de muertos, el arreglo de las tumbas, la velación en los cementerios y la celebración de oficios religiosos. Sin lugar a dudas, la tradición del día de los muertos sobrevivió a la conquista española y se ha mantenido casi intacta hasta nuestros días, aún cuando la iglesia católica la ignoró durante mucho tiempo por considerarla pagana.

En el ámbito de las ventas, el día de los muertos dinamiza o favorece ciertas actividades comerciales como las flores, frutas, objetos de cerámica, panes de muertos, luces, candeleros y velas de todas las clases.

El día de los muertos, más que una fecha conmemorativa, es una radiografía que nos permite apreciar las creencias del mundo hispano en cuanto a lo que sucede después de la muerte.  En la celebración del día de los difuntos se cree que los muertos se comunican con sus parientes vivos o con un intermediario llamado médium. En cambio la Biblia declara categóricamente que los muertos no pueden comunicarse con los vivos. Es más, este tipo de comunicación con los seres ya fallecidos está prohibido en las Escrituras y denunciado como actividades ocultistas. En Deuteronomio 18:10-12 dice: "No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti." En este pasaje de la Biblia se coloca al culto de los muertos en la misma categoría de ocultismo que la brujería y hechicería.

En la celebración del día de los difuntos se cree que los muertos regresan a visitar a los vivos para convivir y comer con ellos. En cambio la Biblia es muy clara en decir que los muertos no regresan del más allá, no comen, ni conviven con los seres vivos.

En Lucas 16:19-31 dice: "Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado.Además de todo esto, una gran sima (o abismo) está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos".

En la celebración del día de los difuntos se cree que las fogatas y velas encendidas ayudan a las almas de los muertos a regresar a su hogar en el más allá. De acuerdo con esta costumbre se cree que los muertos tienen libertad para ir y regresar a la tierra, por lo menos en el 2 de Noviembre de cada año. En cambio la Palabra de Dios dice que solo existe un evento posterior a la muerte, a este evento se lo denomina "el juicio". Hebreos 9:27 dice: "Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una solo vez, y después de esto el juicio". Quizás te preguntes... ¿Por qué muchas personas aseguran que se comunican con los muertos? ¿Por qué algunos aducen tener la capacidad de hablar con los espíritus?

Bueno, quiero decirte que las personas envueltas en estas prácticas muchas veces se autodenominan "mensajeros de Dios." Estos médiums o videntes, aseguran que tienen la habilidad de comunicarse con los muertos, lo cual es totalmente imposible, ya que la Biblia en Eclesiastés 12:7, nos dice que el espíritu, una vez que abandona el cuerpo, regresa a quien lo dio. De manera que todas las manifestaciones que resultan de estas invocaciones son producto de la intervención de espíritus malignos, carentes de cuerpo físico, pero altamente inteligentes. La Biblia advierte que existen seres espirituales que buscan engañar a los seres humanos. Efesios 6:12 dice: "Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes".

Además, estos seres espirituales malignos tienen la capacidad de manifestarse en el mundo material simulando una aparición angélica benigna. 2 Corintios 11:14 dice: "Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz".

Muchas veces estos espíritus malignos simulan que son los espíritus de grandes sabios, reyes o filósofos que vivieron en la edad media y que están dispuestos a compartir sus conocimientos y sabiduría secreta. Sin embargo la Biblia dice que no existe conocimiento, sabiduría o secretos fuera de Dios. Deuteronomio 29:29 nos dice: "Las cosas secretas pertenecen al Señor, nuestro Dios; mas las reveladas (en la Biblia) son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley."

Concluyendo, puedo decir que la creencia de que los muertos se comunican con los parientes vivos o con un intermediario llamado médium; o que los muertos regresan a visitar a los vivos para convivir y comer con ellos; o que las fogatas y velas encendidas ayudan a las almas de los muertos a regresar a su hogar en el más allá, son costumbres y tradiciones totalmente contrarias a las enseñanzas de la Palabra de Dios. Tienen el mismo origen espiritual del ocultismo puesto que la invocación a los espíritus es el aspecto esencial de la brujería.

¿Por qué continuar recordando un día de muerte? ¿Por qué seguir insistiendo en comunicarse con un muerto sabiendo que esto es imposible? Yo te animo hoy a que te comuniques con alguien que sí murió hace unos 2000 años atrás, pero que hoy está vivo puesto que resucitó, su nombre es Jesús. Comunícate con Jesús, Él te dará el perdón de tus pecados, una vida con sentido y propósito, y además... la vida eterna.

Etiquetas: