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sábado, 1 de mayo de 2010

SOMOS LOS PENTECOSTALES UNA SECTA?

Respuesta a la Acusación de que los Pentecostales del Nombre de Jesús Somos una Secta

Por David K. Bernard
Apéndice C. Libro: "Historia de la Doctrina Cristiana" Vol. III.


En los últimos años un pequeño pero influyente grupo de opositores del mensaje del nombre de Jesús, ha tratado de etiquetar a los Pentecostales Apostólicos como una secta. ¿Cómo podemos responder a esta acusación?

1. Esta acusación se deriva de un pequeño segmento de la comunidad evangélica, que está inspirada por "ministerios" que se ganan el apoyo financiero al hacer inculpaciones de esta naturaleza y que toman como insignia al fallecido Walter Martin, fundador del Instituto Cristiano de Investigación y autodenominado "La Biblia Responde al hombre". En muchos casos la acusación es repetida por personas que no han tenido conocimiento personal o que nunca han estado en contacto con los Pentecostales del Nombre de Jesús y por lo tanto tienen una idea inexacta de sus creencias. Esta acusación no proviene de ninguna organización cristiana de largo recorrido, ni es una posición oficial de alguna denominación evangélica. Los grupos pentecostales trinitarios, quienes han tenido mayor contacto con nosotros, afirman que nuestras opiniones sobre Dios son erróneas, pero aún así nos consideran salvos.

La Televisión Religiosa Nacional (en Estados Unidos), que es un apéndice de la Asociación Nacional de Evangélicos, ha aceptado como miembros a algunos individuos y grupos de Pentecostales Unicitarios. La Sociedad de Estudios Pentecostales, que es una organización interdenominacional de académicos pentecostales y carismáticos, también acepta como miembros a los creyentes de la Unicidad, y recientemente un pentecostal del nombre de Jesús, se desempeñó como su presidente. Muchos evangélicos y editores carismáticos, publican y comercializan libros y música de Pentecostales del Nombre de Jesús. En todo el mundo, de forma rutinaria, estaciones de radio evangélicas transmiten programas de Pentecostales Apostólicos, incluyendo Tiempo de Cosecha, la emisión de la radio oficial de la Iglesia Pentecostal Unida Internacional.

2. Etiquetarnos como una secta es una táctica desleal. Dicho estigma está diseñado para que la gente tenga prejuicios contra nosotros, pero no para abrir el diálogo sobre la verdad de las Escrituras. Para el público en general, la palabra secta significa un grupo que es sociológicamente aberrante e incluso peligroso, por lo general caracterizado por un liderazgo autoritario, creencias exóticas, métodos de manipulación, explotación financiera, control mental y rebelión contra el gobierno. Nuestros críticos no utilizan dicha palabra en ese sentido, pues sociológica y organizacionalmente somos muy similares a la mayoría de las iglesias evangélicas y pentecostales. Lo que ellos quieren decir, es que difieren con nosotros teológicamente. Para ser honestos y justos, deberían explicar las diferencias de interpretación bíblica que tienen con nosotros, y dejar que la gente examine el problema por sí misma.

Terry Muck, en la edición del 5 de febrero 1990 de la revista evangélica Cristianismo de Hoy, dio tres razones del por qué los cristianos no deben usar el sentido peyorativo de la etiqueta de secta: (1) "El espíritu del juego limpio sugiere que es mejor referirse a los grupos de personas tal como ellos se refieren a sí mismos". (2) "Hay también una razón teológica para evitar" dicha etiqueta, pues indebidamente implica que algunos pecadores "son lo peor". (3) "Simplemente no funciona bien el uso de términos despectivos para describir a personas a las que esperamos llevar a la fe en Cristo. … De hecho, se nos manda a amarlos como a nosotros mismos".

La revista Carisma en su edición de agosto de 1993, reprendió específicamente a Hank Hanegraaff, el sucesor de Walter Martin como presidente del Instituto de Investigación Cristiana y "La Biblia Responde al Hombre". El redactor y editor Stephen Strang, dijo: "Los cazadores de herejes están todavía entre nosotros. Sólo que ahora, utilizan sus libros y programas de radio para destruir a los que consideran herejes… Me preocupa que la caza de herejes pueda convertirse en leucemia, ya que algunos de los cazadores de sectas parecen más interesados en la destrucción de las partes del cuerpo que en la curación del cuerpo… Hanegraaff va demasiado lejos [en el ataque a carismáticos independientes]… Es hora de que muestre tanto respeto a sus compañeros cristianos con los que no está de acuerdo, como lo hace para con los que están por fuera la fe".

3. Los críticos se basan en la autoridad del "cristianismo histórico” u "ortodoxia" en lugar de la Biblia, incluso a pesar de que afirman que la Biblia es su autoridad única y denuncian el uso de autoridades extrabíblicas como distintivos de las sectas. Por ejemplo, dicen que somos una secta porque no aceptamos la doctrina de la Trinidad, tal como se define en los credos desarrollados entre los siglos IV al VIII. Si "ortodoxia" significa nada más que las doctrinas de la Biblia, entonces ellos tienen autoridades extrabíblicas. Sin embargo, si no quieren decir nada más de lo que dice la Biblia, ¿Por qué simplemente no apelan a la Escritura?

Por otra parte, son incoherentes y selectivos en lo que catalogan como "ortodoxia histórica". Por ejemplo, denuncian nuestra enseñanza de que el bautismo es parte de la experiencia de salvación, aunque esta siempre ha sido la opinión mayoritaria que se ha profesado en el cristianismo. No sólo la tienen los católicos romanos y los ortodoxos orientales, sino que los teólogos de los primeros cinco siglos reiteraron este punto de vista, y el fundador del protestantismo, Martín Lutero, también lo creyó. Sin embargo, estos críticos que son protestantes, no catalogan a Lutero como un sectario. El credo de Nicea, al que suelen apelar para su doctrina de la Trinidad, también proclama que hay "un solo bautismo para el perdón de los pecados"; sin embargo, rechazan la doctrina sobre este tema.

Cuando se trata de demostrar que su doctrina de la Trinidad es sólo su punto de vista "ortodoxo" de la historia, aquellos críticos citan a los escritores de los primeros siglos tales como Justino, Tertuliano y Orígenes. Sin embargo, la definición que aquellos escritores dan sobre la Trinidad, es considerada herética por los trinitarios ortodoxos de hoy, porque subordina a la segunda y a la tercera personas de la Trinidad a la primera. Irónicamente, Walter Martin era herético de acuerdo con las creencias antiguas, porque aquellas negaban la generación eterna del Hijo. En resumen, nuestros críticos determinan lo que es "ortodoxo" no por la Biblia, ni siquiera incluso por los credos históricos, sino por sus teologías subjetivas.

4. Muchos cristianos en las denominaciones más importantes, ofrecen similares o nuestras mismas opiniones. Frank Stagg, profesor del Seminario Bautista del Sur, enseñó una doctrina de Dios que él reconoce que es esencialmente la misma que la Unicidad. W. A. Criswell, ex presidente de la Convención Bautista del Sur, declaró en su Comentario sobre el Apocalipsis, que el único Dios que veremos es Jesús, y describe Padre, Hijo y Espíritu Santo de la misma manera en que lo hacen los creyentes de la Unicidad.

Calvin Beisner, un aliado de Walter Martin, admitió en su libro: Dios en tres personas, que el "monarquianismo está representado hoy por los Pentecostales Unidos ('Sólo Jesús')… Como las diferencias entre el modalismo y el trinitarismo puro son más bien mínimas, no es sorprendente que un gran número de cristianos en denominaciones tradicionales como el catolicismo romano, celebren una concepción modalista de la Trinidad, al menos inconscientemente" (p. 18). Tomo nota del teólogo católico Karl Rahner quien hizo similares declaraciones sobre la Trinidad: "A pesar de su confesión ortodoxa de la Trinidad, los cristianos son, en su vida práctica, meros "Monoteístas" (p. 10). Muchos ministros y laicos de varias denominaciones trinitarias también han hecho declaraciones similares a los Pentecostales Unidos y aceptan la opinión de la Unicidad en la Deidad.

Un número de académicos carismáticos, incluyendo a Larry Christenson, Kilian McDonnell y David Pawson, enseñan que el bautismo en agua y el bautismo del Espíritu Santo, son parte de La iniciación cristiana y no posterior a ella. Escritores evangélicos como Leighton Ford y James Dunn han argumentado esencialmente la misma cosa, pero sin asociar el bautismo del Espíritu Santo con las lenguas. Muchos pentecostales y carismáticos trinitarios, están de acuerdo en que el bautismo en agua se debe realizar en el nombre de Jesús. Muchos teólogos y expertos, incluyendo a Martín Lutero y F. F. Bruce, han reconocido que esta era la fórmula de los apóstoles.

Nuestros críticos no atacan a estos maestros, porque pertenecen a las principales denominaciones o porque usan la terminología teológica tradicional. No es justo, sin embargo, discriminarnos por opiniones que otros cristianos también profesan, porque hemos formado nuestros propios grupos o porque nos negamos a utilizar la terminología no bíblica que muchos atesoran.

5. El ataque contra nosotros es incompatible con la doctrina de salvación de nuestros críticos. Ellos suelen decir que creen en la salvación "solo por gracia, solo mediante la fe, en Cristo solamente". ¿Cómo desfiguran ellos la experiencia típica de salvación de los Pentecostales del Nombre conversos? La mayoría de los Pentecostales del Nombre de Jesús, no deciden unirse a la Iglesia después de un estudio intelectual de la doctrina de la Unicidad. Muchos vienen a Dios como niños. Muchos no vienen de ningún trasfondo eclesial o de alguna iglesia nominal. Por lo general ellos escuchan un simple mensaje evangelístico acerca de la muerte, la sepultura y la resurrección de Jesucristo, creen que Jesús es el Salvador, deciden aceptar la oferta de la salvación y llegan al altar por medio del arrepentimiento.

Por ejemplo, me arrepentí de mis pecados, creí en el Señor Jesucristo y recibí el Espíritu Santo a los siete años. En esa edad no podía debatir la Unicidad contra el trinitarismo, pero yo sabía que Jesús era Dios manifestado en la carne como mi Salvador, que Él me amaba, que debía confiar en Él para mi salvación, y que estaba aceptándole como mi Señor dedicándole mi vida.

Si alguien diera una respuesta idéntica en una iglesia Bautista, nuestros críticos no dudarían en pronunciar que fue salvo, y muchos asegurarían que no podría perder esta salvación bajo ninguna circunstancia. Entonces, ¿cómo podría mi subsiguiente bautismo en el nombre de Jesús, mi recepción del Espíritu Santo, y mi aceptación de la doctrina de la Unicidad anular esta experiencia genuina con Dios?

Si alguien profesa creer en la salvación por gracia a través de la fe, pero niega que los conversos sean salvos, entonces realmente debe creer en la salvación por la fe, además de un credo, de una denominación o del intelectualismo. Esa posición es más exclusiva que la de los Pentecostales Apostólicos, ya que reconocemos que las personas de varias denominaciones pueden tener una genuina fe en Dios y una auténtica relación con Dios, incluso antes de recibir la plena experiencia de Hechos 2:38.

Por otra parte, si nuestros críticos nos conceden que somos salvos, ¿Qué justificación tienen para atacarnos con tanta vehemencia y tan poca caridad?

Hace varios años, Robert Bowman, uno de los investigadores principales de Walter Martin, reconoció en una conversación telefónica que tuvimos, que la mayoría de los Pentecostales Apostólicos conversos, realmente tienen fe en Cristo y reciben la salvación, pero sostuvo que cuando avanzan en el estudio doctrinal y conscientemente aceptan la doctrina de la Unicidad, pierden la salvación. Dijo que se trata de un insólito hecho que lleva a la gente a la salvación, pero luego poco a poco se las quita ¿Diría lo mismo de cualquier otro grupo que considerara una secta, tales como los mormones o los Testigos de Jehová?

Martín no sólo cree que algunos miembros de las Iglesias Pentecostales Apostólicas son salvos, sino también que una vez que una persona es salva nunca puede perder su salvación. Esto significa que él atacó a los que consideraba cristianos y trató de destruir sus iglesias. Sería más apropiado para él, dejar que el Señor de estas personas decidiera la forma de juzgar a estas iglesias y tratar con ellos bajo su voluntad, en lugar de adjudicarse a sí mismo ese papel. “¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme” (Romanos 14:4).

6. Los críticos no reconocen que estamos involucrados en el ministerio. Mientras que nuestros críticos recaudan dinero por atacarnos y sienten que su "ministerio" debe etiquetarnos, nuestros ministros e iglesias son personas activas que conducen a la salvación y a la transformación de la relación con Jesucristo. Estamos restaurando matrimonios y hogares destruidos, fortaleciendo familias, liberando a las personas de los hábitos pecaminosos y adicciones, formando a la gente en la moralidad, y ayudando a que se conviertan en ciudadanos productivos y santos. No cumplimos con nuestro ministerio por medio de insultos, denuncias y anatemas, pero procuramos compartir el gran don de Dios para el mundo, la salvación que Él ha hecho disponible en Jesucristo.

Invitamos a todos a abrir sus corazones y sus Biblias, porque creemos que la verdad es apropiadamente su mejor defensa. El ejemplo de los de Berea, es el "más noble" curso de acción. “Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. "(Hechos 17:11).

Con el apóstol Pablo, decimos: "Pero esto te confieso, que según el Camino que ellos llaman herejía, así sirvo al Dios de mis padres, creyendo todas las cosas que en la ley y en los profetas están escritas" (Hechos 24:14). Recordemos que Jesús dijo, " Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre…" (Mateo 10:22). Sin embargo, como los apóstoles podemos seguir nuestro camino "gozosos de haber sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre" (Hechos 5:41). Pese a la oposición injusta y las acusaciones injustas, nos alegramos con gozo inefable y glorioso" (1. Pedro 1:8).

viernes 18 de diciembre de 2009

Instituto Bíblico Apostólico del Nombre Virtual Hechos 2:38



Dios es uno, su nombre es Jesús
Unidos por su nombre desde aquí hasta la Eternidad

Nuestra Misión

Dar a conocer de una forma académica el verdadero evangelio de salvación que se ha predicado desde el tiempo de los apóstoles hasta nuestros días, a fin de que nuestros estudiantes puedan profundizar en la verdad de las cosas en las cuales han sido enseñados.

Nuestra Visión

Aumentar el número de servidores de la Iglesia del Nombre de Jesús, que estén dotados de un mejor conocimiento bíblico, a fin de que puedan compartir la doctrina apostólica con los demás, y puedan desarrollarse mejor en los diferentes ministerios que Dios ha puesto sobre la iglesia que lleva su nombre.


Damos una cordial bienvenida a todos nuestros hermanos de la Iglesia del Nombre de Jesús, que nos visitan desde cualquier lugar del mundo, y que pertenecen a cualquiera de las muchas organizaciones pentecostales apostólicas de la actualidad.

Nuestro Instituto Bíblico Apostólico del Nombre Virtual Hechos 2:38, es el primer instituto bíblico hispano con la doctrina apostólica, que utiliza las Tecnologías de la Información (TI), para impartir educación virtual. (Para ir a la página inicial del aula virtual, de clic aquí: www.pentecostalesdelnombre.com/instituto )

Deseamos constituirnos en un canal de bendición para todos los hermanos que tengan la oportunidad de estudiar la Palabra de Dios con nosotros. Nuestro plan de estudios consta de cuatro semestres, en los cuales se verán materias que tocan los puntos básicos de la doctrina apostólica, tales como Divinidad, Plan de Salvación, Vida Cristiana, Introducción a la Biblia, Historia del Antiguo y del Nuevo Testamento, Historia de la Iglesia del Nombre de Jesús, Hermenéutica Bíblica, Homilética y Análisis de Religiones. Para mayor información, vea nuestro pensum académico.

Estamos conscientes de que la verdad apostólica, debe continuar siendo presentada con la misma claridad diáfana como la proclamaron los apóstoles, teniendo conciencia de que Cristo mismo es la base de nuestra fe (Efesios 2:20). Por eso la fe apostólica debe ser creída y predicada conforme al misterio de la voluntad de Dios o de la piedad (Efesios 1:9-11; 1. Timoteo 3:16), y con la conciencia de que la obediencia y el celo por la verdad del evangelio del nombre de Jesús, es el camino que nos asegura nuestra salvación eterna.

Deseamos estrechar lazos de hermandad y amistad sinceros entre los miembros de las distintas organizaciones pentecostales del nombre de Jesús, sin hacer ninguna excepción, a fin de que cumplamos con la oración de nuestro Señor Jesucristo en Juan capítulo 17, de que todos sus hijos debemos ser uno. Animamos a los pastores y líderes de las congregaciones, para que promuevan y apoyen moral, espiritual y económicamente el estudio serio, constante y profundo de la Palabra de Dios, a fin de aumentar el número de hermanos y hermanas que estén mejor equipados para el trabajo en la iglesia local, el trabajo evangelístico, y cualquier otra labor para el desarrollo de los dones o santos ministerios que ha puesto el Señor Jesús en la Iglesia que lleva su nombre.

Los profesores actuales del IBANv-HECHOS2:38, son miembros de distintas organizaciones del nombre de Jesús y residen en diferentes países, pero están trabajando unidos con el propósito de exaltar al Dios de la gloria, nuestro Señor Jesús. Estos son:

- Edwing López (Iglesia Pentecostal La Senda Antigua, Estados Unidos)
- Julio César Clavijo Sierra (Iglesia Pentecostal Unida de Colombia)
- José de la Cruz Ríos (Iglesia Pentecostal Unida de Colombia)
- Luís Carlos Díaz Martínez (Iglesia Pentecostal Unida de Colombia)
- Alfonso M. Suárez (Iglesia Pentecostal Unida Internacional, Estados Unidos)
- Victor Vega (Iglesia Pentecostal Unida Internacional, Argentina)
- Ramón Omar Monterrey Morales (Asamblea Apostólica, Nicaragua)
- Jorge Pino Valenzuela (Iglesia de Dios Voz en el Desierto, Chile)


En el nombre de Jesús,


Julio César Clavijo Sierra

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SIN DIOS EL HOMBRE ESTA MUERTO

Sin Dios el Hombre Está Muerto

Por Julio César Clavijo Sierra

 


Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente (Génesis 2:7).

Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo (Juan 20:22)

Dios es el único ser que tiene vida en sí mismo. Los demás seres vivientes tenemos vida sólo porque a Dios le ha placido darnos esa bendición.

Dios le dijo a Moisés

Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos. (Exodo 3:14)

Dios le dijo a Moisés YO SOY EL QUE SOY, o en otras palabras, yo soy el único que tiene vida en sí mismo. Además el Nombre Jehová representa el nombre divino YHWH que aquí se relaciona con el verbo hayah, ser.

Todos los demás seres vivientes, sean estos ángeles, hombres, animales o plantas tenemos el don de la vida por la misericordia de Dios.

Porque contigo está el manantial de la vida; En tu luz veremos la luz (Salmo 36:9).

Sin embargo, el propósito de Dios no es simplemente que el hombre tenga la bendición de la vida terrena, sino que goce además de la bendición de una vida de comunión con él.

Cuando el hombre se encuentra sumergido en delitos y en pecados, en realidad está muerto a las cosas de Dios y no las puede entender, pues aún cuando tenga la vida material, no puede gozar de las bendiciones de la vida espiritual que Dios ofrece a los que le aman.

Por eso la Escritura dice de los que creemos en él.

Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados (Efesios 2:1)


En realidad el pecado es el gran mal que hace que el hombre se separe de Dios y no pueda entender las cosas de Dios.

Pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír (Isaías 59:2).

Incluso, las Sagradas Escrituras nos enseñan

Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 6:23).

Dios sólo reestablece su relación con el hombre pecador cuando este abre las puertas de su corazón al evangelio de salvación y cuando puede confesar sin ningún temor

Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego (Romanos 1:16).


Todos los hombres no confiesan eso, precisamente:

 Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios (1. Corintios 1:18)

Dios ha prometido que la llenura del Espíritu Santo estará en todos los que le aman, y hay un inmenso clamor en las Escrituras que retumba poderosamente y que dice:

Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu, hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones (Efesios 5:17-19).

Son muchas las personas que dicen que tienen a Dios pero lamentablemente mienten, pues se encuentran en prácticas y en doctrinas completamente alejadas de la Verdad de la Palabra de Dios. ¿Cómo puede un hombre saber si es o no es de Dios? La Biblia nos da la respuesta:

Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por el Espíritu que nos ha dado (1. Juan 3:24).

El Espíritu Santo es Dios mismo, y él solo puede habitar en un hombre cuando este le abre su corazón a él. El Señor Jesús, quien es el único Dios que existe, prometió que viviría en los corazones de los creyentes y que estaría con su iglesia todos los días hasta el fin del mundo. Cuando Jesús habló del Espíritu Santo con el que serían llenos todos los que creyeran en él, dijo:

No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros (Juan 14:18).

... y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mateo 28:20).

Jesús mismo y no otro habita en los corazones de los creyentes porque él es el único Dios que existe, y por lo tanto es Espíritu y es Santo, razón por la cual Jesús es el Espíritu Santo. La Biblia es clara cuando confiesa:

Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad (2. Corintios 3:17).

Sí, en el corazón en el cual habita el Señor Jesús hay libertad. Libertad de la esclavitud del pecado, libertad de la muerte en la que se encuentra el hombre cuando es ajeno de la vida de Dios.

Por eso dice la Escritura que si alguno no tiene el Espíritu de Cristo no es de Dios.

Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él (Romanos 8:9).

Hay una verdadera garantía para que el creyente sepa que es de Dios.

En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu (1. Juan 4:13).

Dios ha prometido llenar con su Espíritu Santo a todos los hombres y mujeres que deseen pasar de muerte a vida, que deseen salir de sus pecados para vivir una vida abundante en Dios.

Jesucristo todavía sigue obrando permanentemente, llenando las almas y los corazones de los creyentes por el poder de su Santo Espíritu.

Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios (2. Corintios 5:20).

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EL HIJO ENTREGARA EL REINO AL PADRE?

Al Fin, El Hijo Entregará el Reino al Padre. 1. Corintios 15:24-28

Por Julio César Clavijo Sierra

 

Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia. Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies. Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte. Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas. Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos.  (1. Corintios 15:24-28).

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Para entender adecuadamente esa porción de la Escritura que habla sobre Cristo, nunca debemos apartarnos del misterio de la Piedad o de la Voluntad de Dios, que nos enseña que desde la eternidad Dios mismo planeó manifestarse en carne para salvarnos, y que cuando vino Jesucristo, esas profecías fueron cumplidas. Por eso nunca podremos entender ese texto, si primero no hemos aceptado que JESUS ES EMANUEL, DIOS CON NOSOTROS (Mateo 1:23), DIOS MISMO VINIENDO Y SALVANDO (Isaías 35:4) PERO MANIFESTADO EN CARNE COMO UN HOMBRE VERDADERO (1. Timoteo 3:16, Colosenses 2:9).
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Dios el Padre, utilizó un velo de carne, o un Templo de Carne, para manifestarse en medio de la humanidad perdida y por eso Cristo Jesús dijo que el Padre mora en Él. Aún más dijo "...Para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí y yo en Él" (Juan 10:38). Esto es, porque no hay distinción entre Jesús y el Padre, sino que en Jesús, la humanidad y la divinidad se fundieron perfecta e indisolublemente porque Jesús es Dios manifestado en carne.
Con este conocimiento previo, aceptando el misterio de la voluntad de Dios o el misterio de la piedad, podemos entonces pasar a encarar la interpretación de esa porción de la Escritura.
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Para interpretar cualquier texto bíblico, lo primero que se debe hacer, es identificar el tema principal de lo que se está hablando, para no desligar el texto de su contexto, haciendo interpretaciones que nada tienen que ver con lo allí tratado.
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El tema principal de 1. Corintios 15, es que Cristo como el varón perfecto y sin pecado, ha resucitado y ha obtenido poder sobre la muerte para resucitar y glorificar a los que creen en Él. Así que nuestra seguridad de la resurreción victoriosa (y por ende de nuestra salvación) ha sido lograda por el Hijo de Dios, que según Efesios 4:13 es también llamado el Varón Perfecto (Nota: El Hijo es el Varón Perfecto, el Hombre Perfecto; pero nunca es llamado un semidiós o una segunda persona divina, pues esas son ideas extrañas a la Biblia).
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Al haber identificado el tema principal, entonces podemos pasar a la porción particular que se desea entender. Para mayor comprensión la interpretaremos paso a paso:
Luego el fin, cuando entregue el reino al Dios y Padre, cuando haya suprimido todo dominio, toda autoridad y potencia (v. 24)
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Cuando Jesús, en su papel de Hijo o de humano perfecto, haya destruído a todos los enemigos de Dios, vendrá el fin de este siglo (mundo) y empezará el reino eterno donde morarán los santos.
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Porque preciso es que él reine hasta que haya puesto a todos sus enemigos debajo de sus pies (v. 25)
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Note que el Hijo fue una manifestación de Dios, que Él proveyó a nuestro favor para poder salvarnos. Para el tiempo de la Gracia, Dios está operando salvación por medio de su obra en el calvario, y por eso en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo (Hebreos 1:1-2). Aún su obra en el calvario sigue siendo predicada y continúa siendo eficaz para dar salvación a los hombres. Por eso la manifestación de Dios en carne, está rescatando a los perdidos hasta que los enemigos de Dios sean desechos.
Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte (v. 26)
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La muerte es opositora al propósito de Dios relacionado con el ser humano, porque Dios no creó al hombre para que muriera, sino para que viviera para siempre. La muerte será el último enemigo vencido, porque los santos entrarán al Reino Eterno donde no hay muerte, sino vida en abundancia.
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Porque todas las cosas las sujetó debajo de sus pies. Y cuando dice que todas las cosas han sido sujetadas a él, claramente se exceptúa aquel que sujetó a él todas las cosas (v. 27)
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Dios sometió todo dominio al Hijo de Dios, al Varón Perfecto, hasta que este varón destruya a todos los enemigos de Dios. Es en esta función de Varón perfecto, que Dios está derrotando a sus enemigos (a los enemigos de su propósito inicial para con la humanidad).
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La humanidad de Jesús está sometida a su Divinidad, pero nunca su Divinidad está sometida a su humanidad. Por eso podemos decir que el Hijo está sometido al Padre, pero no podemos decir que el Padre está sometido al Hijo. Note usted que ninguna parte del texto dice que el Hijo sea uno y que el Padre sea otro, porque el Padre está en el Hijo y el Hijo está en el Padre (Juan 10:38).
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Dios no está sometido a Cristo, porque Dios continúa siendo Dios Todopoderoso, aún sin necesidad de su manifestación en carne como el Cristo.
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Sin embargo, Cristo sí está sometido a Dios, porque Cristo es una manifestación que Dios asumió en un determinado momento y que cumplirá su objetivo primordial cuando los enemigos que han afectado el propósito de Dios para con el hombre sean vencidos.
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Pero luego que todas las cosas le estén sujetas, entonces también el Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos (v.28)
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Cuando todo lo que afectó el propósito de Dios para con el hombre esté sometido al Hijo (el Varón u Hombre Perfecto), entonces el Hijo mismo se sujetará al Padre. La manifestación como Hijo habrá alcanzado su propósito máximo y la obra de Dios será consumada por completo, así que el Hijo habrá logrado su propósito trayendo la gloria sobre los que aceptaron su obra en la cruz, y Dios podrá ser TODO en todos los que vencieron haciéndolos entrar en el Reino Eterno.
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Esto no significa que el cuerpo humano y glorificado de Cristo se disolverá o desaparecerá, sino que seguirá siendo usado por Dios para manifestarse a su pueblo en medio de la Nueva Jerusalén.  

La Biblia habla de un solo trono para Dios el Padre y el Cordero (Apocalipsis 3:21, 4:2, 22:3-4), porque el Padre y el Hijo constituyen un "Él" y no un "ellos". Se dice que aquel que se sienta sobre el trono tiene un rostro que podrá ser visto y un nombre que será conocido, porque Jesús es la manifestación visible del Padre, y Jesús es el nombre del Padre (Apocalipsis 22:4). Ya que Jesús dijo que Él está sentado con su Padre en el trono, la respuesta ahora debe ser evidente. Cuando Cristo, el templo visible del Padre, se sienta sobre el trono, Dios el Padre también está allí, porque Él vive y reside en el Cuerpo de Cristo. "El Padre que mora en mí, Él hace las obras" (Juan 14:10). El Hijo puede ser visto, pero el Padre invisible también está ahí, encarnado en Cristo. Esto constituye una prueba irrefutable en el libro de Apocalipsis, de que Dios está en Cristo. El apóstol Juan no dijo: "He visto al Padre, quien es una Persona, y al Hijo, que es otra persona, sentados en el trono"; Juan habló sólo de uno.
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Para más información de que Jesús es a la vez el Padre y el Hijo, el Dios manifestado en carne, lea el artículo titulado JESUS ES EL PADRE, dando clic en este enlace:
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UNA PREGUNTA PARA LOS TESTIGOS DE JEHOVA

Una Pregunta para los "Testigos de Jehová"

Por G. Jorge Medina



Los “testigos de Jehová” han cambiado varias de sus doctrinas a través de los años. La justificación que dan con frecuencia es apelar a Proverbios 4:18,

“Pero la senda de los justos es como la luz de la aurora que va en aumento hasta que es pleno día.”

Basados en esto excusan todos los cambios doctrinales que han tenido a través de su historia. Dicen que cuando está a punto de amanecer todavía está un poco oscuro, y por ende uno no ve claramente. Cuando llega la luz completa, entonces uno ve más claramente y por lo tanto algunos cambios doctrinales fueron necesarios. Ellos dicen que la oscuridad es la doctrina de satanás, la claridad es la luz de la verdad de Dios.

Según ellos, la Sociedad Watchotwer es el único vocero de Dios en este mundo. A través de publicaciones como La Atalaya y Despertad ellos dan a los “testigos” su “comida espiritual.” Sus libros enseñan que sólo la Watchtower es guiada por Dios, todo el cristianismo está en la oscuridad de satanás.

Lastimosamente para ellos, este versículo no aplica cuando alguien tiene una doctrina por algunos años (la oscuridad), luego la cambian por otro tiempo (la luz), y luego vuelven a predicar la doctrina original (vuelven a la oscuridad). Y esto han hecho con varias doctrinas.

Uno de los ejemplos más claros que los “testigos” no son guiados por el mismo Espíritu que inspiró la Biblia es su enseñanza sobre si los hombres de Sodoma serán resucitados en el juicio final. Sus múltiples cambios de respuesta son documentados a continuación.

“Testigos,” ¿serán resucitados los hombres de Sodoma?

1. ...Watchtower 7/1879 pág. 8

2. No...Watchtower 6/1/1952 pág. 338

3. ...Watchtower 8/1/1965 pág. 479

4. No...Watchtower 6/1/1988 pág. 31

5. … Live Forever (edición antigua) pág. 179

6. No… Live Forever (nueva edición) pág. 179

7. … Insight into the Scriptures, vol. 2, pág. 985

8. No… Revelation (libro), pág. 273

[Respuesta de las páginas de La Atalaya (Watchtower) y otras publicaciones de los "testigos" (en inglés).]

¿Confiaría usted su futuro espiritual a una religión que cambia de opinión tan frecuentemente? Lo más triste es que ellos dicen estar siendo guiados por Dios, lo cual hace que tales cambios sean la responsabilidad de un dios inestable, que no está seguro si los hombres de Sodoma serán resucitados o no.

Preferimos seguir la luz de las Escrituras en vez de la oscuridad de la Watchtower.

“¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto es porque no les ha amanecido.” (Isaías 8:20)

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EL EVANGELIO A TODO EL MUNDO

Todo el Evangelio a Todo el Mundo

Por Julio César Clavijo Sierra
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Nota: Este artículo, es la primera ponencia del debate titulado "Recibir el Espíritu Santo con la Evidencia de Hablar en Nuevas Lenguas. ¿Requisito Indispensable para ser Salvo?", que fue llevado a cabo en el mes de septiembre de 2009 en el foro Pentecostales Apostólicos del Nombre, y que puede ser leído en su totalidad, dando clic en este enlace:  
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INTRODUCCIÓN

La paga del pecado es muerte (Romanos 6:23) y “la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” (Romanos 5:12). Así que la salvación ofrecida por Dios, puede definirse como el regalo que Dios ha provisto para los hombres con el propósito de librarlos del poder y de los efectos del pecado. La Escritura dice de aquellos quienes han aceptado el plan de Dios: “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia” (Romanos 6:17-18).

Al hablar sobre el Plan de Salvación, es necesario declarar que el Dios de amor está interesado en la salvación de todos los hombres, pues Él “quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1. Timoteo 2:4). Dios mismo ha declarado: “Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis” (Ezequiel 18:32). Y “no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva” (Ezequiel 33:11). La Biblia declara que es tanta su misericordia para con nosotros, que el misterio de la piedad [del amor, de la misericordia de Dios] se resume en que Dios fue manifestado en carne (1. Timoteo 3:16), con el fin de proveernos del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29), del hombre perfecto (Efesios 4:13), del Hijo de Dios (Lucas 1:32-35, Juan 3:16-17) que traería a muchos más hijos al Reino de Dios (Hebreos 2:10); los cuales al creer en Él serían salvos, pues “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:11-12). Jesús es Emanuel (Mateo 1:23) o Dios mismo con nosotros (manifestado en carne) proveyendo su salvación (Mateo 1:21), y cumpliendo las profecías antiguas de que Dios mismo se manifestaría en la carne para venir a salvar. “Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación” (Isaías 25:9).

La salvación es un regalo de Dios para el hombre, “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). “Justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Jesucristo, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre” (Romanos 3:24-25). “Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia...” (Tito 3:5). Así que el hombre no puede alcanzar su propia salvación por algún método humano, sino sólo por obedecer el plan de Dios. Al hombre le corresponde aceptar o rechazar la obra que Dios quiere hacer a su favor para salvarle, y de ahí la importancia de que nosotros conozcamos claramente lo que Dios demanda de nosotros.

Ya que Dios está interesado en salvar, Él ha dado la capacidad a los seres humanos de aceptar o rechazar su salvación. Sin embargo, mucha gente se perderá, porque “no todos obedecieron al evangelio” (Romanos 10:16). El llamamiento se extiende a todos (Mateo 11:28; Apocalipsis 22:17), pero solo aquellos que responden positivamente serán salvos. “Y esta es la condenación: que la luz [Jesús] vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas” (Juan 3:19:20). El hombre tiene la responsabilidad de aceptar la salvación, “de modo que no tienen excusa” (Romanos 1:20).


LOS REQUISITOS DE LA SALVACIÓN

Al hablar del plan de salvación para la Iglesia o del plan de salvación neotestamentario, debemos entender que éste entró en vigencia a partir del Día de Pentecostés cuando nació la iglesia (Hechos 2) y no antes. Los santos que vivieron en el tiempo del Antiguo Testamento no fueron salvos de la misma manera en que lo somos nosotros en este tiempo de la Gracia, pues Dios tenía preparado para su iglesia un mejor pacto establecido sobre mejores promesas (Hebreos 8:6, 11:40). Por eso es un anacronismo presentar casos de salvación en el Antiguo Testamento, para intentar negar los requisitos del plan de salvación neotestamentario, como por ejemplo, cuando se cita que el ladrón que estuvo crucificado al lado de Jesús fue salvo sin necesidad de haberse bautizado en el nombre de Jesús, trazando indoctamente la Palabra de Verdad (2. Timoteo 2:15), por no entender que el mandamiento del bautismo en el nombre fue dado luego de la resurrección de Cristo (Mateo 28:19, Marcos 16:16).

El Nuevo Testamento demanda que nosotros cumplamos con distintos requisitos si deseamos ser salvos. Ninguno de los requisitos de la salvación neotestamentaria atenta contra la gracia de Dios, pues sólo por su gracia somos salvos. Del mismo modo, ninguno de los requisitos de salvación consiste en una obra de justicia del hombre (Tito 3:5), pues el hombre lo único que hace es obrar por fe, para cumplir con cada uno de estos requisitos exigidos por Dios, pero Dios es el que hace la obra de salvación. Por tanto es por fe, para que sea por gracia (Romanos 4:16).

Todos estos requisitos se complementan de manera perfecta y nunca se contradicen. De tal forma que no debemos enfatizar tanto en un solo requisito, que pasemos por alto o ignoremos la importancia de los demás. Hoy en día, son muchos los que han cometido el error de utilizar textos bíblicos aislados (ignorando el contexto) para decir que la salvación se puede obtener con cumplir solamente con uno (o algunos) de estos requisitos, pero no enfatizan en la verdad completa.

Por ejemplo, algunos toman aisladamente algún texto bíblico que diga que uno es salvo por creer (por ejemplo Hebreos 4:3), y entonces concluyen arbitrariamente que uno es salvo sólo por creer, cambiando el significado bíblico de creer y definiéndolo como un simple asentimiento mental de que Jesús es el salvador del mundo, pero nunca enseñan la importancia del arrepentimiento y del andar en novedad de vida. Otros toman aisladamente textos que enseñan que uno es salvo por invocar el nombre de Jesús (como Hechos 2:21 y Romanos 10:13), y concluyen erróneamente que con sólo decir con nuestra boca: ¡Jesús! uno ya es salvo, así uno no crea que Jesús es el salvador, ni haya experimentado un verdadero arrepentimiento. De manera que debemos estar atentos para no dejarnos engañar por las falsas doctrinas, a fin de cumplir con todo lo que Dios demanda de nosotros.

Si deseamos ser salvos, debemos tener fe en que Dios está dispuesto a salvarnos, pues “sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6). Otros muchos textos de la Escritura mencionan la importancia de la fe y la establecen como un requisito necesario para ser salvos. Por ejemplo, Hechos 15:9, 26:18; Romanos 1:17, 3:28-30, 4:16, 5:1-2; Gálatas 2:16, 3:7; 3:11, 3:26; Efesios 2:8, 3:12; 2. Tesalonicenses 2:13; 2. Timoteo 3:15; Hebreos 10:38, 11:6; 1. Pedro 1:5-9; 1. Juan 5:4.

Si deseamos ser salvos debemos creer en Jesús como nuestro salvador, lo que significa llegar a tener una confianza absoluta en Él, al comprender que en ningún otro hay salvación (Hechos 4:12), ya que Él es el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14:6). Los salvos hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo (Gálatas 2:16) y por lo tanto hemos entrado en el reposo (Hebreos 4:3). “El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios” (Juan 3:18). “Esta es la palabra de fe que predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación” (Romanos 10:8-10). De acuerdo con Deuteronomio 30:14, alguien demuestra que cree en la Palabra de Dios, cuando la cumple o la pone en práctica en su propia vida. 

Si deseamos ser salvos debemos invocar el nombre de Jesús, reconociendo que este es el nombre de Dios revelado para salvación en el Nuevo Testamento (Mateo 1:21, Hechos 4:12) y que es el nombre que está por encima de cualquier otro nombre (Filipenses 2:9-11). “Todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Hechos 2:21, Romanos 10:13). “Pues la Escritura dice: Todo aquel que en Él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan” (Romanos 10:11-12).

Si deseamos ser salvos debemos arrepentirnos de nuestros pecados. Dios no quiere “que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2. Pedro 3:9) y la benignidad de Dios es la que guía a los hombres al arrepentimiento (Romanos 2:4). Dios manda a todos los hombres en todo lugar que se arrepientan (Hechos 17:30), pero el hombre es quien decide voluntariamente si desea venir o no al arrepentimiento. Así, el arrepentimiento es una decisión personal de responder al llamado de Dios reconociendo el pecado, sintiendo remordimiento por el pecado, confesando el pecado a Dios y decidiéndose a dejar el pecado a fin de vivir bajo la voluntad de Dios. Un verdadero arrepentimiento se refleja en frutos u obras dignas de arrepentimiento (Mateo 3:8, Hechos 26:20). Los salvos hemos recibido arrepentimiento para vida (Hechos 11:18, 20:21), pero los que no se han arrepentido perecerán (Lucas 13:3).

Si deseamos ser salvos debemos ser bautizados en agua en el nombre de Jesús para el perdón de los pecados (Hechos 2:38, 8:16, 10:48, 19:5, 22:16). Jesucristo dijo que el que creyere y fuere bautizado será salvo (Marcos 16:16) y enseñó que si no se nace del agua no se puede entrar en el Reino de Dios (Juan 3:5). El apóstol Pedro dijo que el bautismo nos salva (1. Pedro 3:21). El apóstol Pablo también indicó que Dios “nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración” (Tito 3:5), y dijo que la iglesia ha sido lavada, santificada y justificada en el nombre del Señor Jesús (1. Corintios 6:11). Jesús ha purificado a su iglesia por el lavamiento del agua por la Palabra (Efesios 5:26). Solo la fe en Dios, es la que nos permite obedecer el mandamiento divino de ser bautizados en agua en el nombre, para recibir el perdón de pecados.   

Si deseamos ser salvos debemos ser bautizados con el Espíritu Santo, pues “si alguno no tiene el Espíritu de Cristo no es de Él” (Romanos 8:9). “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2. Corintios 3:17). Jesús enseñó que el que no naciere del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios (Juan 3:5). Dios nos salvó por el Espíritu de nuestro Dios (Tito 3:5, 1. Corintios 6:11). El apóstol Pablo enseñó que los que son salvos han sido “marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. Éste garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria. (Efesios 1:13-14). Cuando recibimos el Espíritu Santo recibimos el Espíritu que nos adopta haciéndonos hijos de Dios, por el cual podemos clamar ¡Abba Padre! (Romanos 8:15, Gálatas 4:5-6). Además, el Espíritu Santo nos bautiza (o nos incluye) en el cuerpo de Jesucristo (1 Corintios 12:13) que es la Iglesia (Efesios 1:22-23). La evidencia inmediata, exterior, notable y audible de ser bautizado con el Espíritu Santo es hablar en nuevas lenguas (idiomas) según como el Espíritu de que se hable (Hechos 2:4, 10:44-48, 19:6).

Si deseamos ser salvos debemos convertirnos en hijos de Dios, perseverando en el evangelio de salvación. El apóstol Pedro predicó “así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio” (Hechos 3:19). La Iglesia primitiva perseveraba en la doctrina de los Apóstoles (Hechos 2:42). Dios dijo: “Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma” (Hebreos 10:38). Por eso debemos ocuparnos en nuestra salvación con temor y temblor (Filipenses 2:12), porque sólo “el que persevere hasta el fin este será salvo” (Mateo 10:22).  La vida cristiana consiste en una vida de buenas obras (Santiago 2:14-26).


UN SOLO PLAN DE SALVACIÓN

La Santa Escritura presenta un solo Plan de Salvación para la iglesia del Nuevo Testamento (tanto para los judíos como para los gentiles) y es por obedecer el evangelio de Jesucristo con todos los requisitos de salvación que este exige. Los diferentes requisitos no hacen muchas salvaciones. El evangelio es “poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá” (Romanos 1:16-17). Por lo tanto el evangelio o la buena noticia de salvación se debe predicar completa, sin mutilaciones (negando algún requisito de salvación) o añadiduras (exigiendo requisitos no bíblicos). A pesar de lo que cada requisito de salvación logra individualmente, el mensaje total del evangelio es la unión completa de todos estos requisitos. El evangelio completo es la fe de Jesús, es creer en Jesús, es reconocer la importancia de la invocación del nombre de Jesús, es el verdadero arrepentimiento, es el bautismo en agua en el nombre de Jesús, es el bautismo del Espíritu Santo, es la conversión en hijos de Dios y la perseverancia en el evangelio de salvación a fin de no caer de la gracia.    

Solo hay un Nuevo Nacimiento, y este consiste en nacer del agua y del Espíritu (Juan 3:3-8). Jesús habló de dos componentes del Nuevo Nacimiento, pero Él habló de un solo Nuevo Nacimiento, e indicó que si no se nace del agua y del Espíritu no se puede entrar en el Reino de Dios (Juan 3:5), ni tampoco se podrá ver este Reino (Juan 3:3). Por lo tanto se debe buscar el Nuevo Nacimiento completo, y no quedarse a la mitad del camino. 

Solo hay un bautismo (Efesios 4:5), y este consiste en ser bautizados en agua en el nombre de Jesús para el perdón de los pecados y en ser bautizados con el Espíritu Santo (Hebreos 6:2). Por lo tanto, el bautismo cristiano tiene dos componentes, pero hay un solo bautismo. Juan el Bautista profetizó sobre la llenura del Espíritu Santo, llamándolo bautismo del Espíritu Santo (Mateo 3:11). Jesucristo dijo a sus discípulos “vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo” (Hechos 1:5) y los gentiles de la casa de Cornelio fueron bautizados con el Espíritu Santo (Hechos 11:14-16). Todos los creyentes somos bautizados (sumergidos, introducidos) por el Espíritu Santo en el cuerpo de Cristo que es la iglesia (1. Corintios 12:13). La Biblia se refiere tanto al bautismo en agua como al bautismo del Espíritu Santo cuando dice: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado” (Marcos 16:16). Asimismo cuando dice “Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos” (Gálatas 3:27), cuando habla del bautismo como la señal del nuevo pacto o circuncisión espiritual que hemos recibido los miembros de la iglesia (Colosenses 2:11-13), y cuando dice que el bautismo simboliza la muerte, sepultura y resurrección de Cristo (Romanos 6:3-4).

Sólo hay una forma de ser hijos de Dios por creer en el nombre de Jesús (Juan 1:12, Juan 3:18), y esta consiste en arrepentirnos de nuestros pecados en el nombre de Jesús (Lucas 24:47), en ser bautizados en agua en el nombre de Jesús (Hechos 2:38), en recibir el Espíritu Santo en el nombre de Jesús (Juan 14:26, Marcos 16:17, Romanos 8:15, Gálatas 4:5-6) y en perseverar en la fe en el nombre de Jesús (Colosenses 3:17).  El título de hijos de Dios, indica creación espiritual, pues todos los hombres no son hijos de Dios, sino únicamente aquellos que creen en el nombre de Jesús, son lo que reciben el poder de ser hechos hijos de Dios (Juan 1:12). Todos los que nacen de nuevo, del agua y del Espíritu (Juan 3.3-7), han nacido por la voluntad de Dios (Juan 1:13), tienen a Dios por Padre (Romanos 1:7, 1. Corintios 1:3) y llegan a ser hijos de Dios (Mateo 5:9, Lucas 20:36, Romanos 9:8, Gálatas 3:26, Filipenses 2:15, 1. Juan 3:2). El Padre ha demostrado su gran amor para que seamos llamados hijos de Dios (1. Juan 3:1), congregando en su iglesia a los hijos de Dios (Juan 11:52), y por eso todos los que son guiados por el Espíritu, estos son hijos de Dios (Romanos 8:14-21).

La Escritura también se refiere a la salvación como la entrada en el Reposo o Refrigerio que Dios da a los que le obedecen. “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y Él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado” (Hechos 3:19-20). “Pero los que hemos creído entramos en el reposo” (Hebreos 4:3), “Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas” (Hebreos 4:10). Consecuentemente, el profeta Isaías profetizó acerca del bautismo del Espíritu Santo con la señal de las lenguas, como el reposo prometido para su futura iglesia, “porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oír” (Isaías 28:11-12).

viernes 19 de febrero de 2010

El Verdadero Plan de Salvación Según el Nuevo Testamento

 

LA MANERA EN QUE JESÚS PROCLAMÓ CÓMO SERÍA:

"y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día: (1) y que se predicase en su nombre el arrepentimiento (2) y el perdón de los pecados en todas las naciones comenzando desde Jerusalén . Y vosotros sois testigos de estas cosas. He aquí, (3) yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto" - Lucas 24:46-49


LA MANERA EN QUE PEDRO LO PREDICÓ:

"Pedro les dijo: (1) Arrepentíos, (2) y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y (3) y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos , y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare." - Hechos 2:38-39


¿POR QUÉ ESPERAR? ¡OBEDEZCA HECHOS 2:38!

 
 PASO 1

TENGA FE EN CRISTO JESÚS COMO SU SALVADOR Y ARREPIENTASE


• Crea que Jesucristo es el Señor y que murió por usted.

• Arrepiéntase de sus pecados y reconozca la necesidad de su salvación, como lo enseña Hechos 3:19.

• Determine apartarse del pecado para vivir en vida nueva.


PASO 2

SEA BAUTIZADO POR INMERSIÓN EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO


• Sea sepultado juntamente con él, sumergiéndose completamente en el agua.

• Deje que el nombre salvador de Jesucristo sea invocado sobre usted como en Hechos 22:16.

• Obtenga la remisión de los pecados obedeciendo al bautismo y a la fe en su nombre.


PASO 3

RECIBA EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU SANTO CON LA EVIDENCIA DE HABLAR EN OTRAS LENGUAS


• Reúna los requisitos de arrepentimiento, fe y obediencia.

• Crea que Dios lo ha prometido y que usted puede recibirlo como en Hechos 2:4.

• Entienda que las lenguas son la evidencia inicial de recibir el regalo del Espíritu Santo.

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LA NECESIDAD DE RECIBIR EL ESPIRITU SANTO

La Necesidad de Recibir el Bautismo del Espíritu Santo

Predicaciones por Eliseo Duarte

A continuación presentamos dos videos filmados en la Asamblea de Pastores de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, realizada en febrero de 2010 en la ciudad de Medellín, en los cuales el pastor Eliseo Duarte explica que el bautismo del Espíritu Santo es parte integral del Plan de Salvación y no una bendición extra después de que se es salvo.

PRIMER VIDEO




Resalto estas palabras tomadas de ese video para análisis y reflexión.

"...eso es el evangelio, eso es lo que hay que predicar para que la gente reciba el Espíritu Santo. Y el bautismo del Espíritu Santo sí es parte del plan de salvación. No es lo mismo decir que el bautismo del Espíritu Santo es para los salvos, que decir que el Espíritu Santo no es parte de la salvación. Eso sería reducir la salvación al acto tradicional evangélico de que usted en un acto de fe acepta o recibe a Cristo y que ya usted es salvo. Eso es lo general en el mundo evangélico pero esa no es la verdad. Esa es una parte, eso no es el todo. La salvación es un paquete. La salvación no es una parte es un todo, y ese todo está ahí. Ahora, el hecho de que no diga que los 3.000 recibieron el Espíritu Santo, los 5.000; el hecho de que no lo diga, eso está implícito ¿Por qué? Porque Pedro fue comisionado para abrir la puerta con el sermón inaugural en el día de Pentecostés. Y ellos recibieron el Espíritu Santo y le dijo a los otros: "para vosotros es la promesa". En Samaria sucedió lo mismo...

...para que sepas la verdad de las cosas en las cuales has sido instruido. Ahí hay una historia y hay que seguir esa historia. O sea que los que están diciendo eso [que el bautismo del Espíritu Santo no es parte del plan de salvación] realmente están fuera de órbita. Por eso ustedes necesitan oír de nuevo, y los que ya lo oyeron, a uno no le hace daño volverlo a oír, porque parece que a algunos viejos se les ha olvidado lo que ellos mismos enseñaron. Porque la obra del Espíritu Santo la han enseñado en todos los institutos, se ha enseñado en las iglesias; el plan de salvación también se ha enseñado. Pero hermanos, esas desviaciones que hay, sencillamente obedecen a que no hay conocimiento claro de lo que es el plan de salvación y de lo que es la obra del Espíritu, y por eso hay que insistir en esto porque de eso depende. ¡Vea! ¡Todas esas cosas molestas que están sucediendo, son consecuencia de eso".


SEGUNDO VIDEO



Al igual que con el video anterior, resalto estas palabras para reflexión y análisis.

"Entonces Jesucristo nos redimió del pecado, de la Ley, de la maldición de la Ley... no se puede ser esclavo y ser hijo. Jesucristo lo dijo (Juan 8:31). Así que si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres. Hay que ser libertado del pecado para ser hijo. El Hijo queda en casa, el hijo es heredero.

...Entonces en el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo nacido de mujer, súbdito de la Ley para que redimiese (redimir es libertar a alguien mediante el pago de un precio), a los que estábamos bajo la Ley, con la finalidad de que recibiésemos la adopción. Por eso el bautismo del Espíritu Santo no es para los inconversos. Algunos piensan que eso es posible, pero eso no. Jesús dijo quienes recibirán el Espíritu Santo (San juan 14:15). Eso lo dijo el bautizador (no lo dijo Eliseo Duarte). "Si me amáis guardad... y yo rogaré al Padre y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre, el Espíritu de verdad que el mundo no puede recibir porque no le ve ni le conoce, pero vosotros le conocéis porque está con vosotros y será en vosotros (un cambio de posición)". Estaba en ellos, pero estaría en ellos después de la resurrección y de la glorificación...

...Dios no mandó a nadie a predicar la Ley, sino el evangelio. El evangelio salva y da vida, la Ley mata y condena. Por eso no se pueden mezclar... Por eso mucha gente no puede recibir el Espíritu Santo porque seguramente no han entendido el evangelio. El bautismo del Espíritu Santo es la confirmación, es el testimonio de Dios de que somos sus hijos. O sea decir que el bautismo del Espíritu Santo no se necesita para salvación es realmente una cosa fuera de órbita (por no decir otra cosa más grave)...

...Todo el que cree en el evangelio es un candidato para recibir el bautismo del Espíritu Santo. El bautismo del Espíritu Santo es el testimonio de que somos sus hijos... vuelva a su congregación y pregunte cuántos no han recibido el Espíritu Santo y dese a la tarea de predicar y de orar para que entiendan la necesidad de recibir el Espíritu Santo. ¿Han leído los informes misioneros? ¿Qué en esos avances de la obra, Dios ha dado testimonio del Espíritu Santo bautizando a la gente? ¿Cómo es posible que se diga semejante cosa que el bautismo del Espíritu Santo no es necesario para la salvación?

Vea le digo nueve funciones para las cuales vino el Espíritu Santo, y no se las digo yo, se las dice Jesucristo y Pablo.

[Nota: Se listan las nueve funciones pero no se siguen las palabras textuales del hermano Eliseo Duarte:

Las primeras siete fueron dichas directamente por el Señor Jesús.

1. El vino a morar (no a visitar). Andaré en ellos y seré el Dios de ellos (Juan 14:15-18).
2. Os enseñará todas las cosas (Juan 14:26).
3. Os recordará todo lo que os he dicho (Juan 14:26).
4. Dará testimonio de mí,  vosotros daréis testimonio. Recibiréis poder y daréis testimonio (Juan 15:26-27).
5. Redargüirá al mundo de pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8).
6. Cuando venga el Espíritu de verdad, os guiará a toda verdad (Juan 16:12-13).
7. Vino para enseñarnos a adorar (Él me glorificará a mí) (Juan 16:14-15)

Las demás las expuso el apóstol Pablo.

8. Vino para que en nosotros estuviera el fruto de Espíritu (Gálatas 5:22-26)
9. Para impartir los dones y operar los dones (1. Corintios 12:1-11)
]

Nueve funciones para las cuales viene el Espíritu Santo a la vida de un creyente ¿Será necesario o no? ¡Hombre, por Dios! Claro que no vayan a cometer esos errores de mandar p´al infierno al que no ha recibido el bautismo del Espíritu Santo ¡No! El Señor no vino a condenar, y nosotros somos discípulos de Él y mensajeros de Él ¿Por qué vamos a estar condenando? A la gente no hay que condenarla, sino darle lo que no tiene. Si usted va condenando por el mundo, no conoce al Señor, porque de la misericordia de Jehová está llena la tierra...

...Entonces están un poco crudos. No todos ustedes pero algunos. Muchos de ustedes están en lo cierto, pero algunos sí están crudos y necesitan ser cocinados ¡Aleluya! ¡Vaya a Barranquilla! ¡Vaya a Cali! ¡Vaya a Bogotá! ¡Vaya a donde quiera que se van a hacer los estudios! ¡A Valledupar! ¡A todas estas partes! Porque todo eso que ha sucedido en estos días o meses pasados, lo que está demostrando es la necesidad de profundizar en la salvación, en la obra del Espíritu, en la Unicidad y en todas las demás doctrinas de la salvación. ¡Qué Dios me los bendiga!"

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¿1. Timoteo 3:16 Dice o no Dice 'Dios'? ¿La Ausencia del Vocablo 'Dios' Negaría que Dios fue Manifestado en Carne?

¿1. Timoteo 3:16 Dice o no Dice 'Dios'? ¿La Ausencia del Vocablo 'Dios' Negaría que Dios fue Manifestado en Carne?

Por Julio César Clavijo Sierra
Porción del Libro Un dios Falso Llamado Trinidad, Págs 202-209


¿1. Timoteo 3:16 Dice o no Dice Dios?

Algunos eruditos bíblicos han afirmado que los manuscritos más fieles de la Biblia, no contienen en 1. Timoteo 3:16 la palabra “Dios”, sino que esta fue añadida en dicho texto de manera posterior.

Aprovechando ese argumento, algunos arrianos (y curiosamente algunos trinitarios) han afirmado que la ausencia de la palabra “Dios” niega que Dios se haya manifestado en carne.

Muchos de ellos nos remiten por ejemplo a la Nueva Versión Internacional que dice así:


No hay duda de que es grande el misterio de nuestra fe. Él se manifestó como hombre; fue vindicado por el Espíritu, visto por los ángeles, proclamado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en la gloria. (1. Timoteo 3:16 en la Nueva Versión Internacional)

Observe usted, que la Nueva Versión Internacional no presenta la palabra “Dios” dentro del texto de 1. Timoteo 3:16 sino que en su lugar presenta la palabra “El”.

La Versión de la Biblia Textual presenta el versículo así:

“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Quien fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto por los ángeles, proclamado entre los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.” (1. Timoteo 3:16 en la Biblia Textual)

Observe que esta versión nuevamente ignora la palabra “Dios” y pone en su lugar la palabra “Quien”. No obstante otros estudiosos han propuesto que la traducción correcta debe ser “El Cual”.

Como hemos apreciado anteriormente, la doctrina de Dios manifestado en carne no depende únicamente de 1. Timoteo 3:16 sino que es una enseñanza que abunda en toda la Escritura, pues es el fundamento de la fe cristiana. Pero aún si fuera cierto que la Biblia dijera originalmente “El”, el significado seguiría siendo el mismo, y es que “El” o sea “Dios” fue manifestado en carne. ¿Por qué  afirmamos esto?  Porque la palabra “El” es un pronombre que se debe referir a un sustantivo. El sujeto al que se refiere la palabra “El” lo encontramos en el verso número 15 que dice:

“para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la verdad.” (1. Timoteo 3:15)

“El” o sea el Dios Viviente, fue manifestado en carne. Las expresiones: “Quien”, o “el cual”, tienen la misma connotación. “El cual” o sea el Dios viviente fue manifestado en carne. De la misma manera “Quien” o sea el Dios viviente fue manifestado en carne.

Si tenemos en cuenta que la Biblia originalmente no estaba dividida en versículos, entonces entenderemos que no había nada que impusiera un límite a lo que hoy conocemos como versículos 15 y 16. Por eso el pronombre “El” corresponde directamente al sustantivo “Dios”.

Es interesante notar que este caso no solo se presenta en este versículo sino que se repite en otros muchos lugares de la Biblia. La palabra traducida como “El”, “El cual” o “Quien”, es la palabra griega οζ.  Esta palabra es traducida en algunos otros versículos como “El cual”, tal y como aparece en la versión Reina Valera. Veamos el siguiente caso encontrado en la misma epístola de 1. Timoteo.

el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1. Timoteo 2:4)

¿Quién quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad? La respuesta es evidente, ese es Dios. Alguno dirá ¡Pero el verso no dice Dios! ¿Por qué dice usted eso, cuando el verso lo que dice es “el cual”? Porque el verso anterior es decir el 2:3 nos enseña que el sujeto es Dios nuestro salvador. Veamos todo el texto junto con su contexto:

Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad” (1. Timoteo 2:3-4).

¿Se da usted cuenta que este caso es igual al caso de 1. Timoteo 3:16 donde aún cuando no aparece el sujeto dentro del mencionado versículo, el contexto nos orienta para entender que se  refiere a Dios?

De la misma manera en Romanos 2:6 se dice “el cual” pero al recurrir al versículo 5 podemos darnos cuenta que el sujeto es “Dios”. También 2. Corintios 1:10 dice “el cual”, pero al recurrir al versículo 9 notamos que el sujeto es Dios. En Colosenses 1:13 se menciona “el cual” pero al comparar con el versículo 12 apreciamos que el sujeto es “el Padre”.

De esa manera hemos podido demostrar que aún cuando el texto de 1. Timoteo 3:16 no diga de manera exacta la palabra “Dios”, el texto sí nos enseña que Dios fue manifestado en carne.



¿Pero Por Qué Algunas Versiones Dicen Dios y Otras No?

“El problema viene del hecho de que en griego,  las palabras para 'Dios' y 'Él'  se diferencian solo por un pequeño  trazo. (La palabra 'Dios' en griego lo tiene,  pero la palabra  'Él' no lo tiene). En el Códice Alejandrino no hay forma de  saber  con exactitud si la palabra en cuestión contiene ese trazo o no.  Sin  embargo, como dice Albert Barnes en su Notes on the New  Testament, "hoy  se reconoce que la línea que descansa sobre  la palabra ha sido añadida por  alguna mano posterior." De modo  que esa modificación cambió la palabra de  'Él' a  'Dios' automáticamente.  Por eso aparece 'Dios' en algunas versiones. Sin  embargo, Barnes  reconoce que "la Vulgata y la Siríaca traducen 'Quien' o 'el  cual'  en lugar de 'Dios.'” [1]

Recordemos que “el cual” se escribe en griego así:  οζ. Con la añadidura de tan solo este signo “-” dentro de la ómicron, la palabra ya no diría “el cual” οζ, sino que pasaría a decir Dios θζ de manera abreviada. 

Lo interesante de este asunto es que así el verso 16, diga o no diga “Dios”, todo el cuerpo textual nos lleva a confirmar que Dios fue manifestado en carne.


¿Y qué de las Versiones que Dicen Cristo?

Conviene hacer notar también el caso encontrado en las versiones “Dios Habla Hoy”, “Castillian” y la “Biblia en Lenguaje Sencillo”, que en lugar de citar “Dios”, “El”, “Quien”, o “el cual”, citan más bien la palabra “Cristo”. En este punto nos detendremos por un instante para demostrar por qué estas versiones no reflejan la verdad del texto, pues:

“De 254 manuscritos griegos conteniendo el pasaje, 252 presentan el término 'Dios' como en el  TR; dos leen 'hos' (el cual), lectura que utilizaron las antiguas versiones, y ni uno contiene 'Cristo'.” [2]

Si ninguno de los manuscritos griegos contiene la palabra “Cristo” en 1. Timoteo 3:16, ¿Por qué aparece en las versiones “Dios Habla Hoy”, “Castillian”, y la “Biblia en Lenguaje Sencillo”? La respuesta es que todas estas versiones, son traducciones donde predomina la interpretación por equivalencias dinámicas, y en este versículo los traductores se fueron tanto, pero tanto al extremo, que cayeron en una traducción exageradamente libre. Permítame explicarle esto de una manera más amplia.

“De las versiones que se conocen en español podemos hablar de dos tipos de traducción: (1) la traducción literal o por equivalencia formal, y (2) la traducción idiomática o por equivalencia dinámica o funcional.” [3]

Una versión de la Biblia cuya traducción ha sido efectuada por el método literal o de equivalencia formal, es una versión que ha procurado traducir lo más parecido posible (es decir palabra por palabra) a nuestro idioma, lo que se escribió en las lenguas originales. (Por ejemplo, La Versión Reina Valera)

“La traducción formal ayuda, especialmente al estudiante no familiarizado con el hebreo, a captar la forma y el sabor del hebreo/arameo/griego” [4]

Una versión traducida por el método de equivalencias formales, es una Biblia que ofrece mayor fidelidad en lo que transmite, pues el equipo traductor procura ante todo que se refleje fielmente lo que se dijo en las lenguas originales. Sin  embargo posee una gran debilidad, y es que hay expresiones idiomáticas propias de un cierto lenguaje que al ser traducidas de manera literal a otra lengua, conllevaría a que las personas a las que les llega la traducción no la entiendan. Por ejemplo en el idioma español se utiliza la expresión “está lloviendo a cántaros” para referirse a un fuerte aguacero, y eso lo entendemos quienes hablamos el idioma español, pero si esa frase se traduce tal cual a otro idioma, lo más probable es que la gente que hable ese nuevo idioma no entienda nada cuando lea en su lengua la expresión “lloviendo a cántaros”. Por eso un traductor debería procurar que esa expresión idiomática propia del idioma español no fuera traducida de manera literal (palabra por palabra), sino que en esa nueva lengua se tradujera más bien de una manera que haga entender a aquellas personas que está cayendo un fuerte aguacero.

¡Citemos un ejemplo bíblico! Si nosotros leemos en 1. Samuel 24 en la Versión Reina Valera (traducción por equivalencias formales), podemos leer que Saúl tomó tres mil de sus hombres para buscar a David a quien procuraba matar.  El versículo 3 de este capítulo dice que durante esa persecución, Saúl entró a una cueva para cubrir sus pies. ¿Qué significa cubrirse los pies? ¿Qué fue en realidad lo que Saúl hizo cuando entró a la cueva para cubrirse los pies? La  traducción formal  aunque se apega fielmente a lo que dice el texto, nos deja un vacío a quienes no sepamos lo que significa en hebreo la expresión idiomática “cubrirse los pies”.

Ahí es donde han tomado importancia las versiones que han utilizado el método de traducción por equivalencias formales (como por ejemplo la Versión Dios Habla Hoy) que hacen más énfasis en el significado y no en la forma. 

“La traducción dinámica es de gran ayuda para captar de manera más fácil el significado del mensaje original.” [5]

Si nosotros leemos 1. Samuel 24:3 en la versión Dios Habla Hoy (traducción por equivalencias dinámicas) podemos apreciar que en ella se explica que Saúl entró a la cueva para hacer sus necesidades. Ese es el significado de la expresión idiomática hebrea de “cubrirse los pies”. En ese caso el aporte de una versión por equivalencias dinámicas es muy importante. Sin embargo esas versiones pueden presentar un gran problema, que consiste en que a los traductores que realizan versiones por equivalencias dinámicas se les puede ir demasiado la mano en su tarea de tratar de encontrar el significado del texto, al punto que su traducción puede extenderse demasiado hacia una tendencia liberal en la cual el traductor o el equipo traductor asumen que el significado “debe ser” lo que a ellos mejor les parece, presentado como resultado en lugar de una correcta traducción mas bien su propia interpretación. Ese es precisamente el gran error que han cometido en 1. Timoteo 3:16, los equipos traductores que  participaron en las versiones “Dios Habla Hoy”, “Castillian”, y la “Biblia en Lenguaje Sencillo”. Ellos interpretaron que la mejor traducción debía ser “Cristo” y así fue como presentaron el texto, pasando por alto de manera voluntaria el hecho de que ningún manuscrito respalda esa pobre traducción.

Lo que la Biblia enseña es claro: Dios fue manifestado en carne. Aún cuando se ha querido desvirtuar esa gran verdad, la verdadera iglesia del Señor que es columna y baluarte de la verdad todavía se pone de frente contra los argumentos contrarios a fin de llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo (2. Corintios 2:5).


¿Cómo Pudo ser Dios Justificado en el Espíritu?

Algunas personas que no creen que Dios fue manifestado en carne refutan nuestro argumento diciendo lo siguiente:

“Si decimos que el verso 16 se refiere a que Dios fue manifestado en carne, también tendríamos que decir que el fue justificado en el Espíritu. ¿Cómo pudo el Dios eterno ser justificado en el Espíritu si él nunca ha cometido pecado?”

La respuesta es evidente. Todo esto aconteció cuando él se manifestó en carne. El fue justificado, porque cuando se manifestó en carne pudo llevar también nuestros pecados, y en su papel de Hijo sufrió la muerte, pero la muerte no pudo retenerlo pues él era inocente, así él fue declarado justo.

“Para esto fuisteis llamados, porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas. Él no cometió pecado ni se halló engaño en su boca.” (1. Pedro 2:22)

Además Dios manifestado en carne fue visto de los ángeles. Recordemos que cuando nació el Hijo de Dios (Dios manifestado en carne) vinieron ángeles y le adoraron (Lucas 2:15), en el huerto del Getsemaní un ángel apareció para fortalecerlo (Lucas 22:43), los ángeles anunciaron su resurrección (Lucas 24:23), etc.

Dios manifestado en carne ha sido predicado a los gentiles. Como dice la Escritura: “Y en su nombre esperarán los gentiles” (Mateo 12:21).

Dios manifestado en carne ha sido creído en el mundo. Para que todo aquel que en él crea no se pierda sino que tenga vida eterna (Juan 3:15).

Dios manifestado en carne ha sido recibido arriba en gloria. Cuando Dios  manifestado en carne, resucitó de entre los muertos, subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Dios en ese momento pudo llegar a ser todo en todos los creyentes, pues aquel que lo reciba puede llegar a obtener la llenura del Santo Espíritu.

Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo. (Efesios 4:9-10)

¿Quién más puede llenarlo todo aparte de Dios? ¡Ninguno! Sólo Dios puede llenarlo todo. Por eso él ascendió a su lugar de gloria. Esto daba cumplimiento a su vez a la profecía del Salmo 24, donde desde los versículos 3 al 5  se hace alusión a la obra del Hijo de Dios quién era el único que podía entrar al santuario de Dios por causa de su integridad, en el versículo 6 se hace alusión al resto de hijos de Dios que han podido ostentar dicha posición por causa de haber creído en él, y en los versículos del 7 al 10, se explica muy bien que ese que ascendió a los cielos para llenarlo todo es el Rey de Gloria ¿Pero quién es ese Rey de Gloria? Es el Señor Jehová de los ejércitos, es nuestro único Dios y Padre Eterno. Jesús es Dios, Jesús es el Padre Eterno, Jesús es el Rey de Gloria, Jesús es Dios manifestado en carne.

Salmo 24

1De Jehová es la tierra y su plenitud;
El mundo, y los que en él habitan.
2Porque él la fundó sobre los mares,
Y la afirmó sobre los ríos.
3¿Quién subirá al monte de Jehová?
¿Y quién estará en su lugar santo?
4El limpio de manos y puro de corazón;
El que no ha elevado su alma a cosas vanas,
Ni jurado con engaño.

5El recibirá bendición de Jehová,
Y justicia del Dios de salvación.
6Tal es la generación de los que le buscan,
De los que buscan tu rostro, oh Dios de Jacob.
7Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria.
8¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová el fuerte y valiente,
Jehová el poderoso en batalla.

9Alzad, oh puertas, vuestras cabezas,
Y alzaos vosotras, puertas eternas,
Y entrará el Rey de gloria.
10¿Quién es este Rey de gloria?
Jehová de los ejércitos,
El es el Rey de la gloria.

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